Cap. 30º: "Pijamada y películas"

Tu: ¿y quién dice que quiero ser tuya? –respondí tratando de ocultar que me estaba comenzando a sonrojar. Algo que de verdad se hacer bien es hacerme la difícil. Bueno, en realidad no me hago la difícil, soy difícil. –

Liam: vos –en ese momento ambos por alguna extraña casualidad, o tal vez una fuerza magnética, volteamos y quedamos cara a cara uno con el otro. Por alguna razón, esto me ponía nerviosa…-

Las mujeres somos como manzanas. ¿alguna vez se pusieron a ver el lado femenino como una fruta? Tal vez sea difícil de entender. A mi también me costaría hacerlo si un día llega alguien y me dice “sos una manzana”. Pero todo tiene explicación. ¿por qué las mujeres somos como manzanas? Simple, las mujeres que sí valen la pena son aquellas que están en la copa del árbol, y las fáciles son las que están en el suelo. En otras palabras, las decentes en la copa, las putas en el piso. Todo esto conlleva a la explicación de por qué los hombres prefieren a las putas antes que a una mujer de verdad.

La razón es más fácil de lo que se pudieron imaginar. Los hombres siempre van por lo fácil, siempre quieren buscar un atajo, o hacer algo sin ningún esfuerzo, por eso toman las manzanas que están en el suelo. Las que se cayeron. Las que son fáciles de agarrar. Y las chicas decentes terminan solas. ¿por qué? Porque no son capaces de hacer el mínimo esfuerzo para lograr llegar a la copa del árbol y tomar las manzanas que están en buen estado, conformándose de esta manera con las podridas en el suelo.

Se que suena confuso, por eso se los pongo un poco mas claro. Los hombres no luchan por las mujeres que valen la pena, prefieren una que al primer “hola, te garcho” ya les diga que sí a todo. Porque saben que una chica que vale la pena va a tener que intentar muchas mas cosas que un simple “hola, te garcho” para tenerlas ahí, donde ellos quieren. Y si, los hombres son vagos. La mayoría de ellos lo son. Pero esto es durante su adolescencia, y durante toda su vida los que son unos estúpidos. Pero la mayoría se da cuenta una vez que madura, que un par de tetas y un culo nunca lo van a amar. ¿será Liam de ese tipo de personas que lucha por una chica? ¿Habrá luchado para conseguir salir con Danielle?

Todo mi nerviosismo se había esfumado de repente. Solo me hace falta recordar que Liam es como mi hermano, y me siento mejor. Creo.

Tu: ya quisieras, Payne –tenía que safarme del agarre de sus manos tan pronto como pudiera, o no me haría responsable de lo que sería capaz de hacer, así que me volví a sentar en su cama quedando en una posición erguida junto a él, quién increíblemente me imitó. Parece que librarme de su agarre va a ser un poco mas difícil de lo que imaginé. ¿cambiar de tema? Es la que va.- ¿cómo conociste a Danielle? –no se si era el tema apropiado, ni el momento apropiado. Técnicamente nunca es un momento apropiado ni un tema apropiado hablar de Danielle. Pero era mi duda existencial en ese momento, y no se me ocurría ningún otro tema para olvidar el anterior-

Liam: ¿y esa repentina curiosidad por mi vida amorosa? –preguntó riendo, lo cual imité para librarme de preguntas incómodas o sospechas indeseadas- no lo se, fue hace como un año y pico –Punto en contra, no se acuerda ni de su aniversario… o tal vez no lo quiere mencionar…- antes de que entrara a The X Factor. Un amigo nos presentó –me contó animadamente sentado en su cama frente a mí-

Tu: y, cuando la invitaste a salir, ¿dijo que sí de una? ¿O estuviste intentando por un tiempo? –en verdad no se si esto me va a servir mucho para completar mi hipótesis, ya que si Danielle es una zorra que le dice que sí a la primera, no puedo averiguar mucho…-

Liam: si, cuando nos presentaron inmediatamente le pedí que saliera conmigo, y aceptó. ¿por? -¡ZORRA! Bueno, no tanto. Es algo normal. Pero como no me cae muy bien… es una zorra igual-

Tu: simple curiosidad. ¿nunca tuviste que insistirle a una chica, así como que mucho? –pregunta confusa de mi parte… es complicado hablar bien si tengo a Liam en bóxers en frente mío…-

Liam: am… -lo pensó por unos segundos- Si –dijo como recordando algo grande…- en la secundaria invité a salir a una chica 23 veces. Mi mejor amiga me aconsejó que le cantara una canción, y cuando lo hice, al fin cedió –comenzó a reír no se por que. Era algo muy tierno. Definitivamente, es alguien que lucha por la mujer que quiere-

Tu: ¿23? ¡qué tierno! –exclamé claramente enternecida por la situación que había vivido-

Liam: ¿tierno? Me abandonó al día siguiente – él comenzó a reír. Por cortesía no quería hacerlo, pero las ganas me mataron, y lo acompañé con la risa que me venía aguantando- bueno, basta eh. Está mal reírse de la desgracia ajena –dijo tratando de dejar de reír para que yo también lo haga-

Tu: bueno. Prometo nunca mas reírme de tu cara –respondí como si su cara fuera una desgracia-

Liam: ¿ah, te hacés la graciosa? –me miró con una mirada que claramente podía desifrar. Antes de que pudiera decir un insignificante “no” se abalanzó sobre mí dejándome tirada en la cama mientras me hacía cosquillas por todo el cuerpo. ¿les conté que soy propensa a las cosquillas?-

Tu: cortala Liam. ¡BASTA! –grité y al fin paró luego de unos 2 minutos en los que no pude hacer nada mas que reír y patear todo lo que se me cruzaba por el camino- te detesto –dije recuperando el aire-

Liam: ¿quién podría detestarme? –dijo acostado en mi lado con aires a ego. Admiro mi capacidad de soportar a determinada gente cuando merece un fierrazo en la nuca-

Tu: yo. Lo hice, lo hago, y lo voy a hacer por el resto de mi vida –dije de broma-

Liam: mirá, te propongo algo para que dejes de detestarme –se sentó en la cama- maratón de películas románticas. Vos elegís. No mas de 3 –me agrada su idea… es bueno negociando-

Tu: continuá –me senté a su lado y lo miré expectante para que continuara-

Liam: ¿eso no es suficiente? Bueno, am, ¿pijamada nosotros dos? –me gusta y mucho como piensa. Una noche con Liam. Wiii –

Tu: y… -a ver hasta donde llega por mí-

Liam: ¿más? –se quejó…- okey, te llevo de compras mañana –me parece tierno haga todo esto por que sí, porque técnicamente el sabe que no estoy enojada, y que no lo detesto-

Tu: si te puedo pintar las uñas es un trato –a ver si dice que si. Llega a decir que sí, y me caso-

Liam: ah, ¡pará hermana! No seas mala –lo miré desafiante. Esa mirada siempre lo convence- mañana me lo saco –cedió al final. Soy tan capa- ¿qué películas elegís? –MAÑANA ME CASO CON LIAM. Es un tierno-

Tu: am… -lo pensé por un momento- “A walk to remember” y “LOL”–son todas películas que simplemente AMO. Sobre todo la primera. “a walk to remember” Es divina. Cuenta la historia de un chico malo que como castigo le pusieron hacer servicios sociales, y actuar en la obra del colegio. Y ahí conoce a la chica. Que es como la nerd. “es como” no. Es la nerd. Y le pide ayuda con su actuación, entonces ella acepta con la única condición de que él no se enamore de ella. El pibe claro está se le cagó de risa en la cara. Pero después se enamora de ella y cuando se lo confiesa, ella le dice que no puede estar con él porque tiene leucemia, y se iba a morir. Entonces él le cumple TODOS los deseos en una lista que ella había creado a lo largo de su vida, incluso casarse. Es hermosa-

Liam: la segunda suena interesante. “LOL”. ¿Laugh Out Loud, no? –preguntó bastante intrigado-

Tu: eso, y que la principal se llama Lola y le dicen Lol –todas películas que ya había visto, pero que no me canso de ver-

Liam: cool. Vamos al videoclub que queda a 2 cuadras a sacar las películas-

Tu: ¿en cerio? Pensé que la gente iba ahí a ordeñar vacas –le respondí sarcásticamente-

Liam: dale boba. Vámos –se paró de la cama y comenzó a caminar hasta la puerta de su habitación, mientras yo seguía acostada apoyando mis manos detrás de mi espalda pero sobre el colchón y mis piernas permanecían estiradas y cruzadas al final-

Tu: se que te ves sexy, pero no creo que sea conveniente que salgas a la calle de bóxers –le dije moviendo mis pies de un lado al otro como una pequeña niñita inocente-

El sonrió y procedió a su armario para agarrar unos jeans y una remera blanca. Me quedé mirándolo. Yo tengo un GRAN defecto. Si es que se puede llamar así. Mi problema es que siempre que veo una persona se me es imposible no encontrarle una imperfección. Pero por mas que busque en el más recóndito lugar del cuerpo de Liam, es totalmente perfecto. Cada rasgo. Cada rincón de su cuerpo. Es completamente perfecto. Y es el primero que podría decir que tiene un 10 asegurado. Lo se, ¿me consideran rara por ponerle puntaje a los chicos? Soy así. Y sinceramente, nunca había visto un 10 hasta examinar a Liam.

Liam: ¿qué tanto me mirás? –me preguntó mientras luchaba con su zapato para lograr que el mismo quepa en su pié izquierdo-

Tu: nada. Solo que me hacés acordar a alguien –Mentí. Una vez que terminó con el zapato izquierdo, prosiguió con el derecho-

Liam: ¿a quién? –Volvió a preguntar. Ya había finalizado con los zapatos, y estaba colocándose un abrigo debido al frío que adornaba toda la ciudad de Londres acompañada de una manta blanca que le daba el toque final para una época perfecta de invierno-

Tu: a tu vieja Liam –respondí en español. Últimamente hablar en español es mi respuesta para todo. Como nadie me entiende, puedo escapar de cualquier problema ahorrándome las preguntas totalmente incómodas-

Liam: adoro cuando hablás en español, aunque no entienda nada –comentó con una sonrisa. Por suerte el tema había sido desviado, y no tendría que seguir con el cuestionario. Caminó los escasos pasos que le aguardaban para llegar hasta el punto donde yo me encontraba, y me plantó un beso en la mejilla. Cualquiera que nos viera pensaría que somos novios. Últimamente es todo lo que yo pienso también…-

Tu: dale, vamos –aunque por adentro sintiera cierto cosquilleo gracias al beso, no lo demostraba. Si eso causa con un simple beso en la mejilla, me imagino lo que puede causar con un beso posta… ah, cierto que no me tengo que imaginar porque ya paso (: -

Caminamos a un paso normal hasta la salida de su casa, donde comenzamos a caminar un poco mas acelerados para llegar lo antes posible hasta el videoclub. No habíamos dado más de 5 pasos cuando ya sentía que el frío traspasaba mi saco y penetraba en mi piel como una ola helada. Al tener contacto casi directo con el pavimento cubierto de nieve, mis pies eran los primeros en enfriarse y hacer que esa sensación recorriera todo mi cuerpo como si fuera un rayo alcanzando hasta el lugar más insólito del mismo. Las orejas fueron lo segundo. Y no pasó mucho tiempo para que toda mi cara se uniera al frío infernal que sentía el resto de partes expuestas al frío que poseía en mi cuerpo en este momento. Agradezco que no esté nevando justo ahora. Sentir pequeños copos de nieve aterrizar en mi cara y derretirse en ella al instante de hacer contacto es lo último que desearía en este instante.

Agradezco que el videoclub esté tan cerca de la casa, o literalmente hubiera muerto congelada. La temperatura descendió bruscamente desde mi último contacto con el exterior, y era algo que se podía notar con mucha claridad. O tal vez puede ser que al haber estado un buen rato dentro de la casa de Liam, donde el calor abrazaba mi cuerpo y luego salir a la intemperie con el calor impregnado en mí pudo haber afectado mi temperatura corporal ocasionando que sintiera mas frío de lo normal. Es como cuando estás en un jacuzzi con agua caliente. Tan caliente que podrían hacer una sopa de humanos contigo adentro, y luego salís y corrés para lanzarte a la piscina con agua fría. El cambio de temperatura es mucho mas notorio que si tu cuerpo tuviera tu temperatura normal. Y es lo mismo viceversa. Supongo que el choque entre calor y frío es lo que me está causando este estremecer tan grande al salir al exterior.

El frío finalmente me venció, y comencé a frotarme los antebrazos con la palma de mi mano, como autoabrazándome para contener el escaso calor que aún permanecía en mi cuerpo.

Liam: ¿tienes frío? –alcé la mirada hasta llegar a sus ojos. Noté como estaba imitando mi acto de sobarse los antebrazos. Supongo que el frío podía hasta con más duro de cualquiera de nosotros. Moví mi cabeza de arriba hacia abajo indicándole que sí- no te preocupes –desarmó sus brazos para poder pasar uno por mis hombros, mientras la otra mano la metía en su bolsillo de la campera par conservar el calor, debido a que no portaba guantes para abrigarlas- no queda más de media cuadra –me brindó una sonrisa. Entre ese último regalo, y su brazo sobre mis hombros había logrado en conjunto quitar un poco del frío que abastecía mi cuerpo-

Seguimos caminando por la vereda, que aún trayendo zapatos y medias, podía sentir el frío que la inundaba.

Una vez que llegamos, alquilamos las 3 películas fijadas en la casa, y nos dispusimos a emprender camino de nuevo a la casa de Liam, donde acordamos ver dichas películas.

Nuevamente el choque de calor con frío no tardó en ocupar mi cuerpo completo. Pero solo me dispuse a caminar. El brazo de Liam volvió a posicionarse sobre mi hombro, logrando que aquella sensación de tranquilidad y calor volviera a invadir mi cuerpo. El último recuerdo de tranquilidad que prevaleció entre nosotros. Antes de que pudiera desayunarme de todo lo que estaba pasando mi cabeza empezó a dar vueltas. Flashes. Muchas personas. Todos hablaban al mismo tiempo. Eso fue suficiente para inundar mi cabeza con un fuerte dolor y marearme al punto de que el piso comenzara a dar vueltas. Tantos flashes lograban hacer que me desvaneciera por unos segundos. Preguntas como “¿Cómo fue tu separación con Harry?”, “¿Son novios?” y ¿Hace cuanto que salen?” rellenaban el tan cómodo silencio que tanto anhelaba que continuase en ese momento.

Al parecer la prensa no había tardado en enterarse de mi ruptura con Harry, y ya andarían inventando historias nuevas y totalmente falsas. De eso viven. Ese es su trabajo.

Tu: Yo, am… -aún me sentía un poco desorientada debido a la cantidad de flashes que me rodeaban, y se me dificultaba responder con el dolor de cabeza que prevalecía dando pequeñas punzadas. Si no fuera porque no estábamos en movimiento, de seguro yo ya yacería en el pavimento congelado de la calle, ya que Liam había quitado su mano de mis hombros en el momento que el escándalo comenzó- terminé mi relación con Harry, pero seguimos siendo los mismos amigos de siempre –fue lo más inteligente que se me ocurrió decir en ese momento. Me sentía tan agobiada que se me dificultaba hasta pensar. Por suerte ese flash que había chocado con mis ojos al principio, causante de mi mareo y dolor de cabeza, de a poco se iba retirando de mi cuerpo a medida que el tiempo pasaba. Pero el proceso era interrumpido cada vez que mis ojos volvían a tener ese encuentro con otro de los flashes de los paparazzis-

Paparazzi 1: ¿tu terminaste con él? –logré escuchar decir a uno de los reporteros entre todos los que nos asfixiaban –

Tu: fue unánime –cada vez que lograba recuperarme del mareo, otro flash lograba desconcertarme nuevamente. Era como un ciclo vicioso que no terminaba nunca-

Paparazzi 2: ¿hace cuanto que salen, chicos? –esa pregunta captó mi atención entre todo el resto. ¿quién podría imaginar que Liam y yo estuviéramos saliendo? Además de todo aquel que pase al menos 15 minutos con nosotros, no se me ocurría ningún otro. –

Tu: Yo… no salgo con él –otro flash me chocó como una bomba en la segunda guerra mundial. Yo no estaba acostumbrada a este tipo de fama. Creo que nunca podría acostumbrarme. A mi que me gusta la soledad, y prefiero la privacidad entre todas las cosas del mundo, vivir así es lo último en mi lista. Aunque, ahora que soy amiga de 5 chicos quienes sí lo son, supongo que debería de ir acostumbrándome. Sobre todo durante mi estadía en Londres. Ese último flash pudo conmigo. Al borde de caer desplomada en el piso debido al mareo que éstos me causaban, dos manos se vieron apoyadas sobre mis hombros sosteniendo de esta manera todo el agarre de mi cuerpo impidieron que mi cuerpo chocara contra la blanca nieve que decoraba toda la ciudad-

Liam: Nosotros no salimos, pero agradecería que ustedes se retiraran, porque tantos flashes la están aturdiendo, y no está acostumbrada a esto –les pidió amablemente mi salvador. De repente las luces parpadeantes fueron cesando hasta llegar al punto de extinguirse por completo-

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Maratón 1/3