domingo, 20 de julio de 2014

Capítulo veintinueve: "Boomerang".


Yo se que muchas de ustedes nunca escuchan las canciones que yo pongo, pero hago énfasis en esta, porque de verdad representa el capítulo y toda la relación entre Louis y _______ así que por favor escúchenla, lean la letra, en español si quieren, pero de verdad vale la pena. Esta es de mis canciones favoritas, además es otra instancia de compartirla con ustedes :)


¿Es que esto nunca va a cambiar? Porque no creo poder soportarlo… Tómenlo como quieran.

Pasé toda la mañana paseando por Oxford Street con Harry, comprando ropa, hablando de cosas sin sentido, bueno en realidad prácticamente todo lo que hablo con Harry es sin sentido, pero se entiende.

-Propongo ir a comer algo. –Dijo mi mejor amigo, una vez que salimos de una tienda. No había notado el hambre que tenía hasta que Harry lo mencionó.

Verdaderamente no había comido nada desde el día anterior al mediodía. Y, para que quede claro, obviamente terminé vomitando en una de las plantas en la casa de Annie. Mejor que Micki que chivó todo por el balcón seguro que fue… En fin, también con el susto de anoche, y que hoy salí a correr, la comida siquiera había pasado por mi mente.

Asentí levemente y ambos fuimos cargando las bolsas hasta el primer lugar donde vendieran comida que localizamos. Era un pub irlandés. Por afuera era negro, con detalles en verde oscuro, y muy ostentoso. Al entrar el ambiente se tornó algo turbio. No habían muchas ventanas, y la luz era prácticamente nula. Muchas voces inundaron mis oídos de repente, sumado a la música de fondo, la cual no pude reconocer con claridad debido a todas las personas hablando entre sí.

Caminamos a paso decidido hacia el fondo, pasando por la barra donde reposaban al menos tres máquinas de cerveza. Bajamos un par de escaleras hasta la segunda parte del lugar, donde el ambiente se tornaba un poco más tranquilo. Ya fuera de la parte del bar, lo restante no estaba tan turbio. Aunque las ventanas aún eran escasas, y la luz no llegaba con plenitud. Pero al menos no se escuchaban tantos gritos o personas discutiendo por lo que parecían carreras de caballos.

Tomamos asiento en una de las mesas de madera oscura contra la pared, dejando las bolsas a nuestros costados sobre el piso. El lugar no estaba tan mal, dentro de todo.

El olor a comida que salía de la cocina me hizo darme cuenta lo hambrienta que en verdad estaba, así que cuando el mesero vino a pedir nuestras órdenes, pedí la única comida que pensé saldría con más rapidez: papas fritas. Harry se pidió lo mismo que yo, y para acompañar pedimos una cerveza a cada uno.

Cuando el mesero abandonó la mesa, aproveché para sacar mi celular y mandarle un mensaje a Louis, corroborando que todo estuviera bien. No había escuchado de ellos en toda la mañana, y no sabía si preocuparme, o agradecer el hecho de tener una mañana libre.



Luego de tantas veces que infructuosamente intenté cambiar su nombre en mi celular, terminé abandonando la lucha, viendo que cada vez terminaba con un nombre diferente, y la mayoría de veces vulgar. Preferí dejarla ahí. Por lo menos este no era tan malo.

Ni siquiera me gasté en abrir el mensaje, simplemente lo vi en la pantalla bloqueada y desvié la mirada a algo más placentero. Cualquier cosa. En este caso, Harry, a quien encontré sonriéndole a su celular.

-¿Por qué tantas sonrisas? –Pregunté divertida, en lo que el mesero traía unos vasos llenos hasta el borde de cerveza. Mierda, le dejaron la espuma. Putos.
-Nada. –Me respondió dando un sorbo a su vaso. –Un video que mandó Niall al grupo de Whatsapp.
-Quiero verlo. –Demandé divertida.
-No, no querés. –Me respondió de la misma manera, dejando su celular sobre la mesa.
-Puto. –Le di un sorbo a mi cerveza antes de volver a hablar. No entiendo como hay gente que no le gusta la cerveza. Para mí, es como tomar agua. Aunque a esta altura, hasta el vodka lo paso como agua. –¿Puedo saber de que se trata, al menos?
-De una chica. Y un caballo cachondo. Te la dejo por ahí… -Hice una mueca de asco imaginándome el video por mi cuenta.
-Que asco. –Él asintió levemente dándome la razón, y finalmente apareció el mesero con nuestra orden. La dejó en la mesa y se fue.

Comencé a ponerle sal a las papas, cada vez más. Yo siempre lo dije, cuando me muera, va a ser por hipertensión. Comence a comer tranquila, sin hablar muchoa, va a ser por hipertensiaso como agua. -Puedo rveza. Para mna otrados sobre el pisolo queé a comer tranquila, sin hablar, solo concentrándome en mis extremadamente saladas papas. Perfectas para mí.

-Entonces, ¿qué onda tu vida? –Preguntó mi mejor amigo, con un puñado de papas en su boca. Viviendo toda la vida con hombres, como lo son Harry y Liam, uno se acostumbra a esta clase de acciones no agradables para un ser humano normal.
-Como si no supieras cada detalle de mi vida ya. –Metí otra papa en mi boca, bañada en ketchup.
-Últimamente con suerte se si estás viva.
-Exagerado. –Respondí riendo. –Nada nuevo. –Dije, más que quedara satisfecho.
-Quiero un update en tu vida amorosa. –Con un nuevo puñado de papas en su boca, tomó un sorbo de cerveza. Eso ya sobrepasaba los límites de asquerosidad, pero si le reclamaba iba a terminar con la misma excusa de siempre: “¿Qundo tuve yo vida amorosa?ugar.".ismo lugar...ba a terminar con la misma escusa de siempre: "o son Harry y Liam, uno se acostumbré tiene? Si todo termina en el mismo lugar."
-¿Cuándo tuve yo vida amorosa? –Le respondí riendo. –Lo más cercano que tuve a una relación ni estuve consciente durante la mayor parte, y si no fueras vos, directamente negaría que eso algún día llegó a ocurrir.
-¿Y Louis?
-¿Louis? –Pregunté largando una auténtica carcajada. -¿Vos me estás descansando?
-Vos me entendés. Cuando digo “vida amorosa” me refiero a tus touch and go con diferentes adolescentes de la región, y eso incluye a Louis. –Normalmente me molestaría tocar el tema, pero en este momento, con mi cabeza clara sobre esa situación, no estoy incómoda para nada. Al contrario. Rodé los ojos.
-Nada pasa entre Louis y yo. Seamos honestos, ¿Louis y yo en una relación de tipo amorosa? –Logré que el mismo Harry soltara una carcajada. –Además, es bizarro. Lo conozco desde chiquita.
-Eso no te detuvo para estar conmigo trescientas-no-se-cuantas veces. –Respondió astuto, levantando una ceja.
-No me dejaste terminar. –Tomé un sorbo de la cerveza y retomé mi monólogo. –No solo el hecho de que lo conozca desde chiquito, que en verdad no tiene mucho que ver, sino mas con el tema de que nos odiamos. Rotundamente. No podemos estar más de tres segundos en una misma habitación sin sacar una motosierra. Y la verdad no le encuentro sentido alguno a estar en esta especie de juego, o lo que sea que fuera, si al final no me va a llevar a otra cosa más que a terminar separando el grupo, o lo que fuese. Además, estar con él de verdad me limita mis opciones. –Orgullosamente terminé de contarle mis razones a Harry. Todo lo que había pensado la noche anterior.

En sí, me gustaba tener a alguien con quien hablar. Tal vez preferiría a alguna de las chicas, probablemente me entendieran más, pero a su vez se podrían re molestas con el tema. Enfrentémoslo, todas las mujeres somos insoportables cuando se trata de hombres. Y me incluyo. Yo también terminaría emocionándome si me entero de que una de mis amigas tiene novio, tal vez no tanto. Pero sí me pondría feliz por ella, y hablar sobre él y qué tan largos son sus dedos. Y no precisaba que alguna de las chicas se pusiera así al enterarse de que una que otra vez me enrollé con Louis, algo completamente insignificativo e impulsivo. Porque eso era todo lo que era.

-Uh, miren quién maduró… -Se burló de mí. Tal vez si había madurado, ¿quién sabe? Simplemente me encogí de hombros y continué comiendo. –Ya vuelvo. Voy al baño. –Se paró de la mesa y lo vi caminar hasta que lo perdí en la multitud de la barra.

Apenas confirmé que no iba a volver, agarré su celular. Sí, llámenme rara, pero en serio quería ver ese video. Por disgustante que fuese. Así que desbloqueé su celular y en la pantalla aparecieron los mensajes. Estaba abierto en uno en especial, pero esa persona no estaba agendada.

Comencé a subir entre los mensajes. Sabía que no debía de hacerlo, no invadir la privacidad de Harry, pero éramos mejores amigos. Yo sabía todo sobre él y él todo sobre mí. Si estaba hablando con una chica cualquiera, al menos descubrir quien era. Harry no era muy de mensajearse con las personas… Pero algo en esta chica era diferente. Era casi como si estuvieran… Saliendo. ¿Harry salía con una chica? ¿Y no me había dicho nada? ¿La conozco? ¿Quién es? De repente un millón de preguntas se formularon en mi cabeza.

Rápidamente desbloqueé mi celular y comencé a marcar el número de esta chica en particular. Una vez que el último número estaba discado, un nombre apareció en mi pantalla. Era Anna.

Harry está saliendo con Anna.

¿Cómo no pudo decirme? Considerando que yo le conté sobre Louis, y hubiera preferido que no. Es decir, ¿no confía en mí? ¿O qué?

Aún en shock volví a bloquear su celular y lo dejé justo donde estaba. Los hombres no suelen tardar mucho en el baño, y yo no había decidido qué hacer con la situación aún, y eso probablemente no incluía que él me viera revisando sus cosas.

Unos segundos después lo vi hacerse presente detrás de la barra. Era demasiado pronto. No había procesado la información aún. Mi mejor amigo, y mi mejor amiga, juntos. Eso no era lo que me molestaba, sino el hecho de que lo hubiera ocultado. Él me hizo terrible escándalo porque yo me comí a Louis un par de veces, ¿pero él no me podía contar que estaba saliendo con Anna? Es ridículo. Si él tiene el derecho a enojarse por una estupidez, ¿dónde quedo yo?

Me sentía dejada de lado. Como si mi mejor amigo no confiara en mí. Yo me abrí hacia él, en múltiples ocasiones, incluyendo esta misma mañana, y ¿él no podía contarme esto?

Lo vi haciéndose paso entre su comida, por poco lamiendo el plato, hasta que por fin me miró, una vez que su plato quedó vacío.

-¿No comés más? –Me preguntó, observando mi plato.
-Se me fue el hambre. –Respondí casi en un susurro, todavía sin poder asimilar por completo toda la situación. Cambió nuestros platos y prosiguió con mis papas hasta que nuevamente hizo fondo blanco. -¿Todo bien? –Preguntó terminándose su cerveza.
-Creo que me voy a ir. –Respondí parándome de mi asiento.
-¿Eh? ¿Por qué? Todavía nos queda bastante para recorrer. Y creí que querías ir a la librería antes de volver. –Me miró confundido desde su asiento. Traté de enojarme. Pero no me salía. Mi cuerpo estaba inundado con decepción. Patético.
-Yo… Prefiero dejarte la tarde libre. Seguramente encuentres algo más importante para hacer. –Respondí, seleccionando mis palabras con cuidado mientras me abrigaba y comenzaba a juntar las cosas del piso. –Ya sabés, como estudiar, o ir a jugar al Play Station, o salir con mi mejor amiga y ocultármelo… Ese tipo de cosas. –Vi como sus ojos se abrían y por poco se le saltan de la cara. Rodé los ojos y simplemente comencé a caminar fuera del establecimiento, escuchando como me llamaba a mis espaldas, pero sabiendo bien que tenq que pagare minutos de adelanto, ya que tenando como me llamaba a mis espaldas, pero sabiendo bien que tene con las personas...ía un par de minutos de adelanto, ya que tenía que pagar la cuenta de nuestra comida.

Caminé a paso acelerado hasta la parada de ómnibus más cercana y me tomé el primero que vino. Sabía que tenía un par de minutos de adelanto, pero no podía fiárme de la situación.

Todo esto pasó tan rápido. No terminé de procesar lo de Liam, y ahora esto. ¿Y ahora qué hago? Podría volver a casa, aunque sería el primer lugar al que Harry me iría a buscar, y hasta no tener clara la situación, prefiero no hablar con él. Adems﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ no hablar con ner clara la situacira queás, sigo enojada. No puedo mantener una conversación con nadie estando en este estado.

Podría ir con las chicas… No. Eso no es una opción, probablemente sigan dormidas, y si no, me bombardearían con preguntas sobre lo de anoche, y no tengo ganas de responderlas. Y aparte, está Anna. Y si bien no debería de estar enojada con ella, porque yo también le oculté lo de Louis, sea lo que sea, aún así no me apetece hablar con ella en este momento.

¿Podría ir a la casa de alguno de los chicos? Ellos ni se darían cuenta de mi estado de ánimo -es decir, son hombres- y tal vez incluso encuentre alguna manera de entretenerme…

Me bajé del ómnibus. No sabía donde estaba. Caminé un par de cuadras hasta encontrar una parada de metro. Tal vez, fijándome en las planillas, encuentre alguna parada conocida…

Comencé a mirar los nombres de las paradas en un cartel donde arriba se leía Milend West Station. No estaba muy familiarizada con las paradas listadas, algunas las había escuchado de nombre, pero no sabía muy bien si podría llegar a ubicarme.

-En donde mierda me metí… -Susurré deslizando la vista nuevamente por las paradas.

De repente noté algo que me podía servir. Unas seis paradas mas adelante estaba la posibilidad de cambiarse a la línea central, y de esa me conocía prácticamente todas las paradas.

Me subí al siguiente metro que pasó, quedándome en la punta de la lengua la parada en la que me tenía que bajar, ya que por memoria no la sacaba. Nunca me gustaron los metros. Son confusos, y bastante insalubres. Y muy bizarros. Literalmente una vez vi a una chica vestida de fiesta sentada al lado de un indigente devorando una hamburguesa de McDonalds. Pero en sí, Londres en su generalidad es bizarro.

Mi celular comienza a sonar en mi bolsillo, y atendí sin siquiera mirar el remitente, lo cual fue una cosa muy estúpida de hacer. Podría llegar a ser Harry, y claramente aún no quería hablar con él.

-¡Hasta que contestás! –Hablaron al otro lado de la línea. –Te llamé alrededor de seis veces. –Louis parecía mas enojado que otra cosa, probablemente por… ¡¿Quién sabe por qué?! Este pibe es más extraño…
-Estoy viva. ¿Qué andabas precisando? –Pregunté con la voz más estable que pude reproducir.
-¿Estás bien? -¿Es joda? ¿Dónde quedan los hombres despistados cuando se los necesita?
-Si, ¿por? –Respondí sin darme a torcer.
-No, nada. –Descartó el tema, lo cual fue de mi agrado. -¿Sabés a qué hora estarías llegando? Liam quiere saber.
-Ni idea. –Justo al terminar de hablar, el metro comienza a frenar, y como no estaba agarrada, me estampé en el pecho de un señor. –Perdón. –Logré musitar extremadamente avergonzada. Volví mi celular a mi oído.
-¿Qué fue eso? –Preguntó Louis, confundido.
-Nada. –Traté de restarle importancia.
-_______, ¿dónde estás? –Y ahora mostraba señales de preocupación. ¿Habrán encontrado los chupetines con marihuana que escondo en mi cuarto? Por favor díganme que no, porque Liam me mata.
-En el metro. No importa.
-¿Qué carajo hacés en el metro? –Preguntó aún preocupado. Probablemente no estuviera con Liam, o ya le hubiera sacado el teléfono de la mano para interrogarme él mismo.
-Eso es irrelevante. –De repente escucho por el altoparlante como anunciaban la siguiente parada. ¡Me había olvidado completamente que me tenía que bajar! Rápidamente escaneé el cartel sobre la puerta que indicaba cada parada, y efectivamente me tuve que haber bajado en la anterior. –Mierda. –Musité, olvidando por completo que aún estaba al teléfono.
-¿Qué pasó? –Preguntó, sin dejar el tono de preocupación en su voz.
-Nada, me perdí la parada. –Cuando el metro frenó por completo, me bajé junto con el tumulto de gente hacia la plataforma.
-¿Querés que te vaya a buscar? ¿Dónde estás? –De repente ahí estaba. El bipolar Louis que me daban ganas de matarlo y abrazarlo a la vez. Si solo Louis fuera tierno todo el tiempo…
-No, no. Lo bueno de los metros es que si te pasaste de parada, siempre podés tomártelo de vuelta.
-¿Podrías dejar de hacerte la misteriosa y decirme a donde chota estás yendo? –Y ahí volvió.
-No se. Qué te importa a vos, de todas maneras… -De repente me sentí mal por él, algo completamente ajeno a mí. El recién se había ofrecido a irme a buscar… -A lo de Niall. –Dije el primer nombre que se me vino a la mente. De todas maneras tendría que terminar eligiendo entre él y Zayn, y tengo el presentimiento de que entre ellos dos, Niall iba a ser el que menos notara que estoy decaída…
-Okey.
-Te llamo cuando llegue. –Respondí, ya tomándome el siguiente metro hacia atrás. Solo era una parada. A ver si no me paso esta vez.
-O no. –Respondió con un deje aburrido en su voz. –Lo que menos tengo ganas es de seguir escuchando tu voz chillona. Si te violan felicítalo de mi parte. Adiós. –Solté una risa y lo entendí. Si Louis fuera tierno todo el tiempo sería monótonamente aburrido. Y a mi no me atrae lo aburrido.
-Adiós.

Corté antes de que mi mente comenzara a pensar cosas que no debería. Me bajé del metro, esta vez en la parada correcta, y comencé a seguir al pelotón de gente con la esperanza de llegar a la estación de la línea central.

Paré frente a un cartel, similar al anterior pero este con otras indicaciones. Arriba se leía Central Line North Station, y había una línea gigante señalando hacia la izquierda. Debajo se leía el recorrido del metro, tal como en la anterior. Esta vez estaba al tanto de las paradas, y haciendo cálculos, si no estaba equivocada, había una parada que quedaba exactamente a tres cuadras y media de la casa de los Horan.

No esperé más y me subí al tren, ahora más relajada que al menos sabía donde estaba.

Veinte minutos más tarde estaba tocando el timbre de la casa de Micki, en la que rezaba que ella no estuviera aún. O que al menos tuviera una resaca tan grande que ni notara mi cara.

Afortunadamente el más grande de los Horan fue quien abrió la puerta. Estaba vestido con un jogging gris y una musculosa negra.

-¿_______? –Preguntó confundido. Sacó la cabeza para afuera y miró a ambos lados. –Micaella no tuvo un coma etílico, ¿verdad? –Reí un poco a causa de su comentario. Era una risa falsa, pero a él le dio tranquilidad. Eso me confirmaba que Micki aún seguía en lo de Anna.
-No que yo sepa. –Respondí con una sonrisa. No era muy verdadera que digamos, pero agradezco que Niall sea más despistado que yo. Me hizo una seña para que pasara, y así obedecí, mientras él cerraba la puerta detrás de mí.
-¿Todo en orden? Creí que todas seguían en lo de Anna.
-Si, todas siguen ahí, creo. Yo me fui de mañana. Tenía que dar un par de vueltas. –Hice un ademán a las bolsas que cargaba y sonreí mientras las dejaba en el piso junto a la puerta.
-Y… En una bien… ¿Qué hacés acá?
-No se… Me tomé un ómnibus que creí que me servía, pero terminé en el medio de un barrio extraño; me tomé el metro, me perdí, y de repente me encontré a un par de cuadras de tu casa, estaba cansada, y tengo sed, así que vine. ¿Algún inconveniente? –Mentí en la mayor parte de la historia, pero no pretendía contarle la verdad, y esto no era completamente mentira…
-No, no. En absoluto. Solo que está por empezar un partido de fútbol…
-No me molesta. Si a vos no te molesta…
-No, obvio que no. ¿Cerveza? –Preguntó ya yendo hacia la cocina. Exclamé un escaso “sí” y me senté en el sillón.

Me saqué los zapatos y me acomodé, mientras Niall llegaba con una cerveza en cada mano. Me entregó una y se sentó al lado mío. El canal de deportes ya estaba sintonizado y en la pantalla se veían dos hombres de mediana edad discutiendo algo sobre el partido que estaba a punto de suceder.

Cinco minutos más tarde, la pelota estaba en juego y muchos tipitos con remeras ajustadas se disputaban por el balón.

Era increíble solo pensar todo lo que había pasado en un fin de semana. No terminaba de procesar una cosa que ya estaba pasando otra, y así sucesivamente. Y ahora, para rematar, estoy sentada en un sillón mirando fútbol. En mi vida nunca me interesó el fútbol. No se ni como se juega. Ni las reglas. Con suerte se el nombre de un equipo inglés, y porque eh escuchado a Liam mencionarlo una o dos veces. Pero bueno, ni que tuviera algo más interesante para hacer. Y como no tengo ganas de pensar en lo ocurrido, qué mejor manera de distraerme que poniendo mi mente en otra cosa…

-¿Qué significan las siglas PSG? –Pregunté, dando un sorbo a mi cerveza del pico. Me acomodé más en el sillón, poniendo mis piernas sobre su falda.
-París Saint-Germain. –Respondió imitando mi acto, pero sin despegar la mirada del televisor. – Y OM es Olympique de Marsella. Es lo que se llama “el clásico” de Francia. Cuando los dos equipos más importantes compiten entre sí…
-Esa parte la deduje sola. Gracias por el dato, igual… -No tuve que tratarlo de esa manera. Lo se. Pero sale involuntariamente.

Estoy enfadada con Harry por no contarme lo suyo con Anna. Enfadada conmigo misma por estar enfadada con Liam y que le haya ocurrido el accidente. Y enfadada con Louis. Simplemente por ser Louis. Aunque es del que menos debería de preocuparme en este momento. Y ahora trato mal a Niall, que nada tiene que ver en este revoltijo. Solo un fin de semana normal pido. Uno solo. Pero no, siempre termino metida en algún tipo de… ¡Uh! ¡David Beckham! Creo que si voy a poder meter mi cabeza en otra cosa, al menos por un par de horas…

(Nota del autor: finjamos que David Beckham sigue jugando al fútbol y que sigue en el PSG)

*****

-¿Cómo te sentís? –Le pregunté a mi hermano, entrando a su habitación con la bandeja de desayuno en las manos.
-Extremadamente adolorido. –Respondió mientras se sentaba en su cama con una mueca de dolor en la cara. –La medicación que me dio el doctor ya terminó su efecto. No pegué un ojo en toda la noche.
-Me hubieras avisado. Pude haber ido a comprar más o algo. –Dejé la bandeja sobre la cama a cada lado de sus piernas y le acomodé las almohadas para que estuviera más cómodo.
-Necesitabas más una noche de sueño de lo que yo unos analgésicos. –Me sonrió y le devolví la sonrisa. Es impresionante como aún siendo él quien está postrado en una cama, se preocupa por mí.
-Como sea, ahora en un rato voy a comprar todas las drogas que necesites para vivir. –Dije en un tono gracioso. Me acosté a su lado y prendí la televisión.
-¿No vas al colegio? –Preguntó ya a media tostada.
-Liam, dependemos el uno del otro. Si no me quedo a cuidarte, ¿quién lo hará?
-¿No tenías examen de mates hoy? –Inquirió con una ceja levantada antes de dar un sorbo a su jugo de naranja.
-Paramela, detective Payne. ¿Qué sos? ¿Mi padre? –Él rió, contagiándome a su paso.

Estaba yendo camino a la farmacia a comprar los medicamentos que Liam necesitaba. Luego ya solo me quedaba pasar por el supermercado y comprar un par de cosas para hacer la comida. ¿Por qué Mary se tuvo que tomar exactamente esta semana libre?

Ya estando en el ómnibus, mi teléfono empezó a vibrar. Lo dejé ir al buzón de voz. Sea quien sea, no tenía ganas de hablar con nadie. ¿Y qué si era Liam? Mirá si se cayó de la cama y yo no le atendí el teléfono… A los segundos el celular comienza a vibrar nuevamente. Esta vez lo saqué de mi bolso para revisar quién era. Un suspiro de cansancio se escapó de entre mis labios al ver que era Louis. No tenía ganas de hablar con nadie, repito, y mucho menos con Louis. Sigo firme a mi razonamiento del otro día. Y al final Liam tiene razón. Merezco un poco de descanso. Y eso incluye un descanso de Louis. Hasta que me muera, si es posible.

Desvié la llamada y volví a guardar el teléfono. Cinco segundos después el celular volvió a sonar. Y yo seguí desviando la llamada otras dos veces, hasta que se ve que finalmente dejó de insistir.

De repente el celular volvió a vibrar, indicando que era un mensaje. Traté de ignorarlo también, pero me di cuenta de que no iba a parar hasta que diera señales de vida, así que contesté con lo más basto que se me pudo ocurrir.



Okey. Eso fue rudo. Pero nuevamente, es Louis de quien hablamos. No voy a decir que me da curiosidad saber de lo que quiere hablar, pero tengo un leve presentimiento sobre qué podría ser. Estuve ignorando sus llamadas toda la tarde de ayer, y toda la mañana. Probablemente ya se dio cuenta que lo estoy ignorando. Pero me da igual, mejor así. Cortar las cosas de raíz. ¿No?

Luego de comprar todo lo que necesitaba me dirigí a casa. Fui directo a cocinar, debido a que eran ya pasada la una y Liam debía de estar muriendo de hambre. Unos cinco minutos después el timbre sonó.

-¿Louis? –Pregunté confundida. ¿Qué hacía acá? Tiene entrenamiento de rugby… -¿Qué hacés acá?
-Te dije que necesitábamos hablar.
-Y yo te dije que hablábamos después.
-Y yo me paso tus recomendaciones por el culo. –Entró a la casa, cerrando la puerta detrás de él.
-¿Podés calmarte un poco? –Se pasó las manos por el cabello, que conociéndolo era clara señal de frustración y enfado.
-Las cosas no van a funcionar así.
-¿Podés hablarme con un poco más de claridad? Venís a mi casa, me arrancás a gritar por Dios sabe qué… Para empezar me bajás un cambio. –Ahora la que se estaba enojando era yo.
-¿Ves? De esto hablo. Todo tiene que ser a tu manera. Me mandás como si fuera tu puto perro. Cuando se te da la gana estamos juntos, cuando no te pinta me mandás a la mierda, y después sos vos la que decidís cuando volvemos… Soy tu títere. Literalmente. Y no me va más. No me podés tirar y pretender que yo siempre vuelva como si fuera un maldito boomerang. Esta vez soy yo el que se cansó. Y si se me pasa por el forro de las pelotas volver, te lo hago saber.


Y dicho esto se fue de la casa dando un portazo. Okey. No me esperaba esto. ¿Qué mierda acaba de pasar?

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Chicas, no saben lo mucho que me sorprendí al entrar al blog luego de tanto tiempo y encontrarme con solo 2 comentarios de "odio". De verdad, yo juré que todos iban a ser insultándome, una vez más me prueban ser las mejores fans del mundo. Y bueno, pasemos a la razón por la que me ausenté. ¿Alguien recuerda que a principio de año mencioné que era un año muy activo para mi en lo que consta de viajes? Bueno, eso es lo que sucedió. Me fui a otro viaje por un mes con el colegio, y mala mía, me olvidé de avisarles. Juro que iba a hacerlo, pero se me re pasó. Pero, la buena noticia es que hasta setiembre no creo que vaya a hacer otro viaje. Y claro, están las clases, y tengo que mencionar que no están para nada fácil, así que estoy haciendo malabares para poder satisfacerlas, y a mi vida personal. Y no las estoy satisfaciendo de una manera que yo consideraría bien, así que lo lamento mucho por la espera. Y prometo que no va a volver a pasar.

Pasando a otro tema, espero que les guste el capítulo, va considerablemente largo, y ahora descubrí este programa para hacer los mensajes de texto reales, y decidí probarlo a ver que les parece. Dénme su opinión a ver si les gusta o no. Las adoro a todas, no se olviden de eso.

Ju :)