domingo, 7 de julio de 2013

Capítulo final: "Happily Ever After?" Parte 1.




(Los cuentos de hadas no empiezan con un "felices para siempre". Tampoco la vida real. A veces, hay que pasar algunos entreveros antes de encontrar a tu príncipe azul)

Después todo pasó muy rápido. De tener todo, pasé a tener nada nuevamente. Menos que nada. Yo creo que hasta estaba endeudada con la vida. ¿Habrá sido lo mejor? ¿A quién engaño? ¿Lo mejor para quién? ¿Para mí? ¿Para él? 

Querido diario:

Ni siquiera se por qué sigo poniéndolo. Tal vez por lo feliz que estoy. Todo está saliendo mejor de lo que esperaba. Con él a mi lado, todo sale mejor. 

Querido diario:

No soporto la alegría. Cada momento con él es perfecto, y por más que me agobie el hecho de tener que ocultarnos, no importa si puedo estar con él.

Y dirán que es una cursilería, y que no hay nada más. Y si, eso fue durante dos meses. Dos meses de diversión y felicidad, donde todo era flores y mariposas. Todo eso arruinado. ¿Qué se supone que haga ahora?

-Fin de tu narración-

-Narra Liam-

Veintinueve días antes.

¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué me siento así? ¿Estaré tratando de evitar algo, quizá? Pero, ¿Qué?
¿Es un capricho?, ¿Es una necesidad?, ¿Es constancia?, ¿Es lealtad?, ¿Es tenacidad?, ¿Es terquedad?, ¿Es intransigencia?, ¿Es obstinación? ¿Qué es?

De repente me encontraba saltando la cuerda en el backstage de nuestro concierto. ¿Saltando la cuerda? ¿Por qué? No se. Ultimamente no logro quedarme quieto. Tengo una ansiedad, y ni siquiera se que es lo que ansío. Los gritos de las fans se oyen fuertes y claros. Es hora de salir. ¿Sentiré ansiedad de salir al escenario? No creo, es un concierto normal. No está la reina entre el público como para esperar con tanta opresión este concierto. Se escuchan un par de pasos cada vez más fuertes en mi dirección.

-Amigo, en diez salimos. -Escuché decir a Louis a un par de metros sobre mí. Justo cuando supuse que iba a dar la vuelta, se me quedó observando como un bicho raro. -¿Qué hacés saltando la cuerda? -Preguntó confundido y gracioso a la vez.
-No se. -Terminé con mi actividad y tiré la cuerda contra la pared. -Te juro que no se. Me estoy volviendo loco, Lou. No puedo quedarme quieto. -Confesé caminando a paso apresurado hasta donde estaba mi amigo.
-¿Por qué? -Preguntó intrigado el ojiazul.
-No se. Es como si tuviera algo atorado. Algo que quiero soltar. Pero no se lo que es. ¿Como pretende mi organismo que libere algo que no se que es? -Di un gran suspiro y me calmé un poco. Louis me miró forzando el entrecejo.
-Bueno, a ver. Probemos con esto. Decime lo primero que se te venga a la mente. ¡YA!
-_______(tu nombre) -Dije rápidamente sin detenerme a pensarlo. Louis miró aún más confundido.
-¿Pasó algo con ella? -Negué con la cabeza reiteradas veces señalando mi ansiedad.
-Todo sigue bien.
-¿Pero como? ¿Significa que tenés que decir algo sobre _______(tu nombre)? ¿O a _______(tu nombre)? -De repente sus ojos se abrieron de par en par y me quedó mirando fijo. ¿Qué tengo? ¿Monos en la cara? -Naturalmente estás pensando en _______(tu nombre), ¿No es así? -Asentí animadamente. -¿Qué sentís exactamente cuando pensás en ella?
-No se. Es como que me pongo hiperactivo, me viene como un Parkinson en las manos, siento como si mi hubiera un carnaval adentro de mi corazón. Y después se me cierra el pecho. Como lo que te dije antes. -Expliqué lo más que pude mi situación actual.
-Si. Creo que sé qué es eso que tenés tanta ansiedad por decir… -Lo miré escrutándolo con la mirada para que me diga de una vez por toda qué es. -Lo que tenés que decir es "Te amo" y se lo tenés que decir a _______(tu nombre). -Finalizó Louis. ¿Amor? Imposible. O sea, la conozco desde hace ¿Cuánto? tres meses. Es imposible amarla. ¿Cuánto tarda alguien en enamorarse?
-No, Lou. Es imposible. -Refuté su idea inmediatamente.
-Es completamente posible. Ya hace rato me di cuenta. La noche de su cumpleaños estabas sobreactuando demasiado por una simple pelea. Como si fueras a morirte si la perdieras. Pero creí que era más una obsesión. Pero ahora lo dudo.
-No, Louis. Yo no puedo estar enamorado de ella. No puedo. -Me agarré la cabeza con las manos y me senté en una silla que había cerca nuestro.
-Podés y lo estás. Te lo veo en la cara, Li. Cuando te quedás tildado con una sonrisa en la cara, ¿Estás pensando en ella, no? Cuando alguien la menciona, vos levarás la cabeza simplemente escuchando su nombre. Cuando hablás sobre ella se te iluminan los ojos. Liam, es irrefutable. Admitilo de una vez. 
-No. Ya te dije que no. Ahora vayámonos que ya empieza el concierto.

veintitrés días antes.

Se me era imposible no pensar en lo que Louis me había dicho. Estaba incluso más hiperactivo que antes. Trataba de estar siempre haciendo algo para no pensar en _______(tu nombre), pero cada acción me recordaba a ella. Ya no quedaba nada por hacer. Ordené mi cuarto, barrí la casa, lavé los trastos, miré películas, leí mis libros de vuelta. Ahora estaba leyendo uno que había en el escritorio de mi padre. Ni me fijé en el título, ni me importaba. Casi a la mitad del libro un fragmento me dejó consternado.

¿Qué es el amor? Una buena pregunta que nos hacemos muy poco. ¿El amor es algo volátil, hecho de aire como decían los griegos? ¿El amor es algo que tan pronto como llega se va?
¿De que esta hecho el amor? ¿De pensamientos? ¿Es causa o azar?
¿El amor es una cuestión química? ¿Son dos cuerpos que se encuentran o dos almas?
¿El amor es una bendición o una maldición?
¿El amor es algo conveniente? ¿Es la unión de dos egoísmos? ¿El amor es la unión de dos almas? ¿Existe una ecuación para el amor?
Si el amor es la unión de dos almas, y esas almas son inmortales, entonces ¿el amor es inmortal?
¿Por qué cerramos los ojos cuando besamos a alguien que amamos? ¿Amamos al otro o a la imagen que tenemos del otro?
¿Por qué nace el amor? ¿Por qué muere? ¿Es una ilusión o es algo real? ¿Existe el amor sin dudas?
¿Por qué ese beso que antes te hacía temblar hoy ya no te produce nada? ¿Por qué se va el amor? ¿Y a dónde?
Un amor inmortal es una herida profunda que solo puede ser curada con más amor.

Es como si la vida me descansara. Tiré el libro contra la pared y salí de mi casa. Comencé a caminar sin rumbo, durante aproximadamente una hora, hasta que me encontré en Picadilly Circus. ¿Cómo llegué ahí? Traté de pensar en otra cosa, pero la pregunta seguía ahí, ansiosa por ser respondida. ¿Qué es el amor? ¿Realmente estoy enamorado de _______(tu nombre)? ¿Qué le pasa a mi inconsciente? El problema del inconsciente es que es un lugar al que va todo lo que queremos olvidar. Cuanta más fuerza hacemos por reprimir, más inquieto se vuelve el inconsciente. Si verdaderamente estoy enamorado de _______(tu nombre), ¿Debería decirle? ¿O debería callar? Yo creo que antes tengo que descubrir si estoy o no enamorada de ella.

¿Qué pasa cuando pienso en _______(tu nombre)?

Pienso en su hermosa sonrisa, esa sonrisa divertida y traviesa que ronda por mi mente todo el tiempo. Pienso en sus labios. Los labios que nunca podría parar de besar, tan dulces como el azúcar. Pienso en sus ojos, en sus enormes y castaños ojos. Esos ojos que con solo una mirada logran que yo haga lo que quiera. Esos ojos que lucen apagados cuando están tristes, y brillantes cuando está feliz. Pienso en su nariz. En la graciosa forma que la arruga cuando miente. Pienso en sus pestañas. Sus largas y rizadas pestañas, que con un simple pestañeo ya me dejan sin aire. 

No hay ninguna parte de ella que me desagrade. ¿Eso es amor? No. Amor es pensar todo el tiempo en una misma persona. En levantarse con la imagen de esa persona, como si hubieras tenido el mejor sueño de tu vida, con ella. Dormirse pensando en esa persona. Ver un lugar en la casa en donde estuvieron, y pensar en esa persona. Oler su perfume en la almohada, y sonreír instantáneamente. Que te brillen los ojos de solo pensar en ella. Y que el corazón se vuelque cuando la ves. 

¿Cómo pude estar tan ciego? Está claro. Más que claro. Era obvio. ¿Cómo no me di cuenta antes? Estoy completa y perdidamente enamorado de _______(tu nombre). 

Quince días antes.

-¿Enamorado? -Preguntó sorprendido Niall mientras reposaba sobre mi sillón.
-Loca y estúpidamente enamorado. -Respondí. Desde mi gran hallazgo, mi inquietud se había controlado. Estaba más tranquilo, más relajado. Estaba en paz.
-¿Vos estás seguro, Liam? Capaz es obsesión. ¿No pensaste en eso? Es fácil confundir amor con obsesión. El amor está en todo el cuerpo, mientras que la obsesión está solamente en la cabeza. Te tara, te nubla, te aísla. Son similares. Pensá que te podés estar confundiendo.
-No, Niall. Estoy enamorado. -¿Quién me veía a mí? Que hace un par de días estaba diciéndole a Louis que era imposible que estuviera enamorado, y ahora estoy aquí, convenciendo a Niall de lo contrario. 
-¿Y, qué? ¿Se lo planeás decir? -Preguntó este temeroso. ¿Lo iba a hacer? Decirle, digo. ¿Le iba a decir? 
-No se. Tal vez. No lo había pensado. 
-Capaz que es mejor no decirle. Es bueno guardarse los sentimiento. No escuches lo que dice la televisión de soltarse y ser libre. De esta manera todo es más bonito. -Niall estaba notablemente nervioso. 
-Niall, ¿Te sucede algo? Estás palideciendo. Y tus ojos están casi negro de tanto que se dilataron tus pupilas. ¿Estás mareado o algo? -Pregunté preocupado a mi rubio amigo.
-No, no. Estoy bien.
-¿Seguro? -El asintió. -Bueno, en ese caso, tengo una cita con _______(tu nombre) en… -Miré mi reloj y ahora fue mi cara la que palideció. -Hace ocho minutos. Tengo que irme. Por cierto, no le comentes a nadie esto. Y menos que menos a _______(tu nombre), ¿Entendido? -El asintió. -Prometelo Niall. A NADIE. -El volvió a asentir recuperando un poco el color rojizo de sus mejillas.

Salí corriendo cruzando la calle y poniéndome el abrigo en el camino. Toqué la puerta y me atendió ella. 

-¿Qué pasó? ¿Había mucho tráfico? -Bromeó saliendo de la residencia.
-Un poco, sí. -Nos dimos un beso corto y fuimos rumbo al restaurante dentro del barrio privado, al cual habían reforzado la seguridad para que no pasaran ningún paparazzi.

Tres días antes.

Ya está decidido. Se lo voy a decir. Es expresar lo que siento. Todo el mundo tiene derecho a expresar sus sentimientos. Ella tiene derecho a saber lo que siento. Ella tiene derecho a saber que la amo. 

Me encaminé a paso decidido por la vereda hacia el parque. Acordamos de encontrarnos ahí y no ir juntos, porque últimamente habían corrido ciertos rumores de que yo estaba saliendo con una chica, o sea _______(tu nombre), y por más que los haya desmentido al instante, debíamos ser cuidadosos. Llegué y me quedé esperando mientras el frío seco chocaba contra mi cara congelando mis facciones levemente.

-Fin de su narración-

-Narras tu-

Bueno, nada. Quedaban dos semanas para irme de Londres. Lo iba a extrañar mucho, de verdad. Pero era hora de irme. Obviamente seguía evitando a mi madre. No contestaba el teléfono, o contestaba y cortaba casi simultáneamente, o contestaba y tiraba el celular a la cama y me iba, dejándola hablando sola, creyendo que yo la escuchaba. No quiero saber nada de ella. Y esa es una de las razones principales por las que no me quiero ir de Londres. Tener que ver de vuelta a ese par de mentirosos… Dios, no me los banco. ¿Mintiéndonos por tanto tiempo tan descaradamente, y se piensan que está todo bien? Já, justo.

Ahora me encontraba yendo al parque a verme con Liam. Por lo menos con él las cosas sí iban bien; aunque iba a tener que empezar a pensar cómo hacer cuando me vaya. Supongo que ya me hice la cabeza de tener que dejarlo acá. Y supongo que él también. Al llegar lo vi parado, tambaleándose en su lugar, con las manos en el bolsillo y la cabeza escondida en el cuello de su abrigo. Caminé hacia él muy alegre, como suelo ser la mayoría del tiempo.

-¡Hola! -Dije para captar su atención y desviarla de Valencia, o de donde fuera que estuviera su mente en ese instante.
-Hola. -Me respondió y me besó castamente en los labios.
-Querías hablar conmigo. ¿Qué era? -Pregunté como una nena chica impaciente.
-Si, bueno. Es raro, y algo complicado. 
-¡No! ¿Estás embarazado? -Pregunté de broma para romper el hielo, pero el dio una risa más falsa que la misma Caroline Flack. Aún detesto a esa mujer. -Li, ¿estás bien? -Pregunté ahora realmente preocupada. El asintió levemente.
-Hay algo que quiero decirte.
-Si, eso lo se. Decímelo. Me estás no solo desesperando, sino que poniendo muy nerviosa.
-Bueno, lo que te quiero decir es que… ¿Viste cuando sentís como una aflicción en el pecho? Cuando sentís así, como si se te cerrara. Una opresión. Bueno, cada vez que estoy contigo, es como si mi corazón empezara a latir cien veces más rápido que lo normal. Como si mi pulso se acelerara, y mis manos comienzan a temblar. -Igual que a mí. Que raro…- El tema es que… No puedo parar de pensar en vos. Todo el tiempo. Sos la persona que está en mi mente cuando me voy a dormir, y cada mañana cuando despierto. Y al principio estaba re hiperactivo, porque sentía que te tenía que decir algo, pero que no sabía que era. Hasta que lo descubrí. Y te lo voy a decir… -Miré expectante sus hermosos ojos avellana, esperando encontrar alguna respuesta en ellos, pero solo vi que brillaban. Brillaban de una manera intergaláctica.- _______(tu nombre), te amo.

"Te amo". ¿Me acaba de decor que me ama? Es un sueño, ¿Verdad? ¿No es agora cuando salta diciendo "I'm an actor. Those are actors. There are hidden cameras, and you are on MTV Disaster Date"? Mi corazón comenzó a latir con tanta intensidad que por uns segundo pensé que se me saldría del pecho. ¿Qué el no entiende la gravedad de las palabras que está diciendo? ME VOY EN DOS SEMANAS. No puede estar enamorado de mí. Y menos ahora. Ahora que entiendo todo. Mismos síntomas, mismas reacciones. Yo también estoy enamorada de él. Y no puedo. No debo. 

-¿Cómo? -Logré emitir con un hilo de voz mientras los ojos comenzaban a cristalizarse. 

Elegir entre un caoba claro y un caoba oscuro es un dilema, pero dilema, dilema es cuando tenés que elegir entre ser el malo de la película para hacer un bien o el bueno y hacer un mal. Un dilemón es cuando tenés tan buenas razones para hacer algo como para no hacerlo. Cuando tenés un dilema ya no se trata de que queres elegir sino de que preferís perder. Una elección es decidir entre dos cosas buenas, pero un dilema es elegir entre dos malas. ¿Qué perder? De eso se trata un dilema. Definir cuál es la pérdida más soportable. Sabes que sos el malo de la película pero sabes también que tenés tus razones. Sabes que está tan mal hacerlo y tan mal no hacerlo. 

-Que te amo. Y tenés derecho a saberlo. Yo te amo, _______(tu nombre).

Decirle a Liam que su amor es correspondido es tan malo como no decírselo. Si se lo digo, no solo se lastima él, sino que yo también. En dos semanas me voy, ¿Y ese amor, qué? ¿Queda flotando en el aire? Sin embargo, mintiéndole, el va a sufrir igual. Solo que tal vez lo supere antes. Y sea menos doloroso. Pero el no lo va a dejar así de fácil. Tiene que haber otra forma. Tengo que lograr que me odie. Que me aborrezca tanto que le de asco verme. Y que no sufra en mi partida. ¿Es eso lo correcto? No se si es lo correcto, pero es lo mejor. Vamos a sufrir menos estando separados, que juntos.

-No. Vos no me amás. Amás a la persona que crees que soy. -Contuve las primeras lágrimas, deseosas de salir e interrumpir mi actuación. Pero no iba a permitirlo.
-¿Cómo? 
-Era todo un engaño, Liam. Solo te utilicé. Todo este tiempo, lo único que hice fue utilizarte. -Sus ojos se abrieron de par en par.- Lo lamento, pero es la verdad.
-No. Esa no es la verdad. -Negó rápidamente. -No puede ser la verdad. 
-Puede, y es. -Dije fría y tratando de sonar lo más cruel posible, acción que se me estaba dificultando bastante. Volvió a negar varias veces mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas.
-Mirame. -Me rehusé a mirarlo, con mi mirada firme en el piso. Fue entonces cuando tomó mi cara con brusquedad obligando a ver sus sufrimiento. -Mirame y decímelo. -Me quedé callada. -Decime que no me amás.
-Yo no te amo. -Dije con un gran dolor dentro mío.- 
-¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? -Preguntó soltándome la cara, pero sin mover su cuerpo.
-Fama. ¿Quién no sueña con sus quince minutos de fama? Vi la oportunidad, y la aproveché. -Respondí aún fría e inexpresiva. Apresando múltiples lágrimas.
-Sos una basura. -Sus ojos, que antes había notado estaban brillantes y encendidos, ahora estaban opacos y apagados. Llenos de odio. Odio hacia mí.- Sos una mierda. ¿Cómo pudiste? -Se limpió las lágrimas que seguían saliendo de sus ojos. -No encuentro las palabras para describirte. Me das asco. ¿Qué no tenés sentimientos? No te merecés ni que te llamen persona. Andate.
-La mentira duele, pero no tanto como la verdad. 
-¡QUE TE VAYAS! ¡ANDATE! ¡NO TE QUIERO VER! -Gritó enfurecido, como no lo había visto nunca. Lo último que noté fue como la vena de su cuello resaltaba conforme me gritaba. Solo me di media vuelta y comencé a caminar rumbo a mi casa. 

Las lágrimas por fin lograron hacerse un camino por mis mejillas, y una vez lo suficientemente lejos, comencé a correr. Corrí hasta llegar a mi casa, sin importar que Liam me siguiera, o no. Lo cual dudo profundamente. Entré y subí directamente las escaleras hasta mi cuarto, y me eché a llorar con ganas contra la almohada. 

¿Hice bien? ¿Fue lo correcto? Ahora lo dudo, pero no hay vuelta atrás.

De repente la puerta de mi habitación se abrió lentamente. 

-¿Estás bien? -Preguntó mi hermano desde el umbral de la puerta.
-Si. Espléndida como siempre. -Respondí irónica sin mirarlo. Escuché como cerraba la puerta y se aproximaba a mi cama. Luego se sentó en ella y comenzó a acariciarme el cabello.
-¿Por qué llorás? -Me preguntó dulcemente. Ahí me di la vuelta y me senté en la cama quedando enfrentados.
-¿Alguna vez leíste "The General in his Labyrinth", de Gabriel García Márquez? -El negó con la cabeza. -Es sobre Simón Bolívar. Una novela histórica. ¿Sabés cuáles fueron sus últimas palabras? -El nuevamente negó, mientras las lágrimas continuaban saliendo de mis ojos.- Él fue sacudido por la revelación abrumadora que la carrera desenfrenada entre sus desgracias y sus sueños era en ese momento de llegar a la línea de meta. El resto era oscuridad. Y dijo: "Mierda. ¿Cómo voy a salir de este laberinto?"
-Entonces, ¿Cuál es el laberinto? -Preguntó intrigado en mi historia.
-Ese es el misterio. ¿Es el laberinto vivir o morir? ¿De cual está tratando de escapar? ¿Del mundo, o del fin de este? Ahora lo entiendo, sabes. Márquez no hablaba de vivir, o de morir. Hablaba del sufrimiento. ¿Cómo salir del laberinto de sufrimiento? Ese es el nuevo misterio. 

Me abrazó sin decir ninguna palabra más. Así nos quedamos hasta que yo caí profundamente dormida.

Dos días antes.

Un golpeteo incesante me despertó. Seguía con la ropa de hace un rato, y Michel seguía a mi lado. Me levanté de la cama, y a paso muerto bajé las escaleras hasta llegar a la puerta de entrada, que seguía siendo golpeada por algún insensible que no le importa el hecho de que sean las tres y media de la mañana. Al abrir la puerta me lo encontré a él. A la persona que menos quería ver. La persona por la que había llorado gran parte de la tarde y noche. ¿Qué hacía acá? ¿Venía a seguir cagándome a puteadas? 

Me quedé muda. Todavía no había recuperado fuerzas como para enfrentarlo nuevamente. De repente, me tomé el tiempo de verlo mejor. Estaba destrozado. El cabello alborotado, la camisa sucia, tenía unas grandes ojeras bajo sus hermosos ojos, que ya habían perdido todo su esplendor. 

-Liam, ¿Estás bien? -Le pregunté sin acercarme, manteniendo una distancia en la cual podía cerrar la puerta si se abalanzaba a matarme. El negó lenta y torpemente la cabeza mientras se sostenía en el marco de la puerta.
-No. No me siento bien. Porque vos sos una mentirosa. Nos engañaste a todos. A todos. -Dijo comprobando mi teoría. No estaba bien. Estaba completamente borracho.
-Liam, ¿Estás borracho? -Pregunté asombrada. ¿Liam borracho? Eso es algo que nunca había visto. Ni siquiera en aquella fiesta, en la que todos se emborracharon. Recuerdo que estábamos en la casa del árbol de Mike, y me dijo que… ¡Oh no! ¡Liam no puede tomar! -¿No era que no podías tomar? 

De repente se desmayó arriba mío. Lo sostuve como pude y comencé a gritar en busca de ayuda. Michel bajó alarmado y con cara adormilada, y fue directo a ayudarme. Lo sujetó mientras yo llamaba a alguien que nos auxiliara, porque obviamente Tía Rosi no estaba en casa, y ninguno de nosotros podía manejar en Inglaterra.

-Vía telefónica.-

-¡Harry! -Grité cuando al fin contestó, luego de varios pitidos por parte del teléfono.
-¿Te das cuenta que son las tres y media de la mañana, horario en el que una persona laborable suele estar durmiendo? -Preguntó con voz adormilada. Me había hablado de horrible mala gana. Apuesto a que Liam ya les contó. Buenísimo, no solo perdí a Liam, sino que ahora perdí a todos los demás.
-¡Liam vino a mi casa borracho y se desmayó! Y recuerdo que una vez me dijo que él no podía consumir alcohol. Y no tenemos auto para llegar al hospital, y estoy por colapsar. -Lloriquié en el teléfono muy angustiada. Si le pasa algo a Liam, yo me muero. Y peor aún si eso le pasa por mi maldita culpa.
-Mierda. Voy para allá. -Colgó el teléfono.

-Fin vía telefónica.-

Luego de cinco minutos, el auto de Harry estacionó frente a mi casa. Con Michel lo subimos al auto rápidamente en la parte de atrás, y nos subimos con él, mientras que Harry manejaba y Louis iba de copiloto. En este momento solo quiero gritar.

-¿¡Qué le pasó?! -Gritó Louis una vez que el auto ya estaba en funcionamiento nuevamente rumbo al hospital.
-¡No se! -Lloré angustiada.- Solo se que yo estaba durmiendo, y sonó la puerta. Así que fui a atender y estaba él.
-¿Te llegó a decir algo? Antes de desmayarse, digo. -Preguntó Harry conduciendo a toda velocidad sin quitar la vista de la carretera. Negué lentamente mientras me secaba un par de lágrimas que daban paso a otras.
-No. Nada. -Mentí. No es momento de que ellos me empiecen a putear.

Llegamos sumamente rápido al hospital, y entre Harry, Louis y Michel bajaron a Liam del auto y lo llevaron adentro, a la sección de emergencia. Yo iba detrás pisándoles los talones. Los doctores de guardia lo agarraron, y tras colocarlo en una camilla se lo llevaron con suma rapidez, sin dejarnos seguir a partir de ahí. 

Michel se fue a dar algunos datos de Liam al mostrador, que quedaba doblando a la derecha, por el pasillo a la izquierda, mientras que yo me recosté en la pared amarilla y bajé hasta quedar sentada con mis rodillas flexionadas. Escondí mi cabeza entre los huecos de mis rodillas y lloré en silencio, lamentándome. de haber hecho lo que hice. ¿En qué mundo se me pudo ocurrir que era la mejor opción? Liam está en riesgo de morirse… Gracias a mí. ¿Se imaginan la carga de saber que, no solo mataste a una persona, sino que era la persona que amás? No se si podría soportarlo. No creo poder. 

De repente siento dos cuerpos, uno a cada lado de mío, sentándose. Levanté la cabeza brevemente para ver a Harry y a Louis mirándome con una mezcla de preocupación y nerviosismo, pero manteniendo la calma.

-¿Qué pasó? -Preguntó Harry escrutándome con sus grandes ojos verdes.
-Creo que ya sabés lo que pasó, o no me hubieras contestado como me contestaste cuando te llamé. -Respondí de mala gana mientras las gotas de llanto resbalaban por mis mejillas.
-No. Se lo que pasó según Liam. Ahora quiero escucharlo según vos.
-Mi versión es sea la que sea que Liam te halla dicho. -Respondí fría, consumida por mi papel.
-¿Ah si? ¿Y por qué llorás, entonces? -Preguntó esta vez Louis. Rápidamente sequé mis lágrimas y comencé a juguetear con mi cabello para despistarlos. 
-¿No nos vas a decir la verdad? -Retomó Harry, al ver que no contestaba.
-Esa es la verdad. 
-A mi me parece que la verdad es otra. Mirá, al principio estábamos re cegados, pero ahora ya entendemos todo. -Dijo Louis. -Nos pusimos a pensar, y nos pareció extremadamente raro que si iban tan bien, todo diera un giro tan… Rápido. 
-Cuando te vimos llorar, todo cuadró. -Continuó Harry. -
-Era como un puzzle. Solo teníamos que ir uniendo las piezas. Solo que nos faltaba la pieza más importante del rompecabezas. En dos semanas volvés a tu país. -Concluyó Louis, completamente correcto, en cada palabra que dijo desde que comenzó a hablar.
-¿Y eso que tiene que ver? -Pregunté molesta, una vez que había logrado que mis lágrimas cesaran.
-Dos personas que se aman obligadas a estar separadas, es una mala convinación. Ambos vimos "The Notebook". -Explicó Louis, sin capacidad de sonar aún más gay. Yo creo que hasta a mi me parece empalagosa esa película, y eso que soy una chica.
-Si, pero yo no amo a Liam. -Mentí mirando al frente. 
-_______(tu nombre), -Me llamó Harry. -La sonrisa y el brillo en los ojos que tenías cada vez que estabas con Liam, no se finge. -Sin previo aviso, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas nuevamente. 

A la mañana siguiente aún no teníamos novedades sobre Liam. Michel estaba acostado en algunas sillas de la sala de espera; Louis arriba de una de las camillas de emergencia, como en la que subieron a Liam apenas llegó, por más que lo hayan sacado de ahí reiteradas veces; y Harry estaba acostado en el piso usando un sweter como almohada. ¿Y yo? No había podido pegar un solo ojo en toda la noche. Seguía sentada en el mismo lugar. A eso de las cinco de la madrugada, vencida por el aburrimiento, pedí prestado a la recepcionista de la parte de emergencias un cuaderno y una lapicera. 

Lo que comenzaron como rayas irregulares, se convirtieron en un gran laberinto que ocupaba toda la hoja. ¿Por qué no podía dejar de pensar en malditos laberintos? Repasaba las lineas trazo por trazo millones de veces, hasta dejar la hoja siguiente marcada. A las siete y cuarto más o menos llegó Niall. Todos seguían dormidos, y no tenía intenciones de despertarlos. Al ver que yo era la única despierta, se acercó a mí, y se sentó a mi lado, justo como Harry y Louis habían hecho la noche anterior.

-Hola. -Me saludó amablemente. -¿Cómo está Liam? -Me encogí de hombros mientras seguía repasando las paredes de mi laberinto.
-No lo se. -Pausé mi actividad anterior y lo miré. -¿Qué tu no estás enojado conmigo? -Pregunté algo deprimida. Perder a Niall ya iba a ser demasiado.
-¿Por qué debería de estarlo? -Preguntó mirándome mientras volvía a mi actividad anterior.
-Porque soy una perra. -Dije sin apartar la mirada de mi laberinto. El emitió una pequeña risa.
-Será porque te conozco demasiado como para saber exactamente lo que estás haciendo. -Respondió mi pregunta anterior. Yo sonreí en mis adentros. Si necesitaba que alguien me crea en este momento, era Niall. No respondí nada, solo sonreí, y continué repasando mi dibujo. -¿Qué dibujás? -Me preguntó intrigado.
-Mi laberinto. ¿Quéres intentar? -Le pregunté refiriéndome a llegar del otro lado. O sea, cruzar el laberinto. Él tomó el cuaderno y la lapicera y comenzó a trazar entre mis "paredes". Luego de cinco minutos en los que no le presté atención a Niall en lo más mínimo, me habló nuevamente.
-Es imposible. No se puede ir por ningún lado.
-Es el laberinto del sufrimiento, Niall. No hay forma de salir de el. -Él dibujó un par de cosas, y al segundo, luego de haber atravesado toda la hoja con una línea desde la salida hasta la llegada, sin respetar los márgenes, me devolvió el cuaderno.
-Siempre hay una forma de salir del laberinto. 

Di vuelta a la página, ignorando el hecho de que haya arruinado mi hermoso laberinto en el cual trabajé toda la mañana, y nos pusimos a jugar al Tres En Raya. A eso de las ocho llegó Zayn. Brevemente me miró, después miró a Niall, y luego de vuelta a mí. Tuve que haber considerado que al hacer esto todos iban a odiarme, no solo Liam. Tengo que pensar más antes de actuar. Por suerte Niall, Harry y Louis están de mi lado, pero ver la mirada envenenada de Zayn sobre mí, eso sí que me mata. 

-¿Y Liam? -Me preguntó secamente. Notaba como había algo mucho peor que enojo en su voz. Había decepción. Y eso es peor que cualquier cosa.
-Lo están atendiendo. -Respondí incapáz de mirarlo a los ojos. 
-Si, ya se que lo están atendiendo. Me refería a como estaba. -Respondió siendo desenfrenadamente hostil y enojado.
-Nadie sabe. -Respondió Niall en mi lugar. Luego de unos breves segundos, en los que Zayn no despegaba la mirada de mí, decidí salir de ahí. No aguantaba más la hostilidad de Zayn.
-Voy por un café. ¿Querés algo? -Le pregunté a Niall, quien solo negó con la cabeza. Me paré y salí lo más rápido que pude de la sala de espera.

-Fin de tu narración-

-Narra Niall-

Zayn no paraba de mirarme de manera amenazadora. ¿Y a este qué?

-¿Qué hacías hablando con ella? -Me preguntó enfadado con los brazos cruzados sobre el pecho.
-Hablás de _______(tu nombre) como si fuera Dark Vader. -Dije parándome para estar a su nivel.
-A poco. -Respondió enfadado.
-No la trates así. -La defendí.
-¿Y vos por qué la defendéis? ¿No te das cuenta lo que la turra esa nos hizo? -Alzó un poco la voz, pero luego se calló al ver que una enfermera venía hacia nosotros. Bueno, no hacia nosotros. Hacia Louis.
-Disculpe, señor Tomlinson, pero me temo que no puede estar acostado en esa camilla. Es solo para emergencias.-Le habló la enfermera temerosa y sumisa.
-¡Shh! Soy famoso. -Respondió Louis mientras se daba vuelta sobre su propio cuerpo y volvía a su actividad anterior, pero de espaldas a la enfermera. Agarré a Zayn de la mano y lo llevé fuera del edificio. No puede despertar a nadie.
-Zayn, vos no sabés nada. -Lo regañé una vez fuera.
-Se lo suficiente como para saber que esa perra nos engañó a todos. -Respondió a la defensiva. Creo que en serio estaba dolido por la situación.
-Los engañó a ustedes. A mí no. -Respondí calmado.
-¿Cómo? ¿Vos sabías desde el principio que nos estaba engañando y aún así eras su amigo? -Preguntó confundido.
-No. -Respondí obvio. -¿Te pensás que alguien que se pasó toda la noche en vela esperando noticias sobre Liam y se me pasó una hora entera hablándome de laberintos de sufrimiento, y de un Simón Bolivia o algo así, puede llegar a ser una perra? -Pregunté indignado.
-Lo que hace la gente por fama hoy en día es impresionante. ¿No? -Muy enfadado solo me di la vuelta y volví a entrar en el hospital. 

Al entrar divisé a un doctor doblando por el pasillo hasta la sala de espera con una tablilla en la mano.

-¿Familiares o amigos de Liam Payne? -Dijo, y justo en ese momento se escuchó un ruido en seco. Louis se había caído de la camilla. Rápidamente se recuperó mientras se acercaba hacia el doctor, al igual que Zayn y yo, luego de llamar a Harry y a Michel quienes seguían durmiendo.
-¿Cómo está, doc? -Pregunté yo preocupado por mi amigo.
-Es complicado. La situación es difícil. Liam consumió altos grados de litros de alcohol, en una situación muy comprometedora. Hay un riñón en disfunción, ¿Estaban al tanto de esto? -Todos asentimos nerviosos. -Teniendo un solo riñón, las capacidades de consumir alcohol es escasa. Muy escasa. Y si él estaba al tanto no se por qué razón hubiera hecho tal hazaña. Estamos haciendo todo lo posible para estabilizarlo, pero tal vez no logre salir de esta. -Algo se estrelló contra el piso justo detrás del doctor. Mierda, _______(tu nombre). 
-¿Cómo? -Emitió ella en un hilo de voz mientras el café se escurría entre sus zapatos.
-_______(tu nombre), mejor vamos por otro café. -Dijo Harry avanzando hacia ella y tomándola por los hombros.
-No. -Estipuló negándose. -Quiero que me digan que está pasando. -Exigió aún shockeada. Nadie habló por un par de segundos.
-Señorita, lo que yo le dije a los caballeros es que la situación del señor Payne es muy comprometedora. -Explicó nuevamente el doctor.
-Pero va a estar bien, ¿Verdad? Él se va a recuperar. -Dijo esperanzada aún con los brazos de Harry rodeando sus hombros.
-No puedo asegurárselo, señorita. -Dijo lamentando el doctor.
-¿Cómo? ¿No que es un doctor? Los doctores salvan gente. Vaya y sálvelo. -Gritó desesperada con lágrimas amenazando en salir por sus ojos.
-Si, señorita. Estamos haciendo todo lo posible…
-Todo lo posible no es suficiente. -Interrumpió molesta. -Haga lo imposible si es necesario.
-______(tu nombre), vamos. -Insistió Harry. Ella se rehusó un poco al principio, pero luego aceptó ir con él.

-Fin de su narración-

-Narras tú-

Seguí a Harry hasta una sección en el hospital que al parecer estaba media abandonada. Bueno, abandonada no, carenciada de gente. No como si tuviera telarañas, o algo así. Lo único que pude hacer fue lanzarme a sus brazos y abrazarlo fuertemente. Eso era lo que necesitaba. Un abrazo. 

-Es todo mi culpa, Harry. -Sollocé en su pecho. -Por mi culpa está así.
-No, no. -Me tranquilizó Harry. -No es tu culpa. Tu no tienes… -Ahí frenó la oración, así que me separé de él para mirarlo a los ojos.
-¿Ibas a decir que yo no tengo nada que ver? -El bajó la mirada y luego volvió a mirarme. -Porque si tengo que ver. Todo tengo que ver. ¿En qué cabeza se me pudo haber ocurrido decirle que lo quería por la fama? -Lloré desahogándome completamente.
-Creíste que era lo mejor. Solo tratabas de protegerte a vos y a él.
-Que bien protegido que está con un maldito doctor que no sabe ni sonarse los mocos solo. -Grité molesta y triste a la vez. Me sentía impotente. Sin poder hacer nada al respecto. Y para peor culpable. Harry volvió a abrazarme.
-Todo va a estar bien. -Luego de un par de segundos de abrazo, se decidió a volver a hablar. -Creo que debes ir a tu casa a descansar. Tengo el presentimiento de que no dormiste en toda la noche. -Yo negué con la cabeza. -Si, pensé que no querrías. Por lo menos vamos por un café. Yo invito. 

Admiro a Harry en este momento. Su amigo a punto de morirse, y aún así tiene tiempo para consolarme a mí. Tal como prometió, fuimos a comprar café para todos, y obviamente no me dejó ni amagar a sacar la billetera. Le dimos un café a cada uno y yo me senté en el piso, en el mismo lugar que antes, a esperar, y esperar, y esperar. No habían noticias. Sin darme cuenta, había caído en los bellos brazos de Morfeo.

Al despertar lo primero que vi fue la cara de Niall. Estaba recostada en sus piernas. Miré al rededor, y no habían señales de ninguno de los chicos, incluso de Michel. 

-¿Y los demás? -Pregunté a Niall mientras me acomodaba sentándome a su lado.
-Fueron a darse una ducha y a descansar un poco, lo que tu deberías estar haciendo. -Me reprochó con una sonrisa relajadora.
-Sabés que no me voy a mover de acá.
-Lo se. Por eso me quedé contigo. Pero al menos come algo. -Insistió Niall.
-No tengo hambre. -Dije a modo de respuesta.
-No comés desde ayer andá a saber a qué hora. 
-¿Qué hora es? -Pregunté intrigada.
-Las ocho.
-¿De la mañana? -Volví a preguntar asombrada de que así fuera.
-No, de la noche. Estás más perdida. ¿Dónde tenés la cabeza? -Me preguntó riendo.
-En un estúpido error. -Respondí desanimada.
-Vamos. Algo tenés que comer. -A la fuerza me levantó y me arrastró a la cafetería.

Comí lo mejor que la cafetería de un hospital me podía ofrecer. Un sandwich de carne y salame, empaquetado en un paquete de plástico claramente anti-eco-friendly, que estaba muy añejo y el pan estaba duro. Pero Niall no dejaba de insistir que lo terminara. Luego volvimos a la sala de espera.

-_______(tu nombre), necesitás dormir en una cama, no en el piso. ¿No querés que te lleve a tu casa? -Volvió a insistir. ¿No entiende que yo de acá no me muevo?
-Niall, ya lo hablamos. 
-Bueno, al menos acostate en la camilla. -Señaló la camilla en la que Louis había dormido toda la noche anterior. Sin decir mas acepté. En las piernas de Niall no había dormido más de tres horas, y estaba realmente exhausta. 

Esa es la razón por la cual no tardé mucho en volver a dormirme.

-¿Familiares o amigos de Liam Payne? -¿Era un deyabú, o hasta en mis sueños me torturo? Oh, no. Ninguno de los dos. Pasaba realmente. Me moví lentamente, y justo como Louis esta mañana, fui a parar directo al piso del hospital.
-Wow, que fácil que es caerse de estas cosas. -Dije más para mí misma que para alguien más.
-¿Verdad que sí? -Respondió Louis indignado. Aguarde, ¿Y él cuándo llegó? ¿Cuándo llegaron el resto de los chicos?
-Chicos… -Dijo Harry para que nos acercáramos a hablar con el doctor. ¡El doctor Inútil! ¿Qué nuevas nos traerá? ¿Qué aprendió a atarse los cordones solo? Caminamos hasta donde estaban los demás y nos pusimos a escuchar al Doctor Inútil.
-¿Está bien? -Preguntó Niall.
-Si. Por suerte pudimos estabilizarlo, y ya se encuentra consiente. -Sentí como si volviera a respirar. Como si hubiera estado conteniendo la respiración todo este tiempo, y al fin hubiera soltado el aire. -Pero aún sigue grave, y va a permanecer en el hospital por un día más, y luego volverá a su casa.
-¿Se puede? -Le pregunté ahogándome una sonrisa. Eso acabaría con todo mi acting.
-¿Qué, señorita? -Me preguntó Mr. Doctor Inútil.
-Pasar a verlo. ¿Se puede? -Repetí obvia. El doctor solo asintió y me dio paso hasta la habitación. -No. No lo decía por mí. -Aclaré.
-_______(tu nombre), no pasaste dos días en un hospital para después no verlo. -Dijo Louis, comprensivo y nuevamente alegre.
-Como si me fuera a querer ver.
-Intentalo. -Me alentó Harry, y prácticamente me metió en la habitación donde estaba Liam. Apenas me vio, dio un gran suspiro.
-¿Qué? ¿Hay un montón de paparazzis afuera de la habitación? -Preguntó irónico mientras daba una pequeña risa.
-Tampoco me trates así. -Respondí yo avergonzada mientras jugaba con los puños de mi sweter.
-¿Y cómo querés que te trate? Si no te tratara con ironía, en este momento te estaría cagando a puteadas. -Respondió enfadado sin moverse de la cama. Yo lo miré, y luego posé mi vista nuevamente en mis puños. -¿Qué querés? -Me dijo con extrema hostilidad.
-Solo quería saber si estabas bien. -Le respondí aún sin mirarlo. No me daba la cara para hacerlo. 
-Contate otro chiste. -Lo miré y vi como sonreía con ironía. -A vos lo menos que te importa es si estoy bien, mal, o si me comió un león. ¿Sabés por qué? Porque sos una perra. Una hija de puta. Una egoísta que no piensa en nadie más que en vos misma. ¿Te das cuenta, no? Que por tu culpa estoy acá. ¿Por qué no te vas? Hacenos un favor a todos y tomátelas. No queda nadie más a quién puedas estafar. -Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin previo aviso. -¿Ahora vas a llorar para hacerte la rata muerta? Conmigo eso no funciona. Andate. -Sin decir ninguna palabra más, salí de la habitación.

Sin mirar a ninguno de los chicos, que de seguro habían escuchado toda la conversación, me fui a paso acelerado fuera del hospital. No se que hora era, ni me importaba. Solo se que era de noche, y que llovía. ¡Buenísimo! ¿Algo más para agregar a la lista de "cosas malas que le pasan únicamente a ______(tu nombre)"? Justo antes de salir siento que alguien me llama. Era Zayn. ¿No que estaba enojado conmigo? Volteé sin dejar de caminar y vi que se le caía el celular. Como pudo lo volvió a levantar y siguió corriendo detrás mío. Una vez fuera del hospital, donde las gotas de lluvia caían libremente sobre mi cuerpo. Seguí corriendo, por lo menos llorar abajo de la lluvia lo camuflaba un poco. Lamentablemente Zayn logró alcanzarme.

-¡_______(tu nombre)! ¡Esperá! -Gritó justo cuando me alcanzaba en el estacionamiento del hospital. Volteé para quedar en frente de él. Va, en verdad, él me obligó a voltear, técnicamente.
-¿Qué pasa, Zayn? -Dije de mala gana, sin dejar de llorar.
-¿Qué es lo que sucede? -Preguntó abiertamente. Así que eso le di, una respuesta abierta.
-Bueno, hay mucha hambre en el mundo. En África siquiera hay agua la mayoría del año. Hay mucha gente desempleada, y que no tienen para comer. Y muchas guerras. -Le respondí tratando de camuflar mis lágrimas con las gotas de la lluvia.
-¡Hablo de Liam! -Explicó obvio, aunque claro yo ya lo sabía. Solo había decidido evadirlo. Me quedé callada y miré al piso. ¿Qué sucede con Liam? Buena pregunta…
-Nada. -Respondí volviéndolo a mirar.
-No me mientas. Es todo lo que te pido. -Insistió con una mirada triste a la cual no me pude resistir.
-¿La historia larga o la corta? -Pregunté rindiéndome ante sus hermosos ojos.
-La que quieras. -Respondió algo más animado.
-Es que… Zayn… No… -No sabía como decirlo. -Nada. Olvidate. -Respondí volviendo a girar para irme a mi casa. O a la de la tía Rosi, mas bien. Pero Zayn no se rendía tan fácil, y yo sabía eso. Así que nuevamente cinchó de mi brazo hasta que me tuviera en frente.
-Lo amás, ¿Cierto? -Preguntó. Yo solo miré hacia abajo, avergonzada. 
-Si. Lo amo. -Era la primera vez que se lo decía a alguien. Mi inconsciente ya estaba bastante seguro, pero nunca lo había dicho en voz alta. Todo el mundo lo había deducido por su cuenta. 
-¿Y si lo amás por qué pasar por todo esto? -Porque no creí que fuera a parar al hospital, tal vez… No se. 
-No se, Zayn. Me voy. -Cambié de tema radicalmente.
-Bueno, vení que te llevo. -Dijo señalando a la nada en el estacionamiento refiriéndose a su auto.
-No. No me entendiste. Me voy. De Inglaterra. -Le aclaré sin dejar de llorar. Iba a extrañar mucho este país.
-¿Cómo? No te podés ir. 
-De todas maneras iba a hacerlo dentro de dos semanas. Solo adelanté un poco el proceso.
-¿Cuándo te vas? 
-Mañana, probablemente. Voy a internar cambiar mi pasaje para entonces, o sino el día después. Pero no voy a estar acá por mucho tiempo más. -Expliqué dolida. El asintió triste y yo lo abracé. No soporto verlo así.
-Prometé que vas a seguir comunicada cuando te vayas. -Yo asentí en su hombro.
-Esto no es una despedida, Zayn. Confío que vas a venir mañana a despedirme. Sinceramente, ahora no estoy de ánimo como para despedidas. -El asintió mientras nos separábamos.
-¿Quieres que te lleve a tu casa? -Preguntó amable, secándose un par de lágrimas que se le habían escapado. ¿Cómo dejar todo esto? ¿Cómo irme y dejar todo lo que construí? A veces simplemente no se tiene otra opción. Negué con la cabeza.
-Prefiero caminar. Sirve para despejarme. -El asintió, y yo me fui caminando en la lluvia, rumbo a casa.

Él día.

Preparé todo para irme. Michel se iba a quedar. Él si iba a completar las dos semanas que restaban de viaje. No había razón para arruinarle la diversión a él, cuando la única achacada era yo. 

El amor es simple, solo se trata de estar próximos, de estar cerca, eso es el amor.
Esa distancia es una espera insoportable, no hay tanto misterio, es simple, lastimar a alguien que te ama provoca una distancia insalvable. El amor es un contrato, y hay que estar ahí, no se puede faltar a la cita, porque un corazón se rompe con demasiada facilidad.

Ya estaba en el aeropuerto. Lista para irme. Todos estaban ahí para despedirme. Bueno, no todos. Si saben a lo que me refiero. Con Mari y Jen ya nos habíamos despedido en mi casa, pero aún así insistieron en acompañarme hasta el aeropuerto. Ahora me tocaba despedirme. Le di un abrazo a cada uno, y luego los miré en general.

-No se pongan tristes. -Les pedí con una sonrisa bien fingida. -Nos vamos a volver a ver. Esto no es un adiós. Es un hasta pronto. Así que me levantan esas caras que me van a hacer llorar a mí. Los quiero a todos. Y cualquier cosa que necesiten, no duden en llamarme. No me gustan las despedidas, así que nada. Me voy. -Les di un último abrazo y me apresuré para embarcarme en mi nuevo problema: mi madre.

No miré para atrás. No podía hacerlo, o iba a arrepentirme. De verdad me había encariñado con este lugar, y con las personas. No era fácil dejarlo ir. No creo hacerlo nunca. 

-Fin de tu narración-

---------------------------------------------

Ya voy con la parte dos. No lo iba a hacer en dos partes, pero después de ver que sin querer escribí 34 hojas de word, no me quedó otra.

12 comentarios:

  1. MAALDITA SEEEEEEEEEEEAAAAAAAAAA VOY A TIRARME A LLORAAAAAAAAARRRRR PEERRA QUE SOY TAMBIEEEEEN, segui la de niall. Gracias en serio por la mejor novela de todaas, admito que me inspire muchisimo en tu novela. Soy de urugay

    ResponderEliminar
  2. Admito que llore con este capitulo...

    ResponderEliminar
  3. llore amargamente enserio!! esta es la mejor novela que habia leido en toda mi vida!

    ResponderEliminar
  4. No llore...bueno, estuve a punto. Y tenía el corazón que se me va ha salir del pecho ¡pedazo capítulo! No me puedo creer la imaginación que tienes. Espero que sigas escribiendo porque se te da de maravilla.
    Es como una película enserio.
    Besos :D

    ResponderEliminar
  5. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa casi lloro prime ra novela que casi me hace llorar te ODIO por que eres tan buena escritora aaaaaaaaaaaaaaa aqui voy a comenzar la segunda parte

    ResponderEliminar
  6. No me lo creeeeeo he llorado por una novela ... amo esta novela lo juro.

    ResponderEliminar
  7. diooos la primera vez k lloroo en una novelaa! me ha encantado, son buenisimos todos los capitulos, bss sigue asii!=)

    ResponderEliminar
  8. dios he llorado por una novela es impactante, me encanta!!!

    ResponderEliminar
  9. http://directionerfromtheverybegining.blogspot.com/

    ingresen a mi blog...estoy escribiendo una historia sobre Niall y Tu... a ver si me dan su opinion... gracias =)

    Juliiii me encantan tus historias.... hermosas!!!

    ResponderEliminar
  10. te juro que llore.... CONCHETUMEDRE PENSE QUE LIAM SE MORIA LA RE PUTISI.......... nah te quiero solamente me saque un pocito. Ro.

    ResponderEliminar
  11. Madre mía, es 2014 y estoy leyendo esta novela que tristemente antes no había encontrado. Llevo unos 5 días leyéndola desde el principio, decirte que es genial. Soy de España. Lloré con este capítulo, y antes de pasar a la parte dos de este último capítulo, quiero entender la primera parte de este capítulo, en el anterior capítulo _____ no estaba enfadada con Liam? Porque él se besó con Danielle, y ella se fue a casa de la madre de Harry. Y este capítulo así de repente empieza de una manera que no tiene que ver con el anterior capítulo. No entendí la primera parte sinceramente y necesito explicaciones para entender... Se arreglaron ellos dos o qué pasó? SOCORRO, NECESITO RESPUESTAS, D: Gracias! Tamara.

    ResponderEliminar
  12. no entiendo nada . esta es la novela de liam y tu/yo y se supone que ahora viene el capitulo en donde liam me viene a buscar y pedirme perdon porque eramos novios y en la fiesta de fin de año lo encontre besandose con Danielle y me enoje con el y Harry me llevo a la casa de su mama

    ResponderEliminar