-Yo
me hago la hache en la panza si vos te tatuás la __ (tu inicial). -Dijo
decidida abrochándole la camisa. Nunca creyó que él diría que sí.
-Hecho,
el lunes después de clase vamos. -Ella, confiada en que era una broma y que
luego él se olvidaría, aceptó en medio de una carcajada. -Vamos.
-¿Era
en cerio? -Preguntó ella refiriéndose al caballo. Harry solo sonrió divertido
mientras palmeaba la espalda del animal. -Yo no me pienso subir en eso, Harry.
Ya vi como hacen hace un rato. Se paraban en dos patas y todo… -Asustada la
chica retrocedió un par de pasos hasta dar con una pared de madera.
-Y
bueno, pararse en una pata está complicado… El pato se queda viudo. -_______
rió, pero no porque le había resultado gracioso, sino porque le había resultado
tan mala la broma que daba risa de lo horrible que era. -Dale, pancha.
-Insistió a un lado de Walker.
-Tengo
vestido. No puedo montar con vestido. -Fingió estar apenada mientras se sentaba
sobre una caja y sonreía tiernamente.
-Montás
a la inglesa.
-¿Ahora
hay formas de montar? -Vio como el chico sonrió pervertidamente y ella comenzó
a reír. -El caballo, degenerado. Montar el caballo.
-Ahora
le dicen así… -Comentó divertido comprobando la montura del animal.
-Dejá
de pensar en sexo por un segundo en tu vida. -Dijo ella negando levemente aún
con expresión divertida en el rostro.
-Listo.
Ahora arriba. Vamos a dar un paseo. -Ella negó divertida aún sobre la caja.
Harry
caminó hacia la pequeña Payne y la agarró de la cintura hasta depositarla al
lado del caballo, ignorando sus gritos y múltiples súplicas para que la bajara.
_______ dio un paso para atrás asustada cuando el animal golpeó el suelo con
una pata. La sujetó de la cintura.
-¿Lista?
-Preguntó tomando impulso para levantarla, que no era mucho, ya que no pesaba
tanto.
-No.
-Respondió ella sosteniéndose en sus hombros.
Hizo
presión sobre su cintura y la levantó del piso del establo hasta ponerla sobre
el caballo de manera que sus dos piernas quedaran colgando del mismo lado.
_______ se sujetó de todo lugar posible. Analizó el panorama y se decidió
finalmente por poner una mano en el hombro de su mejor amigo y la otra sobre la
montura del caballo, quedando sostenida de esa manera en ambos lugares. El
caballo se removió mientras saltaba un bufido logrando que la chica pegara un
pequeño grito de terror. Harry rió ante su reacción sin poder evitar pensar que
pasaría si el caballo se para en dos patas.
-¿Me
vas a soltar? -Ella negó temerosa. -Tengo que subirme al caballo, _______.
-¿Y
si no te subís? ¿Y si yo me bajo? ¿Y si volvemos adentro a donde tengo la
seguridad de tu madre y de Luke? -Preguntó ella aún sin soltarlo. Toda su
musculatura estaba tensa, aferrada tanto al hombro del más grande de los Styles
como al caballo repitiéndose una y otra vez que no iba a caerse. Harry sonrió y
bajó la mirada, logrando que sus hoyuelos se vieran extremadamente tiernos.
-No.
-Respondió y con un movimiento brusco logró que ella se soltara de su agarre.
Rápidamente su mano voló hasta la montura del animal apretando con tal fuerza
que sus dedos ya estaban de color blanco.
Harry
con un ágil movimiento enganchó un pie en el estribo y con un impulso saltó
hasta pasar su pierna hasta el otro lado, quedando detrás de ella y poniendo su
pie restante en el estribo del otro lado. _______ tembló al notar la montura
flaquear cuando él se subió.
-Parecés
gelatina. -Se burló el ojiverde pasando su mano derecha por su lado y tomando
las riendas que descansaban sobre el cuello de Walker.
-¿Y
si nos caemos? -Preguntó temblorosa la chica con miedo de voltear hacia él y
fracasar en el intento.
-Y…
Más del piso no vamos a ir… -<¿Cómo se puede tomar mi desgracia tan
burlonamente?> Pensó _______, enojándose levemente. -Tranquila. La montura
está bien ajustada. Si la ajusto más, se asfixia el caballo. -La tranquilizó
posando su brazo restante al rededor de su cintura y pegando aún más la espalda
de ella sobre su pecho, acto que le hizo soltar el aire que nuevamente no notó
que contenía.
-Deberíamos
intentarlo. -Respondió ella, ahora si volteando a verlo. Una vez rodeada por
sus brazos, se sentía más segura. Harry lanzó otra risita burlona. Sin duda se
estaba burlando de su fervor a los caballos. -En cerio te digo. Si las mujeres
de antes aguantaban con los corsé, este caballo puede aguantar un poco más
ajustado. Solo para comprobar no morir.
-Pero
este caballo es hombre. Y por cierto, no son "hombres" o
"mujeres". Son "caballos" o "yeguas". -La chica
no pudo reprimir un golpe en su hombro, pero luego se volvió inmediatamente a
aferrarse a la montura de Walker. De un momento a otro le agarró una inmensa
curiosidad por comprobar si Walker era verdaderamente un hombre.
-Podré
no saber mucho de caballos. Pero en historia te rompo el culo. -Dijo orgullosa
cruzando sus pies para que no quedaran colgando tan inertes como estaban.
-Una
vez que se algo, deberías dejarme alardear. -_______ prácticamente lo sintió
sonreír. Era eso, o que realmente lo conocía para saber que estaba curvando sus
labios en una sonrisa.
Harry
se acomodó en la montura de una manera en que quedara cómodo, y logrando que
nuevamente la montura del caballo se moviera. _______ se aferró aún más fuerte
a esta, sin considerar la opción que si la montura falla, y ella está aferrada
a la misma, termina en el piso. Cuando se le pasó por la cabeza esa teoría,
buscó con la mirada otros lugares para agarrarse, pero considerando que era la
montura o el cabello del cuello de Walker, decidió permanecer como estaba.
Pensando en mil maneras de morir no se dio cuenta sino hasta el último momento
de la cercanía del chico, que podía sentir su respiración detrás de su oreja.
Vagamente
divisó como Harry separaba sus pies aún enganchados en los estribos y volvía a
dejarlos caer golpeando el estómago de la criatura y ocasionando que comenzara
a moverse. Ese acto claro está le puso los pelos de gallina a la chica, quien
reprimió un grito para ahorrarse más burlas por parte de su mejor amigo.
Salieron
del establo en silencio y anduvieron a paso tranquilo. _______ quiso creer que
era porque Harry se había aburrido de su desgracia, y se había compadecido de
su miedo a una muerte prematura. Una vez que posó su mente en otra cosa, como
el hermoso paisaje que los rodeaba, se tranquilizó. Se estaban alejando del
establo, y por ende del Country. A paso lento pero seguro avanzaron entre el
verde césped de lo que parecía un campo de golf, y la chica recordó que Harry
también practicaba ese deporte. Pero solo por diversión, no competía como lo
hacía con el polo, o el rugby. El golf… Qué deporte más aburrido. Ver como unos
viejos menean el culo a lo Shakira y golpean una pelotita con un palo hasta
terminar en una pose completamente gay… No era lo de ella.
En
silencio atravesaron el campo de golf entero, y al terminar ya no se veía
siquiera el hoyo seis. Unos cinco minutos después _______ divisó un hermoso
lago lleno de patos. Al fondo se iniciaba un bosque frondoso, al cual le
invadieron terribles ganas de investigarlo. Más que investigarlo, de jugar a las
escondidas ahí. No podía ver con exactitud la extensión de dicho bosque, pero
calculaba que no era tan pequeño. Tal vez era el mismo bosque que había visto
en el medio de su ataque de nervios antes de llegar al Country. Pero claramente
estaba demasiado distraída como para calcular más o menos la distancia.
Una
vez cerca del lago, Harry soltó las riendas para dejar que el caballo pasteara
y descansara, más aún así no se bajaron de él. _______ se quedó maravillada con
la belleza del lugar. Para una ciudad como Londres, habitualmente gris y sin
color más que los ómnibus y las cabinas de teléfono, que de hecho las pintaron
de ese rojo para poder divisarlos entre la niebla -lo que lo hace realmente
lamentable-, esto era la octava maravilla del mundo.
-Suelo
venir con Ali acá por lo menos una vez en el día. Cuando estamos completamente
sofocados de tanta gente falsa e hipócrita. -Explicó el chico mirando a un par
de patos que peleaban por una migaja de pan, que hacía cuestionar a _______ de
dónde había salido. -Es un buen lugar para pensar. -<Lo último que necesito
ahora es pensar>, habló una voz en la mente de la pequeña Payne.
-Si,
acepto. -Dijo ésta, tratando de cambiar de tema.
-¿Qué
aceptás? -Preguntó el chico confundido, mirándola con unos expresivos ojos
verdes.
-¿Qué
no me trajiste acá para proponerme matrimonio? -Contestó graciosa mientras
hacía resaltar sus pecas con una genuina sonrisa, la cual contagió a su mejor
amigo.
-Ahora
te traigo al galope, vas a ver. Por turra. -Comentó aún riendo el ojiverde.
-Lamento
haber olvidado que "Harry" y "casamiento" no pueden ir en
una misma oración sin ser negativa… -Comentó graciosa, mientras él asentía
dándole la razón. -Son como el agua y el aceite. O como perro y gato. O como
Spiderman y El Wasón.
-El
Wasón es el villano de Batman, burra. -Dijo gracioso.
-Perdón,
friki.
-Yo
me caso el día que vos te lleves bien con Louis. -Harry y su manó a de hacer
apuestas.
La
chica se tensó de inmediato al escuchar el nombre del chico que, sin querer,
había ocupado sus pensamientos todo el día. Escucharlo en voz alta solo
empeoraba la situación. Se había propuesto la noche anterior no pensar en él,
pero le había resultado imposible. En cada esquina, cada rincón, cada objeto,
le recordaba al ojiazul, y no podía evitar que él invadiera su mente. Pero, al
final del día, da igual. Para el lunes, vuelven a ser los Louis y _______ de
siempre. Todo solucionado. Problema resuelto.
Decidió
no pensar más en el tema y se dispuso a mirar el paisaje.
-Creo
que es hora de volver. Ya van a servir la comida. –Dijo Harry comprobando su
reloj.
-¿Ya?
–Preguntó decepcionada. -¿No nos podemos quedar un rato más?
-Se
van a empezar a preguntar dónde estamos… Además tengo hambre.
-Okey.
–Dijo desanimada mientras el caballo se ponía en marcha de vuelta y ella volvía
a tensar todos los músculos de su cuerpo.
-Fin
de su narración.-
-Narras
tu.-
Al
llegar nos sentamos en la mesa justo al momento en que los camareros comenzaban
a traer los platos para comer. No vale la pena recalcar que eran extremadamente
lujosos. Creo que la vajilla era de plata y todo…
Cuando
ya nos habían retirado la vajilla sucia del postre comenzó a sonar música, y
las luces del establecimiento se bajaron dando paso en su lugar a luces
multicolores que vagaban de un lado al otro del lugar.
-¿En
cerio? ¿Música de los ochenta? –Pregunté mientras reía a mi acompañante.
-La
mayoría de gente acá es vieja. –Explicó riendo. –¿Me concede el baile que no me
concediste anoche? –Preguntó parándose de la silla y haciendo una reverencia,
logrando que riera.
-¿Hablás
del baile que no me pediste? –Él asintió divertido aún haciendo la reverencia.
Acepté su mano para ayudarme a parar y avanzar al centro del lugar, donde
muchas parejas de gente, y otras simplemente en grupos o solas, bailaban
animadamente.
Una
vez en el centro comenzamos a bailar al ritmo de “Footloose” animadamente mientras Harry no paraba de hacerme reír.
Al finalizar comenzó a sonar otra canción que a leguas se daban cuenta que era
de la misma época, solo que ésta era lenta.
Estábamos
bailando juntos animadamente cuando la canción que estábamos escuchando se
corta de repente y comienza a sonar “Temperature”,
de Sean Kingston. Miré a Harry para preguntar con la mirada si eso era normal,
a lo cual negó al instante. Volteamos monocromáticamente hacia el lugar donde
se suponía estaban poniendo la lista, y Chloe avanzaba animada saliendo de la
mesa improvisada con una computadora simulando ser un dj. Era tan obvio. Era
ella quien había cambiado la canción para que Harry y yo dejemos de bailar…
-Esta
mina me cae muy mal. –Le comenté a Harry mientras la multitud se acostumbraba
al cambio repentino y seguía bailando. –Lo hizo de gusto.
-Obvio
que lo hizo de gusto. Es como una Marcie personal. –Dijo él, claramente irritado.
–Solo que más obsesiva.
-Si,
no creo que eso suceda nunca… -Solté una carcajada seca y sin sentimientos.
–Solo me gustaría poder vengarme de ella… Tengo que dejar de odiar a la gente
que acabo de conocer. –Dije en voz alta como un recordatorio a mí misma.
-Y
podés… -Dijo levantando una ceja y mirándome divertido. Creo que se a lo que se
refiere.
-¿Te
estás aprovechando de mí? –Pregunté graciosa mientras me acercaba a él.
-No
desperdicio una oportunidad como esta. Nunca.
Antes
de que pudiera pestañar, Harry me agarró del cuello y acercó mi cara a la suya
para en menos de tres milisegundos juntar nuestras bocas en un beso, de esos
que solo nosotros, dementes como somos, sabemos dar.
A
lo que me refiero es que besar a Harry en la boca para mí ya es como besarlo en
la mejilla. Está incorporado a mi ser. Aunque me prometí a mí misma que la
despedida de Grecia era la última. Pero esto era una necesidad. Más bien una
obligación. Ya a estas alturas se debieron de dar cuenta lo vengativa y
orgullosa que soy, ¿no? Bueno, si no lo sabían, ahora lo saben. Nunca entendí
esas películas en las que al final, la buena termina perdonando a la mala y
todas terminan amigas… Como siempre en todas las películas chotas de mujeres
terminan en un baile de graduación y la buena gana la corona de reina del
baile, y la comparte con la gente… Yo me burlaría de todas, admitiría ser la
mejor, y se la restregaría a mi enemiga en la cara, después de partirle una
silla en la nuca. ¡Es mi corona, flaca! ¡Jodete por ser una pajera!
En
fin, me fui re de tema. Lo que pasa es que soy vengativa. Y si no te sirve,
mejor. Ese es el punto…
No
podía ver la cara de Chloe, pero estaba más que segura de que estaba verde de
la envidia. Nos separamos cuando cambió la canción y continuamos bailando como
si nada. Bueno, tengo que admitir que le di una miradita a Chloe para ver su
cara, y tengo que decir que era aún mejor de lo que esperaba.
-Hazz,
tenés que prometerme que esto no va a volver a pasar, ¿si? –Pregunté una vez
que estábamos solos en el auto de camino a casa.
-¿Qué?
¿Traerte al Country? –Mi miró con una sonrisa pícara. -¿Tan mal estuvo?
-Ya
sabés a lo que me refiero. Es por bien.
-No
entiendo por qué…
-Es
nuestro último año, Hazza. El año entrante vamos a ir a la universidad. Somos
prácticamente adultos. –Expliqué temiendo de mí misma.
-Sabés
que nunca vamos a ser adultos. –Comentó riendo aún mirando a la carretera.
-No,
ya se que no. Somos demasiado pajeros para eso. Pero a lo que me refiero es que
tenemos que dejar de actuar como si nada más importara. -¿Y por qué ahora
pienso así? Andá a saber.
-No
se por qué presiento que esto tiene que ver con la llegada de los chicos… -¿La
tenía? Tal vez…
-No…
O sea, no lo se. Solo digo que no quiero que me tachen de puta. Sabés que nunca
me importó lo que la gente dijera…
-Excepto
que venga de tus amigos. Lo se. –Terminó mi frase. –No lo hacen, igual.
-Por
las dudas.
-Espero
que no sea porque quieras tirarte a Tomlinson, o voy a estar muy ofendido.
–OKEY. ¿Qué onda? Largué una carcajada seca.
-¿Yo?
¿Con Louis? –Volví a reírme. -¿Qué te hace pensar eso? ¿Acaso no ves que nos
odiamos?
-Lo
único que veo es tensión sexual. -¿Cómo pasamos de hablar de no besarme más con
Harry a Louis? Incluso cuando trato de alejarlo de mi mente, vuelve solo como
un boomerang.
-Y
yo veo tu ojo morado.
-Qué
ruda. –Yo sonreí victoriosa. –Entonces, ¿no más besos? –Yo negué. –Okey. Creo
que tal vez pueda soportarlo.
-Por
primera vez en mi vida voy a actuar con mi mejor amigo como una mejor amiga.
–Dije feliz.
-¿Cómo
se hace eso? –Rió y le golpeé de broma el brazo.
Llegué
a casa y al entrar descubrí a Liam tirado mirando televisión, quien volteó al
escuchar el sonido de la puerta.
-¿Cómo
estuvo el Country? –Preguntó aún desde el sillón.
-Sobreviví.
–Comenté graciosa dejando mi abrigo en el perchero de la entrada.
-Okey,
Mrs. Sarcástica, ¿qué te parece un entretenido domingo con el mejor hermano del
mundo?
-¿Qué
tiene en mente el mejor hermano del mundo? –Pregunté sentándome a su lado y
agarrando un par de sus palomitas.
-No
se. Pensé que podríamos caminar por la vida, tal vez ir a Nelson’s Ice por un
helado… -Me miró indeciso.
-Sabes
que no me gusta ir ahí sin… -Me interrumpió.
-Sin
papá. –Suspiró dándome la razón.
Antes
de que papá obtuviera su trabajo nos llevaba cada domingo a pasear. Recuerdo
que nos tomábamos un ómnibus hasta Oxford Street y bajábamos por Regency Street
en uno de esos carros tirados por bicicletas. Seguíamos de largo pasando
Picadilly Circus y Trafalgar Square, y nos bajábamos justo después. Caminábamos
por St. James Park, y parábamos en un pequeño carrito de helados llamado
Nelson’s Ice, justo debajo de la estatua del almirante Nelson, quien mi padre
nos hizo creer que era Napoleón, por la forma de su brazo posicionado sobre su
pecho, pero éramos unos niños. Luego seguíamos paseando por el parque,
asustando ardillas, y a veces gente, hasta llegar al parlamento. Nos quedábamos
aproximadamente cinco minutos admirando el Big Ben, y al cruzar el puente a
veces íbamos al acuario, otras veces íbamos al London Eye, luego de que
abriera, o simplemente volvíamos a casa. No era especial por el estúpido
recorrido. Lo era porque lo hacíamos con papá. Y desde que empezó con el
trabajo, lo fuimos haciendo cada vez menos, hasta que llegó un día que no lo
hicimos más. Memorias...
-Solo
pensé que ya que papá no nos llevaba, podríamos hacerlo por nuestra cuenta. –Le
puso mute a la televisión para hablar mejor. -¿Qué dices? De verdad tengo
antojo de uno de esos helados.
-¡Aww!
–Exclamé enternecida. -¡Estás embarazado! –Él comenzó a reír, y yo también.
–Okey. Si significa tanto para ti, supongo que podremos hacerlo. –Traté de
sonar como si a mí ya no me importara, pero no puedo esconder esos sentimientos
con Liam. Me conoce demasiado bien.
Antes
de poder recibir un enorme sermón sobre que dejara de actuar como si lo que
está sucediendo no me afectara, la puerta de la entrada se abrió, dando paso a
un hombre de unos cuarenta años, con ojeras bajo los ojos, que ya eran más bien
un accesorio común en él, y una maleta en la mano derecha.
-¡Papi!
–Grité emocionada mientras corría a abrazarlo. Podría sonar como una nena, pero
cuando no ves a tus padres por tanto tiempo, verlos, aunque sea un segundo,
hace la diferencia.
-¡Pa!
–Gritó mi hermano, tal vez no tan emocionado como yo, pero lo suficiente como
para pararse y abrazarlo también. –Creí que llegabas a mediados de la semana.
–Dijo confundido. A mi me da igual, si él está acá, no me importa nada más.
-Si,
bueno. Volví antes para pasar un tiempo con mi familia, ¿qué no puedo?
–Mencionó gracioso. -_______, cariño, ¿me dejarías entrar? –Preguntó al ver que
lo tenía inmovilizado con mi abrazo. Yo me separé y lo ayudé con la maleta.
-¿Por qué vestida tan elegante? –Me preguntó examinándome de arriba abajo. -¿Ya
con novio? Liam, ¿no te olvidaste de nuestro acuerdo, o si? –Preguntó hacia mi
hermano.
-¿Acuerdo?
¿Qué acuerdo? –Pregunté confundida.
-Papá
me hizo prometer que si alguna vez traías un novio a casa y él no estaba, yo lo
iba a recibir en ropa interior. –Yo estallé en una carcajada.
-¿Y
eso por qué? –Pregunté aún riendo.
-Porqué
así se da cuenta de que nuestra familia está demente, se asusta, y no te vuelve
a llamar. –Respondió él, dejando su abrigo en el perchero junto al mío. –Pero
no me cambies de tema, jovencita. ¿A dónde fuiste tan arreglada?
-Salí
con Harry. –Respondí inocentemente.
-Si,
me lo tuve que haber imaginado. No son novios, ¿o si? –Preguntó enarcando una
ceja. Amo el olor que emana mi padre. Es como de limón con aire contaminado de
Londres y menta. Es el olor que hay en su oficina. Me encanta.
-No.
Aunque toda una sociedad de gente cheta cree que sí. –Respondí pensativa.
-Esas
son las cosas que me gusta escuchar cuando llego a casa. –Comentó irónico
empezando a subir las escaleras.
-¡Esperá,
pá! –Gritó Liam, y luego se refirió a mí en voz baja. –Preguntale si quiere
venir con nosotros mañana.
-¿Qué?
¿Por qué yo? –Pregunté de la misma manera. Luego de una guerra de miradas y
múltiples golpes, mi padre decidió hablar.
-Niños,
estoy cansado. ¿Qué sucede?
-Nos
preguntábamos si… -Comencé a decir mientras jugaba con mis manos nerviosas. –Si
quisieras ir con nosotros mañana a dar un paseo. Como los que dábamos cuando
éramos chicos… -Él nos dio una sonrisa triste. Ya se lo que se viene.
-Lo
lamento, pero tengo una reunión mañana y mucho trabajo para hacer en la
oficina.
-Pero
antes no trabajabas los domingos. –Protestó Liam. –Sos el jefe. ¿No podés
autodeclararte enfermo? O mejor, no le tenés que dar explicaciones a
nadie. Simplemente borrate y ya. –Yo asentí dándole la razón a mi mellizo.
Nuestro padre bajó los pocos escalones que había subido hace un par de segundos
hasta llegar a nosotros.
-Saben
que los amo. Pero no puedo simplemente dejarlo todo. ¿Se acuerdan lo que les
decía cuando eran chicos? –Ambos asentimos desganados. –Mi empresa es como un
barco pirata, y yo soy el capitán. Si simplemente me tiro al mar por un día
para nadar con un delfín un rato, la gente se descontrolaría. –Nos besó la
frente a los dos. –Ahora me voy a descansar un rato. Llámenme cuando esté lista
la comida. –Y dicho esto volvió a subir las escaleras.
-Dime
que no acabamos de ser rechazados con una historia infantil. –Dijo mi hermano,
pero yo ya no pude contestar. Simplemente comencé a subir las escaleras con
rumbo a mi cuarto.
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Maratón parte 1/2
:D la segunda parte ^_^
ResponderEliminar¡Sube el siguiente capítulo!, no leí un capítulo de la gran Juli por 2 semanas, btw, ¿cómo te fue en tu viaje? Espero que bien, bueno estaré impacientemente toda la noche detrás de mi computadora esperando que subas el siguiente capítulo del maratón. BESOTES -Angie
ResponderEliminarQue paso con lucho??
ResponderEliminarsiguela Buenas noches
OMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu
ResponderEliminarOMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu
ResponderEliminarOMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu
ResponderEliminarwiiiiiiiiiiiiiiii ame el capiiii ahora voy con la segunda parteeee!!!
ResponderEliminarbss!!
Geeeeeeeeeenial :') extrañaba leer tu nove juli, ahora voy por la segunda parte :) -Alanis<3
ResponderEliminarLA AMO!!!!!!
ResponderEliminarOigan alguien que lea esto pasense por
www.noveladeonedirectionsofiacove.blogspot.mx