domingo, 29 de septiembre de 2013

Capítulo diecisiete: "Memories".





-Yo me hago la hache en la panza si vos te tatuás la __ (tu inicial). -Dijo decidida abrochándole la camisa. Nunca creyó que él diría que sí.
-Hecho, el lunes después de clase vamos. -Ella, confiada en que era una broma y que luego él se olvidaría, aceptó en medio de una carcajada. -Vamos.
-¿Era en cerio? -Preguntó ella refiriéndose al caballo. Harry solo sonrió divertido mientras palmeaba la espalda del animal. -Yo no me pienso subir en eso, Harry. Ya vi como hacen hace un rato. Se paraban en dos patas y todo… -Asustada la chica retrocedió un par de pasos hasta dar con una pared de madera.
-Y bueno, pararse en una pata está complicado… El pato se queda viudo. -_______ rió, pero no porque le había resultado gracioso, sino porque le había resultado tan mala la broma que daba risa de lo horrible que era. -Dale, pancha. -Insistió a un lado de Walker.
-Tengo vestido. No puedo montar con vestido. -Fingió estar apenada mientras se sentaba sobre una caja y sonreía tiernamente.
-Montás a la inglesa.
-¿Ahora hay formas de montar? -Vio como el chico sonrió pervertidamente y ella comenzó a reír. -El caballo, degenerado. Montar el caballo.
-Ahora le dicen así… -Comentó divertido comprobando la montura del animal.
-Dejá de pensar en sexo por un segundo en tu vida. -Dijo ella negando levemente aún con expresión divertida en el rostro.
-Listo. Ahora arriba. Vamos a dar un paseo. -Ella negó divertida aún sobre la caja.

Harry caminó hacia la pequeña Payne y la agarró de la cintura hasta depositarla al lado del caballo, ignorando sus gritos y múltiples súplicas para que la bajara. _______ dio un paso para atrás asustada cuando el animal golpeó el suelo con una pata. La sujetó de la cintura.

-¿Lista? -Preguntó tomando impulso para levantarla, que no era mucho, ya que no pesaba tanto.
-No. -Respondió ella sosteniéndose en sus hombros.

Hizo presión sobre su cintura y la levantó del piso del establo hasta ponerla sobre el caballo de manera que sus dos piernas quedaran colgando del mismo lado. _______ se sujetó de todo lugar posible. Analizó el panorama y se decidió finalmente por poner una mano en el hombro de su mejor amigo y la otra sobre la montura del caballo, quedando sostenida de esa manera en ambos lugares. El caballo se removió mientras saltaba un bufido logrando que la chica pegara un pequeño grito de terror. Harry rió ante su reacción sin poder evitar pensar que pasaría si el caballo se para en dos patas.

-¿Me vas a soltar? -Ella negó temerosa. -Tengo que subirme al caballo, _______.
-¿Y si no te subís? ¿Y si yo me bajo? ¿Y si volvemos adentro a donde tengo la seguridad de tu madre y de Luke? -Preguntó ella aún sin soltarlo. Toda su musculatura estaba tensa, aferrada tanto al hombro del más grande de los Styles como al caballo repitiéndose una y otra vez que no iba a caerse. Harry sonrió y bajó la mirada, logrando que sus hoyuelos se vieran extremadamente tiernos.
-No. -Respondió y con un movimiento brusco logró que ella se soltara de su agarre. Rápidamente su mano voló hasta la montura del animal apretando con tal fuerza que sus dedos ya estaban de color blanco.

Harry con un ágil movimiento enganchó un pie en el estribo y con un impulso saltó hasta pasar su pierna hasta el otro lado, quedando detrás de ella y poniendo su pie restante en el estribo del otro lado. _______ tembló al notar la montura flaquear cuando él se subió.

-Parecés gelatina. -Se burló el ojiverde pasando su mano derecha por su lado y tomando las riendas que descansaban sobre el cuello de Walker.
-¿Y si nos caemos? -Preguntó temblorosa la chica con miedo de voltear hacia él y fracasar en el intento.
-Y… Más del piso no vamos a ir… -<¿Cómo se puede tomar mi desgracia tan burlonamente?> Pensó _______, enojándose levemente. -Tranquila. La montura está bien ajustada. Si la ajusto más, se asfixia el caballo. -La tranquilizó posando su brazo restante al rededor de su cintura y pegando aún más la espalda de ella sobre su pecho, acto que le hizo soltar el aire que nuevamente no notó que contenía.
-Deberíamos intentarlo. -Respondió ella, ahora si volteando a verlo. Una vez rodeada por sus brazos, se sentía más segura. Harry lanzó otra risita burlona. Sin duda se estaba burlando de su fervor a los caballos. -En cerio te digo. Si las mujeres de antes aguantaban con los corsé, este caballo puede aguantar un poco más ajustado. Solo para comprobar no morir.
-Pero este caballo es hombre. Y por cierto, no son "hombres" o "mujeres". Son "caballos" o "yeguas". -La chica no pudo reprimir un golpe en su hombro, pero luego se volvió inmediatamente a aferrarse a la montura de Walker. De un momento a otro le agarró una inmensa curiosidad por comprobar si Walker era verdaderamente un hombre.
-Podré no saber mucho de caballos. Pero en historia te rompo el culo. -Dijo orgullosa cruzando sus pies para que no quedaran colgando tan inertes como estaban.
-Una vez que se algo, deberías dejarme alardear. -_______ prácticamente lo sintió sonreír. Era eso, o que realmente lo conocía para saber que estaba curvando sus labios en una sonrisa.

Harry se acomodó en la montura de una manera en que quedara cómodo, y logrando que nuevamente la montura del caballo se moviera. _______ se aferró aún más fuerte a esta, sin considerar la opción que si la montura falla, y ella está aferrada a la misma, termina en el piso. Cuando se le pasó por la cabeza esa teoría, buscó con la mirada otros lugares para agarrarse, pero considerando que era la montura o el cabello del cuello de Walker, decidió permanecer como estaba. Pensando en mil maneras de morir no se dio cuenta sino hasta el último momento de la cercanía del chico, que podía sentir su respiración detrás de su oreja.

Vagamente divisó como Harry separaba sus pies aún enganchados en los estribos y volvía a dejarlos caer golpeando el estómago de la criatura y ocasionando que comenzara a moverse. Ese acto claro está le puso los pelos de gallina a la chica, quien reprimió un grito para ahorrarse más burlas por parte de su mejor amigo.

Salieron del establo en silencio y anduvieron a paso tranquilo. _______ quiso creer que era porque Harry se había aburrido de su desgracia, y se había compadecido de su miedo a una muerte prematura. Una vez que posó su mente en otra cosa, como el hermoso paisaje que los rodeaba, se tranquilizó. Se estaban alejando del establo, y por ende del Country. A paso lento pero seguro avanzaron entre el verde césped de lo que parecía un campo de golf, y la chica recordó que Harry también practicaba ese deporte. Pero solo por diversión, no competía como lo hacía con el polo, o el rugby. El golf… Qué deporte más aburrido. Ver como unos viejos menean el culo a lo Shakira y golpean una pelotita con un palo hasta terminar en una pose completamente gay… No era lo de ella.

En silencio atravesaron el campo de golf entero, y al terminar ya no se veía siquiera el hoyo seis. Unos cinco minutos después _______ divisó un hermoso lago lleno de patos. Al fondo se iniciaba un bosque frondoso, al cual le invadieron terribles ganas de investigarlo. Más que investigarlo, de jugar a las escondidas ahí. No podía ver con exactitud la extensión de dicho bosque, pero calculaba que no era tan pequeño. Tal vez era el mismo bosque que había visto en el medio de su ataque de nervios antes de llegar al Country. Pero claramente estaba demasiado distraída como para calcular más o menos la distancia.

Una vez cerca del lago, Harry soltó las riendas para dejar que el caballo pasteara y descansara, más aún así no se bajaron de él. _______ se quedó maravillada con la belleza del lugar. Para una ciudad como Londres, habitualmente gris y sin color más que los ómnibus y las cabinas de teléfono, que de hecho las pintaron de ese rojo para poder divisarlos entre la niebla -lo que lo hace realmente lamentable-, esto era la octava maravilla del mundo.

-Suelo venir con Ali acá por lo menos una vez en el día. Cuando estamos completamente sofocados de tanta gente falsa e hipócrita. -Explicó el chico mirando a un par de patos que peleaban por una migaja de pan, que hacía cuestionar a _______ de dónde había salido. -Es un buen lugar para pensar. -<Lo último que necesito ahora es pensar>, habló una voz en la mente de la pequeña Payne.
-Si, acepto. -Dijo ésta, tratando de cambiar de tema.
-¿Qué aceptás? -Preguntó el chico confundido, mirándola con unos expresivos ojos verdes.
-¿Qué no me trajiste acá para proponerme matrimonio? -Contestó graciosa mientras hacía resaltar sus pecas con una genuina sonrisa, la cual contagió a su mejor amigo.
-Ahora te traigo al galope, vas a ver. Por turra. -Comentó aún riendo el ojiverde.
-Lamento haber olvidado que "Harry" y "casamiento" no pueden ir en una misma oración sin ser negativa… -Comentó graciosa, mientras él asentía dándole la razón. -Son como el agua y el aceite. O como perro y gato. O como Spiderman y El Wasón.
-El Wasón es el villano de Batman, burra. -Dijo gracioso.
-Perdón, friki.
-Yo me caso el día que vos te lleves bien con Louis. -Harry y su manó a de hacer apuestas.

La chica se tensó de inmediato al escuchar el nombre del chico que, sin querer, había ocupado sus pensamientos todo el día. Escucharlo en voz alta solo empeoraba la situación. Se había propuesto la noche anterior no pensar en él, pero le había resultado imposible. En cada esquina, cada rincón, cada objeto, le recordaba al ojiazul, y no podía evitar que él invadiera su mente. Pero, al final del día, da igual. Para el lunes, vuelven a ser los Louis y _______ de siempre. Todo solucionado. Problema resuelto.

Decidió no pensar más en el tema y se dispuso a mirar el paisaje.

-Creo que es hora de volver. Ya van a servir la comida. –Dijo Harry comprobando su reloj.
-¿Ya? –Preguntó decepcionada. -¿No nos podemos quedar un rato más?
-Se van a empezar a preguntar dónde estamos… Además tengo hambre.
-Okey. –Dijo desanimada mientras el caballo se ponía en marcha de vuelta y ella volvía a tensar todos los músculos de su cuerpo.

-Fin de su narración.-

-Narras tu.-

Al llegar nos sentamos en la mesa justo al momento en que los camareros comenzaban a traer los platos para comer. No vale la pena recalcar que eran extremadamente lujosos. Creo que la vajilla era de plata y todo…

Cuando ya nos habían retirado la vajilla sucia del postre comenzó a sonar música, y las luces del establecimiento se bajaron dando paso en su lugar a luces multicolores que vagaban de un lado al otro del lugar.

-¿En cerio? ¿Música de los ochenta? –Pregunté mientras reía a mi acompañante.
-La mayoría de gente acá es vieja. –Explicó riendo. –¿Me concede el baile que no me concediste anoche? –Preguntó parándose de la silla y haciendo una reverencia, logrando que riera.
-¿Hablás del baile que no me pediste? –Él asintió divertido aún haciendo la reverencia. Acepté su mano para ayudarme a parar y avanzar al centro del lugar, donde muchas parejas de gente, y otras simplemente en grupos o solas, bailaban animadamente.

Una vez en el centro comenzamos a bailar al ritmo de “Footloose” animadamente mientras Harry no paraba de hacerme reír. Al finalizar comenzó a sonar otra canción que a leguas se daban cuenta que era de la misma época, solo que ésta era lenta.

Estábamos bailando juntos animadamente cuando la canción que estábamos escuchando se corta de repente y comienza a sonar “Temperature”, de Sean Kingston. Miré a Harry para preguntar con la mirada si eso era normal, a lo cual negó al instante. Volteamos monocromáticamente hacia el lugar donde se suponía estaban poniendo la lista, y Chloe avanzaba animada saliendo de la mesa improvisada con una computadora simulando ser un dj. Era tan obvio. Era ella quien había cambiado la canción para que Harry y yo dejemos de bailar…

-Esta mina me cae muy mal. –Le comenté a Harry mientras la multitud se acostumbraba al cambio repentino y seguía bailando. –Lo hizo de gusto.
-Obvio que lo hizo de gusto. Es como una Marcie personal. –Dijo él, claramente irritado. –Solo que más obsesiva.
-Si, no creo que eso suceda nunca… -Solté una carcajada seca y sin sentimientos. –Solo me gustaría poder vengarme de ella… Tengo que dejar de odiar a la gente que acabo de conocer. –Dije en voz alta como un recordatorio a mí misma.
-Y podés… -Dijo levantando una ceja y mirándome divertido. Creo que se a lo que se refiere.
-¿Te estás aprovechando de mí? –Pregunté graciosa mientras me acercaba a él.
-No desperdicio una oportunidad como esta. Nunca.

Antes de que pudiera pestañar, Harry me agarró del cuello y acercó mi cara a la suya para en menos de tres milisegundos juntar nuestras bocas en un beso, de esos que solo nosotros, dementes como somos, sabemos dar.

A lo que me refiero es que besar a Harry en la boca para mí ya es como besarlo en la mejilla. Está incorporado a mi ser. Aunque me prometí a mí misma que la despedida de Grecia era la última. Pero esto era una necesidad. Más bien una obligación. Ya a estas alturas se debieron de dar cuenta lo vengativa y orgullosa que soy, ¿no? Bueno, si no lo sabían, ahora lo saben. Nunca entendí esas películas en las que al final, la buena termina perdonando a la mala y todas terminan amigas… Como siempre en todas las películas chotas de mujeres terminan en un baile de graduación y la buena gana la corona de reina del baile, y la comparte con la gente… Yo me burlaría de todas, admitiría ser la mejor, y se la restregaría a mi enemiga en la cara, después de partirle una silla en la nuca. ¡Es mi corona, flaca! ¡Jodete por ser una pajera!

En fin, me fui re de tema. Lo que pasa es que soy vengativa. Y si no te sirve, mejor. Ese es el punto…

No podía ver la cara de Chloe, pero estaba más que segura de que estaba verde de la envidia. Nos separamos cuando cambió la canción y continuamos bailando como si nada. Bueno, tengo que admitir que le di una miradita a Chloe para ver su cara, y tengo que decir que era aún mejor de lo que esperaba.

-Hazz, tenés que prometerme que esto no va a volver a pasar, ¿si? –Pregunté una vez que estábamos solos en el auto de camino a casa.
-¿Qué? ¿Traerte al Country? –Mi miró con una sonrisa pícara. -¿Tan mal estuvo?
-Ya sabés a lo que me refiero. Es por bien.
-No entiendo por qué…
-Es nuestro último año, Hazza. El año entrante vamos a ir a la universidad. Somos prácticamente adultos. –Expliqué temiendo de mí misma.
-Sabés que nunca vamos a ser adultos. –Comentó riendo aún mirando a la carretera.
-No, ya se que no. Somos demasiado pajeros para eso. Pero a lo que me refiero es que tenemos que dejar de actuar como si nada más importara. -¿Y por qué ahora pienso así? Andá a saber.
-No se por qué presiento que esto tiene que ver con la llegada de los chicos… -¿La tenía? Tal vez…
-No… O sea, no lo se. Solo digo que no quiero que me tachen de puta. Sabés que nunca me importó lo que la gente dijera…
-Excepto que venga de tus amigos. Lo se. –Terminó mi frase. –No lo hacen, igual.
-Por las dudas.
-Espero que no sea porque quieras tirarte a Tomlinson, o voy a estar muy ofendido. –OKEY. ¿Qué onda? Largué una carcajada seca.
-¿Yo? ¿Con Louis? –Volví a reírme. -¿Qué te hace pensar eso? ¿Acaso no ves que nos odiamos?
-Lo único que veo es tensión sexual. -¿Cómo pasamos de hablar de no besarme más con Harry a Louis? Incluso cuando trato de alejarlo de mi mente, vuelve solo como un boomerang.
-Y yo veo tu ojo morado.
-Qué ruda. –Yo sonreí victoriosa. –Entonces, ¿no más besos? –Yo negué. –Okey. Creo que tal vez pueda soportarlo.
-Por primera vez en mi vida voy a actuar con mi mejor amigo como una mejor amiga. –Dije feliz.
-¿Cómo se hace eso? –Rió y le golpeé de broma el brazo.

Llegué a casa y al entrar descubrí a Liam tirado mirando televisión, quien volteó al escuchar el sonido de la puerta.

-¿Cómo estuvo el Country? –Preguntó aún desde el sillón.
-Sobreviví. –Comenté graciosa dejando mi abrigo en el perchero de la entrada.
-Okey, Mrs. Sarcástica, ¿qué te parece un entretenido domingo con el mejor hermano del mundo?
-¿Qué tiene en mente el mejor hermano del mundo? –Pregunté sentándome a su lado y agarrando un par de sus palomitas.
-No se. Pensé que podríamos caminar por la vida, tal vez ir a Nelson’s Ice por un helado… -Me miró indeciso.
-Sabes que no me gusta ir ahí sin… -Me interrumpió.
-Sin papá. –Suspiró dándome la razón.

Antes de que papá obtuviera su trabajo nos llevaba cada domingo a pasear. Recuerdo que nos tomábamos un ómnibus hasta Oxford Street y bajábamos por Regency Street en uno de esos carros tirados por bicicletas. Seguíamos de largo pasando Picadilly Circus y Trafalgar Square, y nos bajábamos justo después. Caminábamos por St. James Park, y parábamos en un pequeño carrito de helados llamado Nelson’s Ice, justo debajo de la estatua del almirante Nelson, quien mi padre nos hizo creer que era Napoleón, por la forma de su brazo posicionado sobre su pecho, pero éramos unos niños. Luego seguíamos paseando por el parque, asustando ardillas, y a veces gente, hasta llegar al parlamento. Nos quedábamos aproximadamente cinco minutos admirando el Big Ben, y al cruzar el puente a veces íbamos al acuario, otras veces íbamos al London Eye, luego de que abriera, o simplemente volvíamos a casa. No era especial por el estúpido recorrido. Lo era porque lo hacíamos con papá. Y desde que empezó con el trabajo, lo fuimos haciendo cada vez menos, hasta que llegó un día que no lo hicimos más. Memorias... 

-Solo pensé que ya que papá no nos llevaba, podríamos hacerlo por nuestra cuenta. –Le puso mute a la televisión para hablar mejor. -¿Qué dices? De verdad tengo antojo de uno de esos helados.
-¡Aww! –Exclamé enternecida. -¡Estás embarazado! –Él comenzó a reír, y yo también. –Okey. Si significa tanto para ti, supongo que podremos hacerlo. –Traté de sonar como si a mí ya no me importara, pero no puedo esconder esos sentimientos con Liam. Me conoce demasiado bien.

Antes de poder recibir un enorme sermón sobre que dejara de actuar como si lo que está sucediendo no me afectara, la puerta de la entrada se abrió, dando paso a un hombre de unos cuarenta años, con ojeras bajo los ojos, que ya eran más bien un accesorio común en él, y una maleta en la mano derecha.

-¡Papi! –Grité emocionada mientras corría a abrazarlo. Podría sonar como una nena, pero cuando no ves a tus padres por tanto tiempo, verlos, aunque sea un segundo, hace la diferencia.
-¡Pa! –Gritó mi hermano, tal vez no tan emocionado como yo, pero lo suficiente como para pararse y abrazarlo también. –Creí que llegabas a mediados de la semana. –Dijo confundido. A mi me da igual, si él está acá, no me importa nada más.
-Si, bueno. Volví antes para pasar un tiempo con mi familia, ¿qué no puedo? –Mencionó gracioso. -_______, cariño, ¿me dejarías entrar? –Preguntó al ver que lo tenía inmovilizado con mi abrazo. Yo me separé y lo ayudé con la maleta. -¿Por qué vestida tan elegante? –Me preguntó examinándome de arriba abajo. -¿Ya con novio? Liam, ¿no te olvidaste de nuestro acuerdo, o si? –Preguntó hacia mi hermano.
-¿Acuerdo? ¿Qué acuerdo? –Pregunté confundida.
-Papá me hizo prometer que si alguna vez traías un novio a casa y él no estaba, yo lo iba a recibir en ropa interior. –Yo estallé en una carcajada.
-¿Y eso por qué? –Pregunté aún riendo.
-Porqué así se da cuenta de que nuestra familia está demente, se asusta, y no te vuelve a llamar. –Respondió él, dejando su abrigo en el perchero junto al mío. –Pero no me cambies de tema, jovencita. ¿A dónde fuiste tan arreglada?
-Salí con Harry. –Respondí inocentemente.
-Si, me lo tuve que haber imaginado. No son novios, ¿o si? –Preguntó enarcando una ceja. Amo el olor que emana mi padre. Es como de limón con aire contaminado de Londres y menta. Es el olor que hay en su oficina. Me encanta.
-No. Aunque toda una sociedad de gente cheta cree que sí. –Respondí pensativa.
-Esas son las cosas que me gusta escuchar cuando llego a casa. –Comentó irónico empezando a subir las escaleras.
-¡Esperá, pá! –Gritó Liam, y luego se refirió a mí en voz baja. –Preguntale si quiere venir con nosotros mañana.
-¿Qué? ¿Por qué yo? –Pregunté de la misma manera. Luego de una guerra de miradas y múltiples golpes, mi padre decidió hablar.
-Niños, estoy cansado. ¿Qué sucede?
-Nos preguntábamos si… -Comencé a decir mientras jugaba con mis manos nerviosas. –Si quisieras ir con nosotros mañana a dar un paseo. Como los que dábamos cuando éramos chicos… -Él nos dio una sonrisa triste. Ya se lo que se viene.
-Lo lamento, pero tengo una reunión mañana y mucho trabajo para hacer en la oficina.
-Pero antes no trabajabas los domingos. –Protestó Liam. –Sos el jefe. ¿No podés autodeclararte enfermo? O mejor, no le tenés que dar explicaciones a nadie. Simplemente borrate y ya. –Yo asentí dándole la razón a mi mellizo. Nuestro padre bajó los pocos escalones que había subido hace un par de segundos hasta llegar a nosotros.
-Saben que los amo. Pero no puedo simplemente dejarlo todo. ¿Se acuerdan lo que les decía cuando eran chicos? –Ambos asentimos desganados. –Mi empresa es como un barco pirata, y yo soy el capitán. Si simplemente me tiro al mar por un día para nadar con un delfín un rato, la gente se descontrolaría. –Nos besó la frente a los dos. –Ahora me voy a descansar un rato. Llámenme cuando esté lista la comida. –Y dicho esto volvió a subir las escaleras.

-Dime que no acabamos de ser rechazados con una historia infantil. –Dijo mi hermano, pero yo ya no pude contestar. Simplemente comencé a subir las escaleras con rumbo a mi cuarto.

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Maratón parte 1/2

9 comentarios:

  1. ¡Sube el siguiente capítulo!, no leí un capítulo de la gran Juli por 2 semanas, btw, ¿cómo te fue en tu viaje? Espero que bien, bueno estaré impacientemente toda la noche detrás de mi computadora esperando que subas el siguiente capítulo del maratón. BESOTES -Angie

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  2. Que paso con lucho??
    siguela Buenas noches

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  3. OMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu

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  4. OMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu

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  5. OMG voy a leer mi otro y te comento groso ahu

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  6. wiiiiiiiiiiiiiiii ame el capiiii ahora voy con la segunda parteeee!!!
    bss!!

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  7. Geeeeeeeeeenial :') extrañaba leer tu nove juli, ahora voy por la segunda parte :) -Alanis<3

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  8. LA AMO!!!!!!
    Oigan alguien que lea esto pasense por
    www.noveladeonedirectionsofiacove.blogspot.mx

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