domingo, 9 de junio de 2013

Cap. 36°: "La edad de los por qué".




-Técnicamente, ya había terminado contigo para entonces -Le dediqué una sonrisa- ¿Puedo ir yo ahora? -Pregunté, a lo que todos asintieron- Bueno, lo único que tengo para decir es que… Me la hiciste difícil, eh. Me costó mucho darme cuenta que eras vos -Dije mirando a Liam, quien me sonrió de vuelta. -Verdaderamente, das mas vueltas que una mina…
-Bueno… ¿Si te la hacía fácil cuál sería el punto del juego? -Me tiró el paquete, como si de un partido de basquetbol se tratase, y con la poca motricidad que tengo, era obvio que iba a terminar cayendo en mi cara. Luego de un par de risas por parte del resto, abrí la bolsa.-
-Wow, es realmente hermoso. -Dije asombrada admirando el collar que me había regalado con un delicado corazón como dije. - Gracias. En cerio. Gracias -Me abalancé sobre él abrazándolo gratamente.
-De nada -Me dijo al oído de la manera más sexy que alguien podría hablar. Con esa voz ronca y rasposa que siempre me gustó de él… Así, me puede. Lo que me sorprendió es que Danielle no dijera palabra alguna ante mi acto de agradecimiento. Me grita por todo, y cuando me tiro arriba de él no me dice nada. Más bipolar la mina…

Así seguimos repartiendo regalos unos a los otros, y cuando al fin terminamos nos quedamos tomando un chocolate caliente antes de irnos todos de vuelta a nuestras respectivas casas. De repente, Danielle entró a la casa. Ella había salido a hablar con Liam hace como 10 minutos, y aún ninguno de los dos había regresado, hasta ese momento. Ella tranquilamente agarró su cartera. ¿Se va? ¿Ya? No es que no me guste la idea, pero normalmente es la última en irse para poder controlar a su novio. De repente todo se aclaró cuando por fin se dignó a hablar antes de atravesar la puerta. 

-Chau, chicos. Nos vemos. -¿Y tanta amabilidad de donde salió? Debe ser con el resto, porque si de algo estoy segura es que para mí no es. -Ah, no. Cierto que no nos vamos a ver más. Espero que estés feliz. -¿Feliz? ¿Yo? ¿Por?- Gracias a vos terminé con mi novio. 

OKEY. Rebobinemos. ¿Terminó con Liam? Se que no debería de estar feliz, pero ¡SÍ! Lo estoy. Y muy muy feliz. Ahora voy a poder estar con Liam sin sentir culpa. ¿O no? Digo, capaz está muy dolido por su reciente ruptura que no va a querer. O peor. Capaz que ahora me odia por ser la razón de su ruptura. Me quiero matar… La perra salió por la puerta sonriendo cínicamente. Yo creo que mucho no le importó haber terminado con su novio… Liam seguía sin entrar. Y eso me preocupaba, y mucho. Y veo que no era la única. Nadie decía nada. Todos estaban callados. Mirándose entre sí, como tratando de figurar cómo manejar la situación. Claramente no era la única feliz por la reciente noticia. A nadie le caía bien Danielle. Y supongo que están feliz de que deje de hacer sufrir a su amigo. 

-¿A quién le pinta ir a ver que onda con Li? -Preguntó Mari muy preocupada al igual que el resto, porque se que aunque lo conocía desde hace poco, le tenía mucho cariño. 
-Andá vos. -Me dijo Jen en español.
-¿Yo? ¿Por qué? -Le respondí también en español.
-Porque te encanta. -Largó sin miedo.
-¿Qué me encanta qué? ¿El chocolate? Lo amo. Soy como chocoadicta. Es una enfermedad… 
-_______(tu nombre), no te hagas la estúpida. Sabés perfectamente de lo que hablo. -Me interrumpió abruptamente.- Te encanta Liam, y ahora vas a ir ahí afuera a hablar con él. Y si no vas, asemás de decir en inglés que estás completamente loca por Payne, te mando de una patada para afuera.
-¿Dónde me conseguí una amiga tan mandona? -Dije ya poniéndome mi abrigo para salir. Tampoco quería que todo el mundo se enterara de que me gustaba Liam. Ella sonrió victoriosa y yo salí de la casa ente la mirada confundida de la gente. Lo vi sentado en la escalera del porche mirando a la nada.
-Hola -Dije para que notara mi presencia. Sin voltear me respondió.
-Hola.
-¿Cómo estás? -Pregunté mientras me sentaba a su lado en las escaleras. El me miró obviando la situación. -Okey, mala pregunta. No soy muy buena consolando gente. -Emití una leve risa mientras corría mi pelo atrás de mi oreja.
-No te preocupes. Soy yo que estoy de mal humor. Es que nadie me puede entender. ¿Quien deja a alguien en Navidad? No creo que haya peor cosa que eso. -Se secó unas leves lágrimas que le salían de los ojos.
-Que te dejen en tu cumpleaños. -Comenté en voz baja, como para mí.
-¿Uh? -Preguntó mirándome nuevamente.
-Preguntaste qué era peor que te dejaran en navidad, y yo respondí que es peor que te dejen en tu cumpleaños. -Repetí ya entristecida yo también.
-Si, ¿Pero quién puede ser tan idiota como para dejarte el día de tu cumpleaños? -Preguntó nuevamente emitiendo una pequeña risa. Al menos lo hice reír.
-Mi ex novio… -Su expresión se tensó.
-Perdón, no sabía. -Se disculpó arrepentido.
-Da igual. Ya casi pasó un año. Lo superé. -No mentía. Tal vez llegué acá sin hacerlo, pero algo me hizo poder pasar por esa fase exitosamente, y ya ni me dolía recordarlo. Bueno, no tanto.
-Estar de novio es una mierda. Voy a estar soltero para toda la vida. -Habló como si tuviera 6 años.
-Que pena. -¿Yo dije eso en voz alta?
-¿Cómo?
-No, que pena para todas las chicas que están atrás tuyo. -Ideé lo primero que se me ocurrió.
-¿Y vos? -Me preguntó mirándome a los ojos.
-¿Yo qué? 
-No, que vos también debés de tener a millones atrás. -Ambos jugábamos a un confuso juego en el que nadie se querría meter.
-¿Y eso por qué? -Decidí poner fin al juego, y comenzar con otra cosa.
-Porque, por lo linda, y graciosa, y por tu linda sonrisa, y por tus ojos tan lindos. -Cada palabra que salía de su boca hacía que se acercara cada vez más a mi cara.
-¿Crees que soy linda? -Le pregunté esperanzada. Tal vez después de todo no me iba a odiar por ser la culpable del rompimiento con Danielle.
-Nah, un poco. -Bromeo sin alejarse. Reí un poco y golpeé suavemente su brazo. El aprovechó mi movimiento para cinchar de mi brazo y acercarme más de lo que estábamos antes, para luego besarme tiernamente.

Fue un beso perfecto, delicado, pero intenso a la vez. Nuestros labios encajaban perfectamente como dos piezas de un rompecabezas, y justo en el momento en que le permití o el acceso a su lengua, éstas jugaban una guerra la cual para nosotros dos parecía interminable. Me incitó a sentarme en su falda, acto que no desaproveche, y sin despegar nuestros labios, me posicioné donde él había pedido. De repente el corta el beso abrúptamente.

-¿Notaste que estamos abajo de un muérdago? -Me dijo con una sonrisa enorme.
-¿En cerio interrumpiste el beso para decir eso?
-Me pareció algo importante. -Sin contestar, solo volví a besarlo igual que antes.

2 días después…

Estábamos todos hablando en la casa de Liam. Las cosas después del beso no habían avanzado mucho. No podíamos salir, porque técnicamente si saliéramos a mi me verían como la mujeriega que sale con todos los miembros de One Direction, así que no podían vernos juntos demostrando ningún tipo de afecto en público. Aún así, eso no nos permitía intercambiar demostraciones de afecto en el ámbito privado. Los chicos estaban al tanto de nuestra "relación", o como sea que se pueda llamar, y la apoyaban, y también apoyaban nuestro deseo de no contarle a nadie por el momento. O nunca. Después de todo en un par de meses me voy. Así que no hay problema si nunca se entera la prensa. Mi celular comienza a sonar, y en el captor de llamadas se distinguía que era Mich de quien se trataba.

-En español-

-Hermanito -Lo saludé feliz desde el sillón.
-Me tengo que ir. -Soltó de una y sin escrúpulos.
-¿Ir? ¿A dónde? -Pregunté algo alarmada y confundida a la vez?
-A _______(tu país). Es complicado. Pero vuelvo. Es por un par de días.
-¿Por qué? -Logré emitir de lo confundida que me encontraba.
-¿Mamá no te llamó? -¿Para qué me quiere llamar mamá? Oh oh- Bueno, nada. supongo que ella te va a contar. No te asustes. ¿Si? -Por primera vez vi como Michel demostraba verdadera preocupación por mí, y eso no me gustaba. No por nada en especial, sino por las circunstancias.
-¿Por qué? -Repetí aún confundida y algo asustada.
-¿Qué pasó? ¿Volvimos a la edad de los por qué? -Comentó gracioso para no preocuparme más de lo que ya estoy, seguramente. Justo me entró otra llamada; es de mamá. -
-Mamá me llama. Después me explicás todo. Bye. -Corté y atendí a mi madre. Preocupada procedí a la cocina para tener un poco más de privacidad.
-¿Mamá? ¿Qué pasó? ¿Por qué Michel se está yendo a _______(tu país)? -La escuché sollozar antes de que siquiera me haya dirigido una palabra. ¿Qué estaba pasando?- ¿Por qué llorás? ¿Por qué no me respondés? -Cada segundo me preocupaba más.
-Por qué. La expresión justa. 
-Mama, ¿Qué pasa? -Insistí al borde del llanto.
-Es algo duro de contarte por teléfono, amor.
-¿Por qué?
-Es delicado. Es tu padre…
-¿Papá? ¿Qué le pasó a papá? ¿Él está bien? -Si le pasa algo a mi padre, muero.
-Nada. A él nada.
-Pero estás mal. ¿Por qué?
-A veces los adultos hacen cosas sin pensar, sabés hija. Capáz porque estamos cansados de la rutina. -¿Qué hizo papá? Debe de ser grave, si mamá me llama llorando y Michel se está volviendo a mi país.
-Mamá, no des más vueltas. Es como sacar una bandita. ¿Te acordás?. Si la sacás despacio el dolor duele más, pero si la sacás de un tirón, el sufrimiento es menor…
-Tu padre me engaña. -Largó de la nada. Toda mi charla sobre la bandita se fue al tacho. ¿por qué no tuvo más tacto? ¿Por qué?
-¿Cómo? -La voz se me había quebrado por completo, y con la espalda apoyada en la pared de la cocina, bajé hasta quedar sentada en el piso de la mísma.
-Y yo lo sabía. -Permanecí callada. ¿Cómo es que lo sabía y no decía nada? ¿Es estúpida o qué? -No dije nada porque… No quería arruinar la familia. Pero no lo soporté más, hija. No lo soporté más. Nos vamos a separar. Por eso Michel viene. Él es mayor de edad, y sirve como testigo, y para un par de trámites y esas cosas.
-¿Por qué? -Pregunté refiriéndome al por qué de mi padre al realizar ese tipo de hazaña. 
-No se, amor. Pero vos quédate tranquila. Todo va a estar bien. Te llamo más tarde. - Y sin decir nada más, corté la llamada.

Me quedé ahí, sentada, llorando, deseando que nadie viniera a la cocina y me viera en este estado. Luego de un par de segundos, decidí que era mejor salir de la casa de Liam. Me paré y caminé rápidamente atravesando la sala de estar. Sentí la mirada de todos, pero solo bajé la cabeza, y a paso rápido me retiré del lugar. Crucé la casa y me metí en mi casa. Como era de esperarse, no había nadie. Subí las escaleras para ir a mi cuarto, y al llegar me desmoroné. Me largué a llorar como me había estado aguantado hasta ahora. Abrí un par de cajones con brusquedad buscando la caja de cristal que mi padre me había regalado al cumplir 16. Sacaba un cajón, sacaba todo lo que había en él, y como la caja no estaba los tiraba en el piso, desordenando mi cuarto. Cuando al fin la encontré, la tiré contra la puerta, estrellándose de esa manera en miles de pedacitos. Justo alguien abría la puerta, pero por suerte no llegó a lastimarlo el cristal.

-¿Qué te pasa? -Preguntó Liam entrando a la habitación y cerrando la puerta a su paso.
-Nada. Me encanta tirar cosas para que se rompan. -Agarré un florero y lo tiré estampándolo contra la puerta nuevamente, y éste repitió el procedimiento de la caja de cristal. -Deberían hacerlo un maldito deporte. Definitivamente me llevo el oro. -Agarré un cuadro para tirarlo, pero el fié más ágil, y lo sacó de mi mano antes de que yo lo tirara.
-Tranquilizate. -Me pidió tomándome de los brazos y obligándome a mirarlo.
-No le podés pedir que se tranquilice a una chica que notablemente está intranquila. Es básico. -Le grité notablemente nerviosa e intranquila con la situación.
-Bueno, entonces gritame. -Dijo tranquilo haciendo su mejor esfuerzo.
-¡No me digas que hacer! -Sé que él no tenía la culpa, pero estaba en el lugar menos indicado, en el momento menos indicado.
-Okey. Sentate acá. -Me guió hasta la cama sentándose a mi lado. Claramente no sabía que hacer. Yo hacía todo lo posible para no llorar tanto, pero las lágrimas se desprendían de mis ojos como duchas inglesas. De repente, solo me abrazó. Y me largué a llorar como una niña chica, aceptando su abrazo. -¿Qué pasó? -No respondí. No estaba como para contarle. Ni a él ni a nadie.

Él comprendió que no le iba a decir, así que solo continuó abrazándome. De verdad necesitaba uno. Nos recostamos, y sollozando me quedé profundamente dormida. 

4 días después

Hoy era 31 de diciembre. El fin de una era. El fin del año. De este año que había traído tantas cosas con él. Buenas y malas. Liam me había ayudado mucho en los últimos días, luego de contarle lo sucedido. Los chicos también, y procuraban nunca dejarme sola, y siempre hacerme sentir mejor de diferentes maneras. 

Al parecer, mi padre engañaba a mi madre desde hace más de 1 año, y mi madre estaba enterada. Y según me contó, por despecho había empezado a salir con un hombre, pero luego hasta se enamoró de él y todo. ¿Cómo pude estar tan ciega? Ambos tenían otra pareja, y yo seguía en mi mundo de flores y mariposas. ¿Por qué? Bueno, relaciones, relaciones no. Papá solo se acostaba con la recepcionista, durante más de un año. Pero mamá si tenía un novio. No se su nombre, ni me interesa saberlo. Mamá intentó platicarme sobre él, pero todo lo que alcancé a oír es que no es de nuestro país. Luego solo le corté la llamada. No quería sasber nada de ese hombre. Ni de mi padre. Nunca más. 

Ahora solo tenía que pensar en el baile de fin de año. Bueno, fiesta. Era en la casa de Louis y Harry. Iban a hacer una gran fiesta, con cientos de personas, que lo último que les importe son los amores de los chicos. Por lo que podría estar con Liam sin problema alguno. No habrían paparazzis, ni nada. 

Me vestí y fui hacia su casa. 



Acordamos que Liam no iba a llevarme, porque afuera de la casa de Harry si habrían paparazzis y no nos podían fotografiar entrando juntos a la fiesta. Me tomé un taxi y llegué ahí en menos de 10 minutos. Pagué y bajé. Como era de suponerse, la entrada al edificio estaba llena de fotógrafos y entrevistadores. 

-_______, _______, un segundo. -Me llamó uno de los paparazzis, y como no quería ser descortés, me acerqué. Me sentía en una alfombra roja. -¿Harry y tu volvieron? -Preguntó el hombre con una grabadora en la mano.
-No, claro que no. -Respondí corriendo un mechón detrás de mi cabello.
-¿Y qué haces en su fiesta?
-Seguimos siendo grandes amigos. -Dicho esto entré al edificio. Me estaba congelando.

Había de verdad mucha gente. Los muebles del estar no estaban, y la música estaba a todo volumen. De repente alguien me tapa los ojos desde atrás.

-¿Quién soy? -Me habló con una voz masculina y rasposa. Completamente sexy.
-¿Jen? -Pregunté, bromeando. Ahí me destapó los ojos y se puso frente a mí. Me dio un tierno beso en los labios y después me sonrió.
-¿Tengo la voz de Jen? Ahí hay un problema. O su voz es muy masculina, o la mía muy femenina. -Bromeó tomándome de las manos.

Bailamos mucho tiempo, y como a las 4 de la mañana, él se fue a buscar algo para tomar, y yo me quedé esperándolo. Un chico que jamás había visto en mi vida se me acercó. 

-¿Bailás? -Negué con la cabeza. -¿Cómo que no bailás? Todos bailan.
-No, es que ya estoy con alguien. -Traté de sonar amable.
-¿Con quién? -El chico notablemente me estaba irritando.
-Eso no es de tu incumbencia. -Le respondí algo irritada.
-¿Es con el castaño de la banda, no? Liam, se llama. -Ya estaba completamente irritada.
-Eso a vos no te importa. -Respondí mirando para otro lado, a ver si así me dejaba en paz.
-No. Pero a vos si. ¿No es el que se está besando con otra por allá? -Inmediatamente volteé a ver donde el chico señalaba, y efectivamente era Liam de quien hablaba. Y efectivamente se estaba besando con otra chica. Y no solo eso, sino que esa otra chica era Danielle. O sea, estaba besando a su ex novia. 

Salí corriendo a la terraza mientras las primeras lágrimas comenzaban a brotar por mis ojos. La vista desde el departamento era hermosa. Habían algunas personas en la terraza, pero estaban en lo suyo, y nadie notó que yo estaba ahí, y llorando. Bueno, casi nadie. Alguien se acercó como a los 5 minutos de estar viendo la vista de Londres.

-¿Qué hacés acá? Liam te está buscando hace como… -Ahí vio que estaba llorando y se detuvo.
-Que siga buscando. -Le dije seriamente mientras me secaba las lágrimas.
-¿Qué te pasó? -Preguntó Harry preocupado.
-Nada. Me quiero ir. -Volví a repetir el acto de limpiarme las lágrimas, que no dejaban de desprenderse de mis ojos.
-¿Qué te hizo Liam? -Preguntó abrazándome.
-Lo vi besándose con Danielle. Su ex. -Me separé de él para mirarlo a la cara. -Las personas no besan a su ex. Ese es el chiste de los ex. Que son EX. -Me enfurecí en lo que las lágrimas seguían saliendo de mis ojos con más rapidez. -Quiero irme. -Le rogué con lágrimas saliendo por mis ojos.
-Bueno, te llevo a tu casa. 
-NO. No. -Le pedí. -Es donde él me va a buscar. Y no estoy de ánimos para verlo.
-Okey. Ya se donde llevarte. -Me tomó de la mano para guiarme, pero se frenó antes de comenzar a caminar. -Estás helada. ¿No trajiste abrigo? -Yo negué mientras limpiaba mis lágrimas, que ya comenzaban a cesar.- Tomá. 

Me entregó su abrigo y entramos de vuelta a la casa. Luego salimos al lobby, y de ahí salimos del edificio. Millones de paparazzis estaban afuera, y al vernos salir comenzaron a sacar muchas fotos. Las lágrimas ya no caían, pero aún así traté de cubrir mi cara lo máximo posible, y guiada por la mano de Harry, me llevo hasta su auto, que estaba en la entrada del edificio. Me abrió la puerta del copiloto, y me subí. Luego de rodear el auto, se subió él, esquivando a todos los paparazzis, quienes no paraban de estorbar y hacer preguntas.

Conducimos como por 20 minutos, y nos metimos a un barrio privado. Estacionamos en una linda casa de ladrillo.

-Harry, ¿Dónde estamos? -Le pregunté antes de bajarme.
-En casa de mi madre. -Respondió apagando el motor y bajando del auto. Fue hasta mi lado y me abrió la puerta.
-No hay chance de que yo conozca a tu madre en este estado. -Dije sin bajarme del auto.
-¿Preferís que te lleve a tu casa? -Bajé la mirada. -Mi madre te va a amar. Vos no te preocupes. -Sin decir nada más, me bajé del auto y entramos a la casa.
-Gemma, ¿Sos vos? -Se escuchó una voz desde las escaleras. Estaba todo oscuro, así que no pude distinguir. Pero de seguro era la madre de Harry. ¿Qué va a pensar? ¿Qué si hijo trae a una cualquiera para acostarse en su casa? Dios…
-No, ma. Soy yo. -Respondió Harry prendiendo la luz. Su madre se abalanzó sobre él para abrazarlo, y luego posó su mirada en mí. -Am, ella es una vagabunda que encontré en la calle, y decidí traerla. -Nota mental: No dejar que Harry invente escusas.
-No viste como vagabunda. La verdad Edward. -Le exigió su madre con mirada desafiante. Yo no emitía palabra alguna.
-Bueno, La verdad es que… -Me miró y luego prosiguió. -Ella es _______ (tu nombre), y está saliendo con Liam. 
-¡Harry! -Susurré tratando de que se callara.
-Es mi madre, no pasa nada. -Me dijo a mí, y luego prosiguió con la historia. -El tema es que vio al Liam besarse con otra, y se puso triste. Y yo le dije de llevarla a su casa, pero como Liam y ella son vecinos, me pidió que no la llevara, porque no quería encontrárselo a la mañana, y el primer lugar que encontré para traerla, fue acá. ¿No hay problema, no? -Preguntó a su madre quien miraba enternecida la escena.
-Claro que no, amor. Que bruto Liam -Me acarició la mejilla enternecida y luego me abrazó. -Quédate el tiempo que consideres necesario.
-Gracias, señora. -Le respondí también enternecida pero triste a la vez.
-Anne. Decime Anne. -Yo asentí mientras fingía una sonrisa.- Harry, llévala a tu cuarto. Te diría que la lleves donde Gemma, pero en algún punto de la noche va a volver, y va a querer dormir, así que déjala que duerma en tu cuarto. -¿Si yo duermo en su cuarto, donde duerme Harry?
-Yo puedo dormir en el sillón, no tengo problemas. -Dije para no molestar. Ya que me quedaba obligada, tampoco quería ser una molestia.
-De ninguna manera. Dormís en mi cuarto. -Intervino Harry, y me guió hasta el que supongo era su cuarto.

Su cuarto era azul vibrante. Su cama era simple, con un acolchado azul. Habían un par de repisas llenas de juguetes, y otras con películas, mayoritariamente de Disney.

-Lindo. -Le dije mientras entrábamos.
-Antes no estaba tan infantil, pero cuando me llevé todas mis cosas que realmente uso, solo quedó lo infantil, y bueno… Nada. Eso. ¿Querés un té? Te voy a traer uno. -Dijo para salir del momento incómodo, y también del cuarto.

Me cambié a una remera vieja de él, que me quedaba notablemente grande y me quedé viendo las cosas de él. Me detuve en una vieja foto de Harry. Se veía tan tierno de bebé. Justo en ese momento él volvió con mi té.

-Eras hermoso. -le dije refiriéndome a la foto.
-Aún lo soy. -Respondió dándome el té, mientras yo dejaba la foto.
-Y narciso también. -Me senté en la cama y el se sentó frente a mí.
-¿Cómo estás? -Me encogí de hombros mientras le daba un sorbo a mi té.
-No se. -Se hizo un par de segundos de silencio hasta que me decidí a hablar. -Lamento haberte hecho irte de tu fiesta. Fue muy egoísta de mi parte. 
-No hay problema. Estaba aburrido de todas maneras. -Me dio una media sonrisa, y yo le di otro sorbo a mi té. 
-Y lamento hacerte dormir en el sillón.
-No hay problema. Por vos lo que sea. -Me volvió a sonreír. -¿Estás mejor? -Volví a encogerme de hombros.
-Es que… Tengo tantas cosas yendo por mi cabeza en este momento. Digo, con lo de mis padres, y ahora esto… Solamente quiero dormir, y que al despertar todo haya mejorado. -Me limpié un par de lágrimas que volvieron a brotar, y él me secó las restantes.
-Todo va a estar mejor. Te lo prometo. Después de todo, no puede haber un arcoíris sin que haya llovido antes, ¿No? -Le di una media sonrisa mientras se paraba. -Descansa.
-Tu igual.

Y luego de que se fue, me acosté y caí profundamente dormida al toque.

-A la mañana siguiente-

-Narra Harry-

-_______(tu nombre), _______(tu nombre), despertate -Comencé a sacudirla para que se despierte. No creo que haya tenido una buena noche después de todo... Ya me imagino como va a despertar... De seguro explota. Yo no debería de despertarla. Debería de hacerlo Gemma. Ella es la buena de la familia cuando hay que consolar gente. No yo. Soy re tronco para estos temas...-
-Mjm -respondió pesadamente mientras estiraba sus brazos desperezándose- Tuve el sueño más extraño. Soñé que veía a Liam y Danielle besándose en la fiesta de año nuevo. Re loco, ¿No? -se sentó en la cama mientras me miraba sonriente-
-_______(tu nombre)... No se como decirte esto... Lo que pasa es que... -no pude terminar la oración ya que me interrumpió antes-
-Lo que pasa es que no fue un sueño. Lo se -La miré confundido mientras ella me miraba con algo de decepción- Leí por ahí, que si de verdad deseas algo, y actuás como si eso fuera a pasar, suele suceder. Pero no importa. ¿Desayunamos? -Su ánimo cambió radicalmente. De desilusionada y triste, pasó a estar feliz y alegre... Eso me trastornó por completo-
-S-si. Vamos -Decidí seguirle la corriente. Como necesito a mi hermana en este momento. ¿Por qué mierda tuvo que irse a lo de Melody?-

Bajamos a la sala. La casa estaba vacía. Mis padres trabajaban, la única que suele estar es Gemma, pero bueno. Se fue a lo de su amiga... Su celular empieza a sonar con la canción "1234" de los Plain White T's. Sacó el celular de su bolsillo, miró quien era y cortó. No soy psíquico, pero me imagino la persona que llamó. 

-¿Quién era? -pregunté llegando a la cocina-
-Nadie, una persona sin importancia. -se reposó sobre el mármol de la cocina y me miró con la misma expresión de alegría que hace un momento. ¿No se supone que debería estar triste?- ¿Sabés qué tengo ganas de hacer, además de bailar? -¿Bailar? Ya está, chupa querosén esta mina. - ¡Wafles de rocklets! -gritó entusiasmada. Me está empezando a asustar su comportamiento... Enchufó su celular en unos parlantes que habían en la cocina y puso música-
-¿Estás bien? -pregunté sumamente preocupado-
-Si, obvio. ¿Qué? ¿Me veo mal, o que onda? -preguntó buscando ingredientes mientras bailaba al ritmo de la música.-
-Nada, que yo pensaba que con todo lo que pasó ayer... 
-Exacto. AYER -remarcó la palabra- Hoy es un día nuevo. Y hay que disfrutarlo. Harry, la vida es corta. Hay que aprovecharla -Ya está, hasta acá llegué yo. Voy a mandarle mensaje a Niall, él tiene que saber que hacer. -

Se lo mandé. No puedo solo. De verdad me asusta eta faceta de _______(tu nombre). Ah, pero me parece que el que chupa querosén soy yo, no ella. Niall sabe menos de minas que yo. Si tardó como 1 mes para pedirle una cita a Jen... ¡Jen! Ella debe de saber. Entre chicas se entienden, ¿No? Le mande mensaje a ella también. Ya estaban viniendo. Mientras esperaba me dediqué a mirar como _______(tu nombre) cocinaba y bailaba. Me daba miedo. De verdad que me asustaba su estado. En eso suena el timbre. Le dije a chef y bailarina profesional que yo iba. Cuando abrí me encontré con Jen, Mari, Niall y Louis. Coordinada era la cosa. Los hice pasar para que vieran el panorama.

-Hola chicos. ¿Todo bien? ¿Quieren wafles? -preguntó mientras bailaba y cocinaba-
-_______(tu nombre), ¿Vos te sentís bien? -preguntó Niall tan preocupado como yo. Ellos estaban al tanto de todo, les conté por mensaje-
-¿Vos también me vas a venir con eso? Estoy perfectamente bien. ¿Por qué no vienen a bailar conmigo un rato? -le respondió sin dejar de bailar-
-Eh, no. Nosotros vamos a limpiar un poco el living, y ya volvemos -Los arrastré a todos hasta el living para poder hablar tranquilos-
-Está completamente loca, Harry -mencionó Louis también preocupadísimo por su amiga-
-Si, y ya no se que hacer. Intenté seguirle el juego, pero me preocupa. -respondí nervioso-
-¿Vos decís que los vio besándose a Liam y a la turra esa y que ahora está así? -preguntó Mari asombrada-
-Si. Bueno, anoche estaba medio triste, pero amaneció así. ¿Sugerencias? 
-No está loca. Solo está eufórica -dijo calmadamente Jen-
-Explicate -Pidió Niall en nombre de todos que no estábamos familiarizados con la palabra-
-La euforia es un sentimiento que aísla el resto, de alguna manera. Es como un "no hay tal crisis". No es que ella esconda lo que siente, sino que trata de reprimirlo. Es como la cara opuesta a la depresión. -explicó. Pero entonces no se que tiene de malo... Ella está feliz, y ta-
-Entonces todo bien. Ella sigue alegre. Preferible esto que una depresión -Louis, que piensa igual que yo-
-No, se ve que no me entendieron. Ella aísla esa depresión, pero igual está. -Mirada confundida hacia Jen de parte de todos- Chicos, ella en algún momento va a caer. Y hay que estad ahí para sostenerla. 
-¿De que hablan? -Llegó la reina de Roma al living-
-Déjenme intentar algo -dijo Jen en susurros para que ella no escuchara-

-fin de su narración-

-Narra Jen-

En español

-_______(tu nombre), a mi no me mentís. ¿Qué te pasa, flaca? -le pregunté yendo al grano-
-Ai, gracias por lo de flaca. Y no me pasa nada. Estoy feliz. ¿Qué no puedo? -me respondió desafiante-
-Ah, pero vos te recibiste de bólida -veremos si hacerla entrar en razón funciona. Si no no se que hacer-
-Si. Bólida y re bólida. Pero no importa. -Su celular empezó a sonar. Cuando lo sacó leí que decía "Liam". Luego solo colgó sin contestar-
-No vas a contestarle. Te puede explicar las cosas. Capaz las cosas no son como vos pensás- Ya se que es un acto inservible, pero bueno...-
-¿Explicar qué? No hay nada que explicar. Y ya que entré en el personaje cito: el rulo siempre vuelve. Por mas que lo planches y lo planches, se va a volver a formar. Lo que pasó una vez, puede pasar 2. Y por si no te diste cuenta, sí hay tal crisis -Se había puesto a la defensiva. No se como la prefiero mas, si a la defensiva, o eufórica-

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Perdón por la tardanza. Si les soy sincera, nada, como que ya está por terminar la novela. Me queda re poco. No más de 1 o 2 capítulos más. Pero no se mueran, que ya tengo preparada otra para empezar. Es sobre Louis. Se que les va a encantar. Y perdón por el capítulo corto, pero devido a mi falta de tiempo, los capítulos los acorto. Además, así se alarga más el final :) Bueno, gracias a todas las que me apoyaron. Las amo :):) 

Juliii :)

Ah si, me olvidaba. ¿Quieren leer alguna novela? Pásense por la de Ana :) http://lettinggonovela.blogspot.com Graciassss :)