Yo se que muchas de ustedes nunca escuchan las canciones que yo pongo, pero hago énfasis en esta, porque de verdad representa el capítulo y toda la relación entre Louis y _______ así que por favor escúchenla, lean la letra, en español si quieren, pero de verdad vale la pena. Esta es de mis canciones favoritas, además es otra instancia de compartirla con ustedes :)
¿Es
que esto nunca va a cambiar? Porque no creo poder soportarlo… Tómenlo como
quieran.
Pasé
toda la mañana paseando por Oxford Street con Harry, comprando ropa, hablando
de cosas sin sentido, bueno en realidad prácticamente todo lo que hablo con
Harry es sin sentido, pero se entiende.
-Propongo
ir a comer algo. –Dijo mi mejor amigo, una vez que salimos de una tienda. No
había notado el hambre que tenía hasta que Harry lo mencionó.
Verdaderamente
no había comido nada desde el día anterior al mediodía. Y, para que quede
claro, obviamente terminé vomitando en una de las plantas en la casa de Annie.
Mejor que Micki que chivó todo por el balcón seguro que fue… En fin, también
con el susto de anoche, y que hoy salí a correr, la comida siquiera había
pasado por mi mente.
Asentí
levemente y ambos fuimos cargando las bolsas hasta el primer lugar donde
vendieran comida que localizamos. Era un pub irlandés. Por afuera era negro,
con detalles en verde oscuro, y muy ostentoso. Al entrar el ambiente se tornó
algo turbio. No habían muchas ventanas, y la luz era prácticamente nula. Muchas
voces inundaron mis oídos de repente, sumado a la música de fondo, la cual no
pude reconocer con claridad debido a todas las personas hablando entre sí.
Caminamos
a paso decidido hacia el fondo, pasando por la barra donde reposaban al menos
tres máquinas de cerveza. Bajamos un par de escaleras hasta la segunda parte
del lugar, donde el ambiente se tornaba un poco más tranquilo. Ya fuera de la
parte del bar, lo restante no estaba tan turbio. Aunque las ventanas aún eran
escasas, y la luz no llegaba con plenitud. Pero al menos no se escuchaban
tantos gritos o personas discutiendo por lo que parecían carreras de caballos.
Tomamos
asiento en una de las mesas de madera oscura contra la pared, dejando las
bolsas a nuestros costados sobre el piso. El lugar no estaba tan mal, dentro de
todo.
El
olor a comida que salía de la cocina me hizo darme cuenta lo hambrienta que en
verdad estaba, así que cuando el mesero vino a pedir nuestras órdenes, pedí la
única comida que pensé saldría con más rapidez: papas fritas. Harry se pidió lo
mismo que yo, y para acompañar pedimos una cerveza a cada uno.
Cuando
el mesero abandonó la mesa, aproveché para sacar mi celular y mandarle un
mensaje a Louis, corroborando que todo estuviera bien. No había escuchado de
ellos en toda la mañana, y no sabía si preocuparme, o agradecer el hecho de
tener una mañana libre.
Luego
de tantas veces que infructuosamente intenté cambiar su nombre en mi celular,
terminé abandonando la lucha, viendo que cada vez terminaba con un nombre
diferente, y la mayoría de veces vulgar. Preferí dejarla ahí. Por lo menos este
no era tan malo.
Ni
siquiera me gasté en abrir el mensaje, simplemente lo vi en la pantalla
bloqueada y desvié la mirada a algo más placentero. Cualquier cosa. En este
caso, Harry, a quien encontré sonriéndole a su celular.
-¿Por
qué tantas sonrisas? –Pregunté divertida, en lo que el mesero traía unos vasos
llenos hasta el borde de cerveza. Mierda, le dejaron la espuma. Putos.
-Nada.
–Me respondió dando un sorbo a su vaso. –Un video que mandó Niall al grupo de Whatsapp.
-Quiero
verlo. –Demandé divertida.
-No,
no querés. –Me respondió de la misma manera, dejando su celular sobre la mesa.
-Puto.
–Le di un sorbo a mi cerveza antes de volver a hablar. No entiendo como hay
gente que no le gusta la cerveza. Para mí, es como tomar agua. Aunque a esta
altura, hasta el vodka lo paso como agua. –¿Puedo saber de que se trata, al
menos?
-De
una chica. Y un caballo cachondo. Te la dejo por ahí… -Hice una mueca de asco
imaginándome el video por mi cuenta.
-Que
asco. –Él asintió levemente dándome la razón, y finalmente apareció el mesero
con nuestra orden. La dejó en la mesa y se fue.
Comencé
a ponerle sal a las papas, cada vez más. Yo siempre lo dije, cuando me muera,
va a ser por hipertensión. Comenc é a comer tranquila,
sin hablar, solo concentrándome en mis extremadamente saladas papas. Perfectas
para mí.
-Entonces,
¿qué onda tu vida? –Preguntó mi mejor amigo, con un puñado de papas en su boca.
Viviendo toda la vida con hombres, como lo son Harry y Liam, uno se acostumbra
a esta clase de acciones no agradables para un ser humano normal.
-Como
si no supieras cada detalle de mi vida ya. –Metí otra papa en mi boca, bañada
en ketchup.
-Últimamente
con suerte se si estás viva.
-Exagerado.
–Respondí riendo. –Nada nuevo. –Dije, más que quedara satisfecho.
-Quiero
un update en tu vida amorosa. –Con un
nuevo puñado de papas en su boca, tomó un sorbo de cerveza. Eso ya sobrepasaba
los límites de asquerosidad, pero si le reclamaba iba a terminar con la misma
excusa de siempre: “¿Qu é tiene? Si todo termina en el
mismo lugar."
-¿Cuándo
tuve yo vida amorosa? –Le respondí riendo. –Lo más cercano que tuve a una
relación ni estuve consciente durante la mayor parte, y si no fueras vos,
directamente negaría que eso algún día llegó a ocurrir.
-¿Y
Louis?
-¿Louis?
–Pregunté largando una auténtica carcajada. -¿Vos me estás descansando?
-Vos
me entendés. Cuando digo “vida amorosa” me refiero a tus touch and go con diferentes adolescentes de la región, y eso
incluye a Louis. –Normalmente me molestaría tocar el tema, pero en este
momento, con mi cabeza clara sobre esa situación, no estoy incómoda para nada.
Al contrario. Rodé los ojos.
-Nada
pasa entre Louis y yo. Seamos honestos, ¿Louis y yo en una relación de tipo
amorosa? –Logré que el mismo Harry soltara una carcajada. –Además, es bizarro.
Lo conozco desde chiquita.
-Eso
no te detuvo para estar conmigo trescientas-no-se-cuantas veces. –Respondió
astuto, levantando una ceja.
-No
me dejaste terminar. –Tomé un sorbo de la cerveza y retomé mi monólogo. –No
solo el hecho de que lo conozca desde chiquito, que en verdad no tiene mucho
que ver, sino mas con el tema de que nos odiamos. Rotundamente. No podemos
estar más de tres segundos en una misma habitación sin sacar una motosierra. Y
la verdad no le encuentro sentido alguno a estar en esta especie de juego, o lo
que sea que fuera, si al final no me va a llevar a otra cosa más que a terminar
separando el grupo, o lo que fuese. Además, estar con él de verdad me limita
mis opciones. –Orgullosamente terminé de contarle mis razones a Harry. Todo lo
que había pensado la noche anterior.
En
sí, me gustaba tener a alguien con quien hablar. Tal vez preferiría a alguna de
las chicas, probablemente me entendieran más, pero a su vez se podrían re
molestas con el tema. Enfrentémoslo, todas las mujeres somos insoportables
cuando se trata de hombres. Y me incluyo. Yo también terminaría emocionándome
si me entero de que una de mis amigas tiene novio, tal vez no tanto. Pero sí me
pondría feliz por ella, y hablar sobre él y qué tan largos son sus dedos. Y no
precisaba que alguna de las chicas se pusiera así al enterarse de que una que
otra vez me enrollé con Louis, algo completamente insignificativo e impulsivo.
Porque eso era todo lo que era.
-Uh,
miren quién maduró… -Se burló de mí. Tal vez si había madurado, ¿quién sabe?
Simplemente me encogí de hombros y continué comiendo. –Ya vuelvo. Voy al baño.
–Se paró de la mesa y lo vi caminar hasta que lo perdí en la multitud de la
barra.
Apenas
confirmé que no iba a volver, agarré su celular. Sí, llámenme rara, pero en
serio quería ver ese video. Por disgustante que fuese. Así que desbloqueé su
celular y en la pantalla aparecieron los mensajes. Estaba abierto en uno en
especial, pero esa persona no estaba agendada.
Comencé
a subir entre los mensajes. Sabía que no debía de hacerlo, no invadir la
privacidad de Harry, pero éramos mejores amigos. Yo sabía todo sobre él y él
todo sobre mí. Si estaba hablando con una chica cualquiera, al menos descubrir
quien era. Harry no era muy de mensajearse con las personas… Pero algo en esta
chica era diferente. Era casi como si estuvieran… Saliendo. ¿Harry salía con
una chica? ¿Y no me había dicho nada? ¿La conozco? ¿Quién es? De repente un
millón de preguntas se formularon en mi cabeza.
Rápidamente
desbloqueé mi celular y comencé a marcar el número de esta chica en particular.
Una vez que el último número estaba discado, un nombre apareció en mi pantalla.
Era Anna.
Harry está saliendo con Anna.
¿Cómo
no pudo decirme? Considerando que yo le conté sobre Louis, y hubiera preferido
que no. Es decir, ¿no confía en mí? ¿O qué?
Aún
en shock volví a bloquear su celular y lo dejé justo donde estaba. Los hombres
no suelen tardar mucho en el baño, y yo no había decidido qué hacer con la
situación aún, y eso probablemente no incluía que él me viera revisando sus
cosas.
Unos
segundos después lo vi hacerse presente detrás de la barra. Era demasiado
pronto. No había procesado la información aún. Mi mejor amigo, y mi mejor
amiga, juntos. Eso no era lo que me molestaba, sino el hecho de que lo hubiera
ocultado. Él me hizo terrible escándalo porque yo me comí a Louis un par de
veces, ¿pero él no me podía contar que estaba saliendo con Anna? Es ridículo.
Si él tiene el derecho a enojarse por una estupidez, ¿dónde quedo yo?
Me
sentía dejada de lado. Como si mi mejor amigo no confiara en mí. Yo me abrí
hacia él, en múltiples ocasiones, incluyendo esta misma mañana, y ¿él no podía
contarme esto?
Lo
vi haciéndose paso entre su comida, por poco lamiendo el plato, hasta que por
fin me miró, una vez que su plato quedó vacío.
-¿No
comés más? –Me preguntó, observando mi plato.
-Se
me fue el hambre. –Respondí casi en un susurro, todavía sin poder asimilar por
completo toda la situación. Cambió nuestros platos y prosiguió con mis papas
hasta que nuevamente hizo fondo blanco. -¿Todo bien? –Preguntó terminándose su
cerveza.
-Creo
que me voy a ir. –Respondí parándome de mi asiento.
-¿Eh?
¿Por qué? Todavía nos queda bastante para recorrer. Y creí que querías ir a la
librería antes de volver. –Me miró confundido desde su asiento. Traté de enojarme.
Pero no me salía. Mi cuerpo estaba inundado con decepción. Patético.
-Yo…
Prefiero dejarte la tarde libre. Seguramente encuentres algo más importante
para hacer. –Respondí, seleccionando mis palabras con cuidado mientras me
abrigaba y comenzaba a juntar las cosas del piso. –Ya sabés, como estudiar, o
ir a jugar al Play Station, o salir con mi mejor amiga y ocultármelo… Ese tipo
de cosas. –Vi como sus ojos se abrían y por poco se le saltan de la cara. Rodé
los ojos y simplemente comencé a caminar fuera del establecimiento, escuchando
como me llamaba a mis espaldas, pero sabiendo bien que ten ía un par de minutos de adelanto, ya que tenía que pagar la
cuenta de nuestra comida.
Caminé
a paso acelerado hasta la parada de ómnibus más cercana y me tomé el primero
que vino. Sabía que tenía un par de minutos de adelanto, pero no podía fiárme
de la situación.
Todo
esto pasó tan rápido. No terminé de procesar lo de Liam, y ahora esto. ¿Y ahora
qué hago? Podría volver a casa, aunque sería el primer lugar al que Harry me
iría a buscar, y hasta no tener clara la situación, prefiero no hablar con él.
Adem ás, sigo enojada. No puedo mantener una conversación con
nadie estando en este estado.
Podría
ir con las chicas… No. Eso no es una opción, probablemente sigan dormidas, y si
no, me bombardearían con preguntas sobre lo de anoche, y no tengo ganas de
responderlas. Y aparte, está Anna. Y si bien no debería de estar enojada con
ella, porque yo también le oculté lo de Louis, sea lo que sea, aún así no me
apetece hablar con ella en este momento.
¿Podría
ir a la casa de alguno de los chicos? Ellos ni se darían cuenta de mi estado de
ánimo -es decir, son hombres- y tal vez incluso encuentre alguna manera de
entretenerme…
Me
bajé del ómnibus. No sabía donde estaba. Caminé un par de cuadras hasta
encontrar una parada de metro. Tal vez, fijándome en las planillas, encuentre
alguna parada conocida…
Comencé
a mirar los nombres de las paradas en un cartel donde arriba se leía Milend West Station. No estaba muy
familiarizada con las paradas listadas, algunas las había escuchado de nombre,
pero no sabía muy bien si podría llegar a ubicarme.
-En
donde mierda me metí… -Susurré deslizando la vista nuevamente por las paradas.
De
repente noté algo que me podía servir. Unas seis paradas mas adelante estaba la
posibilidad de cambiarse a la línea central, y de esa me conocía prácticamente
todas las paradas.
Me
subí al siguiente metro que pasó, quedándome en la punta de la lengua la parada
en la que me tenía que bajar, ya que por memoria no la sacaba. Nunca me
gustaron los metros. Son confusos, y bastante insalubres. Y muy bizarros.
Literalmente una vez vi a una chica vestida de fiesta sentada al lado de un
indigente devorando una hamburguesa de McDonalds. Pero en sí, Londres en su
generalidad es bizarro.
Mi
celular comienza a sonar en mi bolsillo, y atendí sin siquiera mirar el
remitente, lo cual fue una cosa muy estúpida de hacer. Podría llegar a ser
Harry, y claramente aún no quería hablar con él.
-¡Hasta
que contestás! –Hablaron al otro lado de la línea. –Te llamé alrededor de seis
veces. –Louis parecía mas enojado que otra cosa, probablemente por… ¡¿Quién
sabe por qué?! Este pibe es más extraño…
-Estoy
viva. ¿Qué andabas precisando? –Pregunté con la voz más estable que pude
reproducir.
-¿Estás
bien? -¿Es joda? ¿Dónde quedan los hombres despistados cuando se los necesita?
-Si,
¿por? –Respondí sin darme a torcer.
-No,
nada. –Descartó el tema, lo cual fue de mi agrado. -¿Sabés a qué hora estarías
llegando? Liam quiere saber.
-Ni
idea. –Justo al terminar de hablar, el metro comienza a frenar, y como no
estaba agarrada, me estampé en el pecho de un señor. –Perdón. –Logré musitar
extremadamente avergonzada. Volví mi celular a mi oído.
-¿Qué
fue eso? –Preguntó Louis, confundido.
-Nada.
–Traté de restarle importancia.
-_______,
¿dónde estás? –Y ahora mostraba señales de preocupación. ¿Habrán encontrado los
chupetines con marihuana que escondo en mi cuarto? Por favor díganme que no,
porque Liam me mata.
-En
el metro. No importa.
-¿Qué
carajo hacés en el metro? –Preguntó aún preocupado. Probablemente no estuviera
con Liam, o ya le hubiera sacado el teléfono de la mano para interrogarme él
mismo.
-Eso
es irrelevante. –De repente escucho por el altoparlante como anunciaban la
siguiente parada. ¡Me había olvidado completamente que me tenía que bajar!
Rápidamente escaneé el cartel sobre la puerta que indicaba cada parada, y
efectivamente me tuve que haber bajado en la anterior. –Mierda. –Musité,
olvidando por completo que aún estaba al teléfono.
-¿Qué
pasó? –Preguntó, sin dejar el tono de preocupación en su voz.
-Nada,
me perdí la parada. –Cuando el metro frenó por completo, me bajé junto con el
tumulto de gente hacia la plataforma.
-¿Querés
que te vaya a buscar? ¿Dónde estás? –De repente ahí estaba. El bipolar Louis
que me daban ganas de matarlo y abrazarlo a la vez. Si solo Louis fuera tierno
todo el tiempo…
-No,
no. Lo bueno de los metros es que si te pasaste de parada, siempre podés
tomártelo de vuelta.
-¿Podrías
dejar de hacerte la misteriosa y decirme a donde chota estás yendo? –Y ahí
volvió.
-No
se. Qué te importa a vos, de todas maneras… -De repente me sentí mal por él,
algo completamente ajeno a mí. El recién se había ofrecido a irme a buscar… -A
lo de Niall. –Dije el primer nombre que se me vino a la mente. De todas maneras
tendría que terminar eligiendo entre él y Zayn, y tengo el presentimiento de
que entre ellos dos, Niall iba a ser el que menos notara que estoy decaída…
-Okey.
-Te
llamo cuando llegue. –Respondí, ya tomándome el siguiente metro hacia atrás.
Solo era una parada. A ver si no me paso esta vez.
-O
no. –Respondió con un deje aburrido en su voz. –Lo que menos tengo ganas es de
seguir escuchando tu voz chillona. Si te violan felicítalo de mi parte. Adiós.
–Solté una risa y lo entendí. Si Louis fuera tierno todo el tiempo sería monótonamente aburrido. Y a mi no me atrae lo aburrido.
-Adiós.
Corté
antes de que mi mente comenzara a pensar cosas que no debería. Me bajé del
metro, esta vez en la parada correcta, y comencé a seguir al pelotón de gente
con la esperanza de llegar a la estación de la línea central.
Paré
frente a un cartel, similar al anterior pero este con otras indicaciones.
Arriba se leía Central Line North Station,
y había una línea gigante señalando hacia la izquierda. Debajo se leía el recorrido del metro, tal como en la anterior. Esta vez estaba al tanto de las
paradas, y haciendo cálculos, si no estaba equivocada, había una parada que
quedaba exactamente a tres cuadras y media de la casa de los Horan.
No
esperé más y me subí al tren, ahora más relajada que al menos sabía donde
estaba.
Veinte
minutos más tarde estaba tocando el timbre de la casa de Micki, en la que
rezaba que ella no estuviera aún. O que al menos tuviera una resaca tan grande
que ni notara mi cara.
Afortunadamente
el más grande de los Horan fue quien abrió la puerta. Estaba vestido con un
jogging gris y una musculosa negra.
-¿_______?
–Preguntó confundido. Sacó la cabeza para afuera y miró a ambos lados.
–Micaella no tuvo un coma etílico, ¿verdad? –Reí un poco a causa de su
comentario. Era una risa falsa, pero a él le dio tranquilidad. Eso me
confirmaba que Micki aún seguía en lo de Anna.
-No
que yo sepa. –Respondí con una sonrisa. No era muy verdadera que digamos, pero
agradezco que Niall sea más despistado que yo. Me hizo una seña para que
pasara, y así obedecí, mientras él cerraba la puerta detrás de mí.
-¿Todo
en orden? Creí que todas seguían en lo de Anna.
-Si,
todas siguen ahí, creo. Yo me fui de mañana. Tenía que dar un par de vueltas.
–Hice un ademán a las bolsas que cargaba y sonreí mientras las dejaba en el
piso junto a la puerta.
-Y…
En una bien… ¿Qué hacés acá?
-No
se… Me tomé un ómnibus que creí que me servía, pero terminé en el medio de un
barrio extraño; me tomé el metro, me perdí, y de repente me encontré a un par
de cuadras de tu casa, estaba cansada, y tengo sed, así que vine. ¿Algún
inconveniente? –Mentí en la mayor parte de la historia, pero no pretendía
contarle la verdad, y esto no era completamente mentira…
-No,
no. En absoluto. Solo que está por empezar un partido de fútbol…
-No
me molesta. Si a vos no te molesta…
-No,
obvio que no. ¿Cerveza? –Preguntó ya yendo hacia la cocina. Exclamé un escaso
“sí” y me senté en el sillón.
Me
saqué los zapatos y me acomodé, mientras Niall llegaba con una cerveza en cada
mano. Me entregó una y se sentó al lado mío. El canal de deportes ya estaba
sintonizado y en la pantalla se veían dos hombres de mediana edad discutiendo
algo sobre el partido que estaba a punto de suceder.
Cinco
minutos más tarde, la pelota estaba en juego y muchos tipitos con remeras
ajustadas se disputaban por el balón.
Era
increíble solo pensar todo lo que había pasado en un fin de semana. No
terminaba de procesar una cosa que ya estaba pasando otra, y así sucesivamente.
Y ahora, para rematar, estoy sentada en un sillón mirando fútbol. En mi vida nunca
me interesó el fútbol. No se ni como se juega. Ni las reglas. Con suerte se el
nombre de un equipo inglés, y porque eh escuchado a Liam mencionarlo una o dos
veces. Pero bueno, ni que tuviera algo más interesante para hacer. Y como no
tengo ganas de pensar en lo ocurrido, qué mejor manera de distraerme que
poniendo mi mente en otra cosa…
-¿Qué
significan las siglas PSG? –Pregunté,
dando un sorbo a mi cerveza del pico. Me acomodé más en el sillón, poniendo mis
piernas sobre su falda.
-París Saint-Germain. –Respondió imitando
mi acto, pero sin despegar la mirada del televisor. – Y OM es Olympique de Marsella.
Es lo que se llama “el clásico” de Francia. Cuando los dos equipos más
importantes compiten entre sí…
-Esa
parte la deduje sola. Gracias por el dato, igual… -No tuve que tratarlo de esa
manera. Lo se. Pero sale involuntariamente.
Estoy
enfadada con Harry por no contarme lo suyo con Anna. Enfadada conmigo misma por
estar enfadada con Liam y que le haya ocurrido el accidente. Y enfadada con
Louis. Simplemente por ser Louis. Aunque es del que menos debería de
preocuparme en este momento. Y ahora trato mal a Niall, que nada tiene que ver
en este revoltijo. Solo un fin de semana normal pido. Uno solo. Pero no,
siempre termino metida en algún tipo de… ¡Uh! ¡David Beckham! Creo que si voy a
poder meter mi cabeza en otra cosa, al menos por un par de horas…
(Nota del autor: finjamos
que David Beckham sigue jugando al fútbol y que sigue en el PSG)
*****
-¿Cómo
te sentís? –Le pregunté a mi hermano, entrando a su habitación con la bandeja
de desayuno en las manos.
-Extremadamente
adolorido. –Respondió mientras se sentaba en su cama con una mueca de dolor en
la cara. –La medicación que me dio el doctor ya terminó su efecto. No pegué un
ojo en toda la noche.
-Me
hubieras avisado. Pude haber ido a comprar más o algo. –Dejé la bandeja sobre
la cama a cada lado de sus piernas y le acomodé las almohadas para que
estuviera más cómodo.
-Necesitabas
más una noche de sueño de lo que yo unos analgésicos. –Me sonrió y le devolví
la sonrisa. Es impresionante como aún siendo él quien está postrado en una
cama, se preocupa por mí.
-Como
sea, ahora en un rato voy a comprar todas las drogas que necesites para vivir.
–Dije en un tono gracioso. Me acosté a su lado y prendí la televisión.
-¿No
vas al colegio? –Preguntó ya a media tostada.
-Liam,
dependemos el uno del otro. Si no me quedo a cuidarte, ¿quién lo hará?
-¿No
tenías examen de mates hoy? –Inquirió con una ceja levantada antes de dar un
sorbo a su jugo de naranja.
-Paramela,
detective Payne. ¿Qué sos? ¿Mi padre? –Él rió, contagiándome a su paso.
Estaba
yendo camino a la farmacia a comprar los medicamentos que Liam necesitaba.
Luego ya solo me quedaba pasar por el supermercado y comprar un par de cosas
para hacer la comida. ¿Por qué Mary se tuvo que tomar exactamente esta semana
libre?
Ya
estando en el ómnibus, mi teléfono empezó a vibrar. Lo dejé ir al buzón de voz.
Sea quien sea, no tenía ganas de hablar con nadie. ¿Y qué si era Liam? Mirá si
se cayó de la cama y yo no le atendí el teléfono… A los segundos el celular
comienza a vibrar nuevamente. Esta vez lo saqué de mi bolso para revisar quién
era. Un suspiro de cansancio se escapó de entre mis labios al ver que era
Louis. No tenía ganas de hablar con nadie, repito, y mucho menos con Louis.
Sigo firme a mi razonamiento del otro día. Y al final Liam tiene razón. Merezco
un poco de descanso. Y eso incluye un descanso de Louis. Hasta que me muera, si
es posible.
Desvié
la llamada y volví a guardar el teléfono. Cinco segundos después el celular
volvió a sonar. Y yo seguí desviando la llamada otras dos veces, hasta que se
ve que finalmente dejó de insistir.
De
repente el celular volvió a vibrar, indicando que era un mensaje. Traté de
ignorarlo también, pero me di cuenta de que no iba a parar hasta que diera
señales de vida, así que contesté con lo más basto que se me pudo ocurrir.
Okey.
Eso fue rudo. Pero nuevamente, es Louis de quien hablamos. No voy a decir que
me da curiosidad saber de lo que quiere hablar, pero tengo un leve
presentimiento sobre qué podría ser. Estuve ignorando sus llamadas toda la
tarde de ayer, y toda la mañana. Probablemente ya se dio cuenta que lo estoy
ignorando. Pero me da igual, mejor así. Cortar las cosas de raíz. ¿No?
Luego
de comprar todo lo que necesitaba me dirigí a casa. Fui directo a cocinar,
debido a que eran ya pasada la una y Liam debía de estar muriendo de hambre. Unos
cinco minutos después el timbre sonó.
-¿Louis?
–Pregunté confundida. ¿Qué hacía acá? Tiene entrenamiento de rugby… -¿Qué hacés
acá?
-Te
dije que necesitábamos hablar.
-Y
yo te dije que hablábamos después.
-Y
yo me paso tus recomendaciones por el culo. –Entró a la casa, cerrando la
puerta detrás de él.
-¿Podés
calmarte un poco? –Se pasó las manos por el cabello, que conociéndolo era clara
señal de frustración y enfado.
-Las
cosas no van a funcionar así.
-¿Podés
hablarme con un poco más de claridad? Venís a mi casa, me arrancás a gritar por
Dios sabe qué… Para empezar me bajás un cambio. –Ahora la que se estaba
enojando era yo.
-¿Ves?
De esto hablo. Todo tiene que ser a tu manera. Me mandás como si fuera tu puto
perro. Cuando se te da la gana estamos juntos, cuando no te pinta me mandás a
la mierda, y después sos vos la que decidís cuando volvemos… Soy tu títere.
Literalmente. Y no me va más. No me podés tirar y pretender que yo siempre
vuelva como si fuera un maldito boomerang. Esta vez soy yo el que se cansó. Y
si se me pasa por el forro de las pelotas volver, te lo hago saber.
Y
dicho esto se fue de la casa dando un portazo. Okey. No me esperaba esto. ¿Qué
mierda acaba de pasar?
-----------------------------------------------------------------
Chicas, no saben lo mucho que me sorprendí al entrar al blog luego de tanto tiempo y encontrarme con solo 2 comentarios de "odio". De verdad, yo juré que todos iban a ser insultándome, una vez más me prueban ser las mejores fans del mundo. Y bueno, pasemos a la razón por la que me ausenté. ¿Alguien recuerda que a principio de año mencioné que era un año muy activo para mi en lo que consta de viajes? Bueno, eso es lo que sucedió. Me fui a otro viaje por un mes con el colegio, y mala mía, me olvidé de avisarles. Juro que iba a hacerlo, pero se me re pasó. Pero, la buena noticia es que hasta setiembre no creo que vaya a hacer otro viaje. Y claro, están las clases, y tengo que mencionar que no están para nada fácil, así que estoy haciendo malabares para poder satisfacerlas, y a mi vida personal. Y no las estoy satisfaciendo de una manera que yo consideraría bien, así que lo lamento mucho por la espera. Y prometo que no va a volver a pasar.
Pasando a otro tema, espero que les guste el capítulo, va considerablemente largo, y ahora descubrí este programa para hacer los mensajes de texto reales, y decidí probarlo a ver que les parece. Dénme su opinión a ver si les gusta o no. Las adoro a todas, no se olviden de eso.
Ju :)